miércoles, 29 de noviembre de 2006

Dalias.

El otro día oí
que las dalias florecen en invierno.
Lo cual me ha hecho pensar
y decidir mandarte al cuerno:
tengo setenta años y ganas de follar.
No como tú.

domingo, 26 de noviembre de 2006

Momentos...


De quietud, de quedarse tranquilo, de pensar, de nada abarrotada.
El amante que se va, el examen superado, la orquesta sonando al fondo.
La habitación y tú.

jueves, 23 de noviembre de 2006

El puto coche.


Si bastante asqueado le tiene a uno el tema de las hipotecas y los alquileres, esta semanita mi coche ha querido recordarme que él también merece su rincón de cariño en este blog.
Durante las últimas semanas he adquirido la costumbre de volver a Daroca el domingo por la noche. Da algo de pereza, pero de ese modo uno puede levantarse más tarde por la mañana y sin el agobio de conducir durante una hora con demasiado tráfico.
El pasado domingo preparé las maletas (ropa para cinco días, sábanas limpias, pelis de la biblioteca como premio por buen comportamiento para los alumnos, comida en la bolsa-nevera, maquinilla de afeitar, secador...). Lo cargué todo en el coche en dos viajes, puse un litro de aceite porque en el salpicadero se iluminaba el símbolo correspondiente y cuando arranqué, noté que el coche andaba como arrastrándose. En dos minutos, un blupblupblup rítmico y el volante torciéndose en exceso hacia un lado me dieron la clave: mi rueda delantera derecha estaba pinchada.
Eran las diez y media de la noche y ya no tenía tiempo de cambiarla, pues yo no sabía y mi padre me hubiera dicho que sí, hijo, sí, ahora mismo me visto y voy a estas horas.
El lunes fui a trabajar con la profe del pueblo de al lado. Por la tarde, Marta, la compi de piso que podéis ver en una foto de hace pocos días, se portó de maravilla y me llevó a Calatayud para que no perdiera clase de francés. El martes por la tarde bajé a Zaragoza, quedé con mi padre para cambiar la rueda (creo poder asegurar que ya sé cambiarla) y esa misma noche regresé a Daroca.
Eso sí, nada más salir de Zaragoza el símbolo del aceite volvió a encenderse. Sospechosísimo.
Ayer miércoles vertí tres litros más y desde luego, si en pocos días me vuelve a hacer la misma jugada, mi querido cochecito irá al taller de cabeza.
En cuanto a la rueda, acudí a un taller de Renault a falta de uno de Opel cerca y serán noventa euros por un nuevo neumático, ya que el pinchado es irreparable.

Lo habréis oído decir mil veces, así que ahí va la mil una: no os compréis coche si no os hace falta.

domingo, 19 de noviembre de 2006

Better than a Sister Act.


Recupero esta foto, que hice en la entrada de una iglesia en Londres.
¡Eso es ser abierto! La iglesia ganaría adeptos de ser así en España.
No la sigo porque soy más maduro que ella: me autofinancio. :P

jueves, 16 de noviembre de 2006

Y un cuerno.


Ando agobiado desde hace dos años por tener que desembolsar mensualmente una cantidad aproximada de 720 euros al mes para pagar el alquiler del piso y el coche. Deseo que llegue el próximo agosto para que lo del coche termine y poder vivir algo más feliz.
Y resulta que descubrí que ponerse a pagar un piso puede implicar fácilmente estar pagando entre 500 y 700 euros al mes.
Inmediatamente me pregunté: ¿así que debería estar durante unos 30 años llegando a final de mes haciendo malabares como hasta ahora, y para un piso modestito? ¿¿¿¿Para eso trabajo y gano un sueldo razonablemente digno????
Isabel, compañera de piso y además de trabajo, está pensando en meterse en una casa de 43 millones en su pueblo. Afirma segura que cuestan eso ya y que no va a encontrar por menos. Debe decidirse en pocos días y parece estar por el sí. Ayer hicimos cálculos con ella y del sueldo mensual que ganamos los maestros, descontando los también 700 euros que le costaría al mes la casa, y además los gastos habituales que ella tiene, le quedarían 280 euros cada mes para ella (y no sólo ocio...). Para echarse a temblar a poco que te surjan cosas como un problema con el coche... o un embarazo no deseado.

