sábado, 30 de diciembre de 2006

He aquí un gran motivo...


...de que me cueste ser fiel a una dieta sana: mi portal coincide a la perfección en situación y tamaño con el Panishop de enfrente. Y uno puede ser fuerte, pero no trescientos sesenta y cinco días al año.
Al menos, en navidades me estoy controlando razonablemente. Cuando volvais de nochevieja, "pesarsus" y me contais qué tal.

jueves, 28 de diciembre de 2006


Yo quiero ser el chico bajito de la bolsa y agarrarme al alto de su derecha... Qué cara de cabrón y qué peazo pies. No soy fetichista, ¿verdad?

martes, 26 de diciembre de 2006

Egoduda.


Por si no sois muy observadores, os diré que en caso de encontrar algo raro en la foto se deberá a que estoy completamente afeitado, fenómeno inaudito tras vaya usted a saber cuánto tiempo -años- con barba de dos días. La novedad se debe a una de las cosas que comenté en mi post anterior: haberme dejado la máquina del pelo en Daroca. Con ella, que repito, es del pelo y no de afeitar, me afeito con la maquinilla al cero y me deja la barba de dos días que todos conocéis. Con la que me he comprado, que sí es de afeitado, tengo que afeitarme del todo a la fuerza.
El caso es que hacía tanto tiempo que no me veía así que el resultado me ha sorprendido y quizá hasta gustado. Creo que es evidente que me quita un par de años de encima; siempre está bien, aunque aparentar ser mayor de lo que soy en absoluto me molesta.
La cuestión es que querría saber qué opinais vosotros francamente: ¿así o con barba? Tengo ciertas dudas.
Ah, Dorothy/Cartola, que te conozco: no me salgas con lo de que "hagas lo que hagas te querremos igual", que quiero que te mojes.

domingo, 24 de diciembre de 2006

Buscando.


El viernes los alumnos de mi colegio y los del pueblo de al lado nos juntamos por ser navidad o, prefiero pensar, por acabar el trimestre. Preparamos varias actividades y una de ellas fue la de bailes de salón. En la foto, Sergio, mi compañero de piso -y sin embargo simpático- con una alumna; habría puesto una foto de Alin, un alumno mío rumano a quien quiero pensar que le puse en bandeja poder tocar a una chica, pero en fin, supongo que al ser menor no debo hacerlo.
A las dos me despedí del megatentempié que habían preparado las mamis en el pueblo, les deseé felices fiestas a todas y me marché a Zaragoza iscopitiau. ¡Vacaciones!
En el camino debí de gastar el triple de gasolina de lo habitual, porque el maletero y todos los asientos estaban llenos de cosas: maletas, aguinaldos de las familias, comida que no podía dejar en Daroca, etc. Recordé que me había dejado el secador de pelo, la máquina de afeitar y el cargador del móvil cuando iba conduciendo en pleno puerto de Paniza; nevaba intensamente y volver a buscar todo ello suponía un peligro.
Llegué a casa en la ciudad, tuve la fortuna de poder aparcar cerca de mi portal y necesité hacer cuatro viajes para subir todo, pero todo, todo, porque acto seguido me fui a la Opel a dejar el coche para revisión rutinaria –la del primer año, aunque el coche en realidad tiene dos y pico-. Una vez abandoné el coche en la Opel, descubrí que la parada del 25 más cercana estaba suprimida y tuve que andar; el bus llegó a los veinte minutos y hace un recorrido realmente turístico de no menos de treinta y cinco minutos.
Y en cuanto merendé y miré un ratito internete, salí pitando a comprar un secador, una maquinilla de afeitar y un cargador de móvil. ¿O es que creíais que iba a poder disfrutar por fin de algo de paz económica? ¡Qué va!
El Alcampo me salvó la vida pero no respecto al cargador, el cual resultó ser el objeto más difícil de encontrar, como en la típica película navideña donde al protagonista le van a cortar los testículos en lonchas si no se topa con el juguete que su hijo ha pedido al gordo rojiblanco. ¿Quince días sin teléfono móvil? ¡Ni de broma! Así que del Alcampo fui a Fnac –nada-, de allí al cortinglés –nada- y de allí, a las 9:25, tuve la valentía de coger un taxi a Grancasa. No hagáis esto en casa, amigos, cuesta 7,25 desde el paseo independencia. Pero si no no habría llegado, y valió la pena, porque tenían un cargador para mi jodido Sony Ericsson.
Aproveché que estaba cerca de casa de mis padres para cenar con ellos a pesar de que hoy volveré a hacerlo y después me puse a ver con mi hermano Saw, la peli del asesino psicópata de la que muchos habréis disfrutado.
Finalmente, salí por el ambiente hasta las siete de la mañana. En realidad, terminé en la 976, donde nunca había estado. Me estaré haciendo mayor... pero cada día que pasa, aunque me sigue gustando, me cuesta más trasnochar y aceptar sexo a deshora (aunque el chico en cuestión, que quizá lea esto, resultaba tentadoramente abrazable).

