Cambiando de tema, el curso ha terminado hoy. Hasta el último momento he estado recogiendo el aula, todavía ignorando si estaré en la misma el curso próximo cambiando el cartel de 1ºB por el de 2ºB o si bien me tendré que mover. Por supuesto, seguiré con el mismo grupo, al que se añadirán algunos alumnos repetidores y alguno nuevo. Cabe destacar algo que me inquieta sobremanera: un alumno al que había tomado mucho cariño se va a otro colegio porque su domicilio está algo lejos del centro; y le había tomado tanto cariño que tenía muy claro que lo habría adoptado... y hablo literalmente. Eso no quita para que siga prefiriendo mi tiempo de ocio libre de niños, por supuesto.
Un cambio a mejor sin duda estar en este colegio. Estoy en mi salsa dando tantas horas en inglés, las familias de mis alumnos no han dado el más mínimo problema (todo lo contrario), dicen estar muy contentas conmigo y la relación con los compañeros es estupenda: inolvidable el primer trimestre, la llegada de treinta y pico profes desconocidos y el entusiasmo de empezar de cero.
Hoy comienzan para mí las vacaciones y procuraré que, entre viaje y viaje -atentos al blog-, éstas no pasen tontamente delante del ventilador. El calor no debe vencerme.