Estas dos últimas semanas he estado dando muchas vueltas al tema de meterse en hipotecas. Y queridos amigos, he decidido que salvo que encuentre algo por un precio razonable -lo cual parece imposible-, el menda, un día, dejará el piso en el que está y tomará una de estas dos decisiones: o volver a casa de los padres o meterse en una habitación de los pisos zaragozanos que se vacían en verano; como está haciendo en Daroca, visto que no está tan mal. (De hecho, cabe la posibilidad de que un día, si sigo en el mismo pueblo trabajando por más años, deje todo alquiler zaragozano y viva en casa de mis padres durante los findes).

Desde luego, lo que no estoy dispuesto a sufrir es el agobio de tener que medir el dinero que te gastas hasta el último céntimo durante el noventa por ciento de mi vida laboral. Aunque compartir piso entre varios eternamente es una perspectiva con dificultades y peros, a todas luces me resulta mucho más agradable si a cambio me queda el 75% del sueldo para mis gastos cotidianos.

¡¡Pobre mí, si sólo aspiro a, una vez llegue agosto, poder hacer un viaje, o ir al teatro, o comprarme una tele!! ¡Percibir ligeramente que tengo un sueldo!
Y si para ello debo recluirme en una habitación, lo haré encantado. No picaré en esta vorágine absurda de vivir el mes a mes en agonía.

viernes, 10 de noviembre de 2006

Tres y la fotógrafa.


Heme aquí con dos compañeros del piso de Daroca en el que estamos alquilados.
A la derecha, Marta, maestra de la especialidad de Audición y Lenguaje, de ésas que se dedican a coger a los niños con problemas y a hacerles pronunciar la r y cosas así.
En el centro, Sergio, de la especialidad de música y secretario del cole en su tiempo libre. Ahí no se ve, pero iba en mallas y se acababa de depilar las piernas. Vamos, que parece mentira que el gay sea yo.
El de la izquierda soy yo. Creo.
Hace la foto mi compañera del cole, que no aparece no porque mi cámara cutre de cincuenta euros del Alcampo no tenga disparador automático, sino porque afirmó manifestar rechazo a aparecer en Internet. Respetemos, pues, su decisión y aceptemos su presencia como ejecutora de la instantánea.
Postadata: las cortinas del fondo son culpa de la dueña.

miércoles, 8 de noviembre de 2006

Génesis, capítulo 1.


Dios creó el mundo. Dijo Dios: "Hágase la luz". Y la luz se hizo.
"Hágase la tierra". Y la tierra se hizo.
"Háganse los gays y los profesores de matemáticas". Y la maldad vino al mundo.
Y la luz se fue. "Yo no he dicho que se vaya", dijo Dios.
"Claro", explicó Satán, antes de que lo crearan y todo. "E.ON es una multinacional y eso nos pasa por ser tan globalizadores".
Y dijo Dios: "Jodo".

domingo, 5 de noviembre de 2006

Supernanny


En el programa de la Cuatro, unos padres desesperados llaman a Supernanny para que les diga cómo narices conseguir que sus hijos no les amarguen la vida más de lo que ya lo han hecho.
Y la tal Rocío Ramos-Paúl llega y observa.
Es genial el modo en que la tía va por la casa observando todo y poniendo cara de pedo ante cada escenita entre padres e hijos. Parece que anda pensando: "Dos bofetones le hacen falta a éste".
Después de haber decidido qué razones son las que hacen que los niños se porten mal, supernnany establece unas normas para padres y niños.
Durante los primeros días la mujer acompaña a la familia y luego los deja solos para regresar más tarde y criticarles por aquellas normas que han olvidado.

Lo que me encanta del programa es que, al final, quienes han tenido que cambiar los hábitos han sido los padres, únicos responsables de la mala baba de sus hijos. Así, la madre deja de actuar como una neurótica que no puede dejar a sus hijos solos en una habitación ni cinco minutos o de decir cosas del tipo "Es que no te puedo mandar nada, torpe" y el padre, en lugar de llegar a casa y tocarse los cojones en el sofá, pasa ratos y ratos jugando y hablando con sus hijos.

Vamos, que la supernanny, en el fondo, es una mujer con simple sentido común. Y con derecho a criticar a los padres, claro. Quién fuera ella.

viernes, 3 de noviembre de 2006