Flicsee fseista (y fcleies dso kosil msá).

jueves, 21 de diciembre de 2006

BONIFACIO, HOMBRE DE LETRA SINCERA
Mozá, sé que ná más verte
mi minga despierta,
recrece y sendurece.
Quel cura Ambrosio te rece
pa que tú, en el despeyeje,
nostés sin nadie al lao.

domingo, 17 de diciembre de 2006

viernes, 15 de diciembre de 2006

“REBELDE”


Un poema es un estado de ánimo
sobre el que hago caer un lago
de ideas.

Y vago. Recorro la habitación,
acaricio sinalefas
y sólo consigo un charco.

Aunque menos da una piedra,
me digo por conformarme:
no es un lago, sí es un charco.

Deshago el camino andado,
mas no ignoro lo ocurrido:
del charco obtengo meandros.

Uno me da algunas rimas,
otro escupe latinajos,
y otro, simples pareados.

Reescribiendo, retocando,
observando lo ocurrido,
por fin surge el vaticinio:

“Yo te aseguro
-me dice el poema-
que con estos latinajos,

con esas rimas tan pobres,
con tantos charcos y lagos,
pisoteaste tu tiempo

y tu arte para hacer
cuatro meandros
de tus estados de ánimo”.

Hay que ver cuán poco soy:
quería hablar entre versos
y esos versos me han hablado.


Daroca, 13-12-2006

domingo, 10 de diciembre de 2006

Sorprendente.

A finales del mes pasado se publicaba un estudio acerca de la posible correlación hallada entre los asesinos suicidas y el interés por el estudio filológico de la lengua inglesa. Para ello se llevó a cabo un sondeo telefónico compuesto por individuos de ambos sexos que manifestasen abiertamente dichas tendencias o bien las hubiesen puesto en práctica. El resultado publicado no ha podido ser más sorprendente: según se desprende de la investigación, los asesinos suicidas manifiestan un interés por la filología inglesa un veintitrés por ciento superior al de la población normal. Numerosos profesionales del campo de la filología, la psicología y la neurociencia han comenzado ya a desentrañar a qué puede deberse la correlación descubierta entre esas variables.
Sin embargo, investigadores especializados en las mentes criminales de los asesinos suicidas encuentran varios reproches al estudio desarrollado. En primer lugar, la vía telefónica no supone el medio más fiable para certificar el grado de tendencia al asesinato suicida o la efectiva puesta en práctica vigente; además, se considera que una encuesta como la llevada a cabo basada tan solo sobre una muestra de ciento cincuenta asesinos suicidas no es completamente representativa; y por último, señalan los investigadores, hay un tercer pero que resulta evidente: la muestra posiblemente sea sesgada ya que la población asesina suicida telefoneada pertenece a un rango de edad de entre 18 y 22 años cuya residencia habitual se halla en torno a la facultad de filosofía y letras de una conocida ciudad española.

viernes, 8 de diciembre de 2006

Diabetadas (IX)


Sesenta: se cansa de estar de pie.
Oquedad: otra opción es que os veáis en persona.
Mediocre: un poco de un color y un poco de otro.
Aplatanar: provocar una erección.
Guaperas: chico atractivo que dice gua cuando ve dos tetas.
Betún: vagancia para mover el cuerpo.
Zinc: pensar, reflexionar.
Nigromancia: ciencia oculta basada en el amor a la raza negra.
Ultimar: engaño para conseguir dinero que sucede al final de la jornada.
Diarrea: maltrata a su mujer conforme sale el sol.

martes, 5 de diciembre de 2006

Preferencias.


Me fastidia mucho tener gustos a veces tan peculiares. Que si tíos enormes como el de la foto, que si muy cachas, que si... Porque en ocasiones me doy cuenta de que conozco a gente muy maja, con la que podría llevarme la mar de bien, y el físico me supone un impedimento; no es que busque un tío de dos metros veinte que encima se compenetre conmigo estupendamente, pero sí que, visto lo visto, necesito que el chico que se acerque a mí tenga algo grande. Sé que la frase suena a lo que suena, pero no hablo necesariamente de eso -aunque nunca está de más, claro-.
Ese gigantismo extraño que me priva es sustituible o prescindible, pero sólo por una personalidad muy muy de mi gusto y/o rostros que me resulten muy muy especiales. Supongo que estoy algo mal acostumbrado ya que las dos personas con las que en su momento tuve aventuras más o menos trascendentes, Arturo y Javier, cumplían esos requisitos: el primero por medir más de metro noventa y calzar un 48 y el segundo por tener las piernas más enormes -y sin embargo bonitas- que he visto en mi vida.

Espero que podáis contarme vuestras rarezas, para así sentirme menos friqui. Ojalá Toño pueda explayarse (como de costumbre) con este tema, que creo que sí. :P

sábado, 2 de diciembre de 2006

Lo he dejado.


Imagino que podrá sonar poco importante para vosotros, pero en mí ha suponido algo trascendente que me ha costado unas semanas decidir. Sé que se dice supuesto, pero quería ver vuestras caras.
Llevaba casi un mes percibiendo que me cansaba un poco de la pechuga de pavo, de la pasta y del arroz y de esas cosas. Y hace dos semanas noté –sin duda afectado por la mala leche criada tras mis desventuras con el coche aquí narradas- que el tiempo de la semana se me iba algo menos aprovechado de lo que creía.
Pero ése no ha sido el motivo más importante. Lo ha sido que al comenzar los ejercicios percibía que no me sentía del todo bien allí, que no me apetecía demasiado estar en el gimnasio haciendo los ejercicios preestablecidos. Dos tardes estuve apenas media hora y me subí al piso de Daroca, apeteciéndome más estudiar francés o ponerme con antropología.
Y este jueves lo decidí: se acabó. Seguiré visitando el gimnasio para moverme un poco en la cinta, para hacer de vez en cuando algo de pesas por no perder la forma... pero se acabaron mis aspiraciones culturistas. Me encantaría convertirme en una mole enorme megacachas, pues un tío así sabéis que me mola; pero el cuerpo, o más bien la mente, me pide que elija y establezca preferencias, y me tira más meterme a una clase de aeróbic o estudiar, o probar a tocar la guitarra o el piano, que en la escuela de música de Daroca se puede.


La pena es haberlo decidido tras haber pagado el año entero en el gimnasio y de haberme organizado todo el curso; pero lo entiendo como una nueva etapa.

¡¡Ahora podré estudiar más y mejor!! ¡¡Llegar a Zaragoza el viernes a las seis!! ¡¡Bieeeeeeen!! ¡¡Mueran los mongolos de gimnasiooooooo!!

Ya me he pasao.

miércoles, 29 de noviembre de 2006

Dalias.

El otro día oí
que las dalias florecen en invierno.
Lo cual me ha hecho pensar
y decidir mandarte al cuerno:
tengo setenta años y ganas de follar.
No como tú.

domingo, 26 de noviembre de 2006

Momentos...


De quietud, de quedarse tranquilo, de pensar, de nada abarrotada.
El amante que se va, el examen superado, la orquesta sonando al fondo.
La habitación y tú.

jueves, 23 de noviembre de 2006

El puto coche.


Si bastante asqueado le tiene a uno el tema de las hipotecas y los alquileres, esta semanita mi coche ha querido recordarme que él también merece su rincón de cariño en este blog.
Durante las últimas semanas he adquirido la costumbre de volver a Daroca el domingo por la noche. Da algo de pereza, pero de ese modo uno puede levantarse más tarde por la mañana y sin el agobio de conducir durante una hora con demasiado tráfico.
El pasado domingo preparé las maletas (ropa para cinco días, sábanas limpias, pelis de la biblioteca como premio por buen comportamiento para los alumnos, comida en la bolsa-nevera, maquinilla de afeitar, secador...). Lo cargué todo en el coche en dos viajes, puse un litro de aceite porque en el salpicadero se iluminaba el símbolo correspondiente y cuando arranqué, noté que el coche andaba como arrastrándose. En dos minutos, un blupblupblup rítmico y el volante torciéndose en exceso hacia un lado me dieron la clave: mi rueda delantera derecha estaba pinchada.
Eran las diez y media de la noche y ya no tenía tiempo de cambiarla, pues yo no sabía y mi padre me hubiera dicho que sí, hijo, sí, ahora mismo me visto y voy a estas horas.
El lunes fui a trabajar con la profe del pueblo de al lado. Por la tarde, Marta, la compi de piso que podéis ver en una foto de hace pocos días, se portó de maravilla y me llevó a Calatayud para que no perdiera clase de francés. El martes por la tarde bajé a Zaragoza, quedé con mi padre para cambiar la rueda (creo poder asegurar que ya sé cambiarla) y esa misma noche regresé a Daroca.
Eso sí, nada más salir de Zaragoza el símbolo del aceite volvió a encenderse. Sospechosísimo.
Ayer miércoles vertí tres litros más y desde luego, si en pocos días me vuelve a hacer la misma jugada, mi querido cochecito irá al taller de cabeza.
En cuanto a la rueda, acudí a un taller de Renault a falta de uno de Opel cerca y serán noventa euros por un nuevo neumático, ya que el pinchado es irreparable.

Lo habréis oído decir mil veces, así que ahí va la mil una: no os compréis coche si no os hace falta.

domingo, 19 de noviembre de 2006

Better than a Sister Act.


Recupero esta foto, que hice en la entrada de una iglesia en Londres.
¡Eso es ser abierto! La iglesia ganaría adeptos de ser así en España.
No la sigo porque soy más maduro que ella: me autofinancio. :P

jueves, 16 de noviembre de 2006

Y un cuerno.


Ando agobiado desde hace dos años por tener que desembolsar mensualmente una cantidad aproximada de 720 euros al mes para pagar el alquiler del piso y el coche. Deseo que llegue el próximo agosto para que lo del coche termine y poder vivir algo más feliz.
Y resulta que descubrí que ponerse a pagar un piso puede implicar fácilmente estar pagando entre 500 y 700 euros al mes.
Inmediatamente me pregunté: ¿así que debería estar durante unos 30 años llegando a final de mes haciendo malabares como hasta ahora, y para un piso modestito? ¿¿¿¿Para eso trabajo y gano un sueldo razonablemente digno????
Isabel, compañera de piso y además de trabajo, está pensando en meterse en una casa de 43 millones en su pueblo. Afirma segura que cuestan eso ya y que no va a encontrar por menos. Debe decidirse en pocos días y parece estar por el sí. Ayer hicimos cálculos con ella y del sueldo mensual que ganamos los maestros, descontando los también 700 euros que le costaría al mes la casa, y además los gastos habituales que ella tiene, le quedarían 280 euros cada mes para ella (y no sólo ocio...). Para echarse a temblar a poco que te surjan cosas como un problema con el coche... o un embarazo no deseado.

Estas dos últimas semanas he estado dando muchas vueltas al tema de meterse en hipotecas. Y queridos amigos, he decidido que salvo que encuentre algo por un precio razonable -lo cual parece imposible-, el menda, un día, dejará el piso en el que está y tomará una de estas dos decisiones: o volver a casa de los padres o meterse en una habitación de los pisos zaragozanos que se vacían en verano; como está haciendo en Daroca, visto que no está tan mal. (De hecho, cabe la posibilidad de que un día, si sigo en el mismo pueblo trabajando por más años, deje todo alquiler zaragozano y viva en casa de mis padres durante los findes).

Desde luego, lo que no estoy dispuesto a sufrir es el agobio de tener que medir el dinero que te gastas hasta el último céntimo durante el noventa por ciento de mi vida laboral. Aunque compartir piso entre varios eternamente es una perspectiva con dificultades y peros, a todas luces me resulta mucho más agradable si a cambio me queda el 75% del sueldo para mis gastos cotidianos.

¡¡Pobre mí, si sólo aspiro a, una vez llegue agosto, poder hacer un viaje, o ir al teatro, o comprarme una tele!! ¡Percibir ligeramente que tengo un sueldo!
Y si para ello debo recluirme en una habitación, lo haré encantado. No picaré en esta vorágine absurda de vivir el mes a mes en agonía.

viernes, 10 de noviembre de 2006

Tres y la fotógrafa.


Heme aquí con dos compañeros del piso de Daroca en el que estamos alquilados.
A la derecha, Marta, maestra de la especialidad de Audición y Lenguaje, de ésas que se dedican a coger a los niños con problemas y a hacerles pronunciar la r y cosas así.
En el centro, Sergio, de la especialidad de música y secretario del cole en su tiempo libre. Ahí no se ve, pero iba en mallas y se acababa de depilar las piernas. Vamos, que parece mentira que el gay sea yo.
El de la izquierda soy yo. Creo.
Hace la foto mi compañera del cole, que no aparece no porque mi cámara cutre de cincuenta euros del Alcampo no tenga disparador automático, sino porque afirmó manifestar rechazo a aparecer en Internet. Respetemos, pues, su decisión y aceptemos su presencia como ejecutora de la instantánea.
Postadata: las cortinas del fondo son culpa de la dueña.

miércoles, 8 de noviembre de 2006

Génesis, capítulo 1.


Dios creó el mundo. Dijo Dios: "Hágase la luz". Y la luz se hizo.
"Hágase la tierra". Y la tierra se hizo.
"Háganse los gays y los profesores de matemáticas". Y la maldad vino al mundo.
Y la luz se fue. "Yo no he dicho que se vaya", dijo Dios.
"Claro", explicó Satán, antes de que lo crearan y todo. "E.ON es una multinacional y eso nos pasa por ser tan globalizadores".
Y dijo Dios: "Jodo".

domingo, 5 de noviembre de 2006

Supernanny


En el programa de la Cuatro, unos padres desesperados llaman a Supernanny para que les diga cómo narices conseguir que sus hijos no les amarguen la vida más de lo que ya lo han hecho.
Y la tal Rocío Ramos-Paúl llega y observa.
Es genial el modo en que la tía va por la casa observando todo y poniendo cara de pedo ante cada escenita entre padres e hijos. Parece que anda pensando: "Dos bofetones le hacen falta a éste".
Después de haber decidido qué razones son las que hacen que los niños se porten mal, supernnany establece unas normas para padres y niños.
Durante los primeros días la mujer acompaña a la familia y luego los deja solos para regresar más tarde y criticarles por aquellas normas que han olvidado.

Lo que me encanta del programa es que, al final, quienes han tenido que cambiar los hábitos han sido los padres, únicos responsables de la mala baba de sus hijos. Así, la madre deja de actuar como una neurótica que no puede dejar a sus hijos solos en una habitación ni cinco minutos o de decir cosas del tipo "Es que no te puedo mandar nada, torpe" y el padre, en lugar de llegar a casa y tocarse los cojones en el sofá, pasa ratos y ratos jugando y hablando con sus hijos.

Vamos, que la supernanny, en el fondo, es una mujer con simple sentido común. Y con derecho a criticar a los padres, claro. Quién fuera ella.

viernes, 3 de noviembre de 2006

martes, 31 de octubre de 2006

Diabetadas (VIII)


Alpargata: querida minina, te las piras al partido aragonés regionalista.
Bencina: mujer que vive en el piso de al lado.
Locutorio: establecimiento donde todos los que hablan por teléfono están pirados.
Meticuloso: habitual del sexo anal.
Soplete: que la infusión abrasa.
Torpedear: descuidarse y manchar el calzoncillo.
Varapalo: que lleva el pelo al cero.
Criticable: pack de TV con múltiples canales de cotilleo.
Denuncio: que trabaja para el Papa.
Pistacho: en el lugar del crimen, diez huellas en un cuchillo o un dni con sangre.

domingo, 29 de octubre de 2006

Muerte pública.


Hacía tiempo que no veía esquelas puestas por todas partes anunciando el último en espicharla. En la foto, una junto a la puerta de mi portal de Daroca.

jueves, 26 de octubre de 2006

domingo, 22 de octubre de 2006

Deux livres.


Una de las múltiples ventajas de vivir cerca del lugar de trabajo es que uno dispone de mucho más tiempo cada día, como ya sabéis que ando comprobando últimamente. Así, a lo largo de la semana, saco más tiempo para leer y pongo en práctica el lema del que hablé en un post previo de convertir en hábito aquello que nos motiva, en este caso la lectura.
En la foto se observa que practico el eclecticismo mejor que el tocino y la velocidad. Una novela de Yukio Mishima y después una de Dan Brown, el autor de El código da Vinci o Ángeles y demonios. La primera habla de la vida y costumbres de los habitantes de una isla japonesa, en concreto de varios jóvenes y su descubrimiento sexual. Como –imagino- muchas novelas japonesas similares, es prolija en descripciones y los acontecimientos suceden con linda parsimonia. Aunque no afirmo que en ésta también suceda, estas novelas suelen tener finales trágicos.
La segunda, La Conspiración, es menos atractiva que las dos que he mencionado antes del mismo autor. Sin embargo, sus cuatrocientas y pico páginas se leen bastante bien y entretienen. Sin desvelar nada, diré que trata de un asombroso descubrimiento que se hace en el Ártico y las consecuencias que eso tiene a nivel político en los Estados Unidos y en la NASA así como para algunos personajes que se ven involucrados en todo el lío.

Bueno, ahora contadme, ¿algún libro que recomendéis?

viernes, 20 de octubre de 2006

Dos días acelerados.


Ayer jueves el día tuvo sin duda un comienzo singular.
Cuando me desperté y vi, en la oscuridad de mi habitación, que bajo la puerta había luz, deduje que alguno de mis compañeros ya se había levantado. Así que empecé a desvelarme y a prepararme para ponerme en pie. Cuando lo hice y consulté el móvil, observé que eran las 4:52. Ya absolutamente despierto, recordé que Isabel, la que trabaja conmigo, estaba con vómitos y diarreas y se habría levantado para ir al baño. Me había acostado a la una, así que con apenas cuatro horas de sueño, mi cuerpo se negaba a conciliar el sueño.
Pensé –lo que anima tener una actitud positiva, ya lo dicen algunos refranes y los libros de autoayuda- que así leería un montón de páginas de un libro al que andaba enganchado y que me plantaría en el colegio prontísimo, como a las ocho, lo cual me iría de cine, como se comprenderá más adelante.
Así lo hice. Leí, me duché, desayuné, preparé el almuerzo y la comida, me arreglé... Antes de salir recordé también que era el cumpleaños de Marta, la otra chica del piso, así que le dejé una nota simpática en inglés diciéndole que me marchaba porque me había asustado al ver lo vieja que era.
Salí de casa. Y en plena plaza principal el coche se negó a arrancar tras veinticinco intentos.
Tras ciertos maleficios escupidos, llamé al seguro, que dijo que me enviaría una grúa en media hora. Regresé al piso, donde mis compañeros estaban extrañados de que me hubiese marchado tan temprano. Felicité de palabra a Marta tratando de sonreír y acto seguido solté cien víboras contando lo del coche.
Pasó un rato y llegó la grúa. Cuando iba a bajar a la calle, le dije a Isabel que no fuese al colegio sin mí, claro. "No", me dijo, "eso seguro, porque sigo estando mal, así que no voy a ir". Chupi, ahora resultaba que no tenía medio de ir a trabajar.
Ya de una mala baba bestial, salí a la calle y le expliqué el problema al gruista. "Serán los calentadores o la batería. Prueba a encenderlo, a ver qué indica el salpicadero".
El coche hizo brrrummm brummmmm y hale, funcionó a la primera. Os podéis imaginar la sonrisa que le dediqué al señor. Huy, pues antes no iba, comenté. El señor, o más bien chaval, me recomendó que fuese a su taller por la tarde. Me despedí de él y, aprovechando que el coche estaba en marcha, me fui al cole.
Por la tarde en el taller vieron que todo era correcto, así que cualquier día de éstos me huelo que el coche me hará alguna jugarreta...

En cuanto a hoy viernes, este veinte de octubre era para muchos directores de colegio un estrés, ya que era el plazo límite para enviar la Programación General Anual, las Cuentas de Gestión y el Documento de Organización del Centro. Es imposible expresar con palabras la cantidad de tonterías burocráticas que implica completar esos documentos; sólo por daros una pequeña idea, cada hoja –y en total serán unas 60- exige poner el nombre del colegio, su número clave, el nombre del pueblo y mi firma y/o el sello del centro, más luego las firmas de una madre del colegio y de la secretaria del ayuntamiento, que para apretarte más los plazos, sólo acude al ayuntamiento del pueblo lunes y jueves (y el jueves la esperé 45 minutos mientras ella tomaba notas de las quejas de unos vecinos por un asunto de unos terrenos). En resumidas cuentas, me he quedado hora y media martes y jueves tras el fin de las clases por las tardes y hoy me he marchado del cole a las siete... Y aún tengo que enviar mañana sábado tres cartas certificadas y visitar una librería que me cae tan a mano como los Augusta.

Afortunadamente, la dirección no implica este estrés más que en momentos puntuales del año.

domingo, 15 de octubre de 2006

Pilares.

Olvidables, salvo ciertas lecturas y la cena con los de teatro.
Besos.

jueves, 12 de octubre de 2006

Diabetadas (VII)


Esnobismo: recién sacadico al mercado.
Cultura: cuánto de alto.
Mechero: aparato que al pasarlo por la cabeza te deja pelos de colores.
Alvéolo: momento inicial de una cita a ciegas.
Halterofilia: trastorno a mi hijo.
Guirigay: mariquita extranjero.
Bastarda: mujer que no llega a tiempo.
Aspaviento: movimiento de la energía eólica.
Apero: sin condón.
Palpitar: bocina de los coches.

martes, 10 de octubre de 2006

El chico tenía razón.

A veces pasan cosas en clase de lengua. Por ejemplo con Javier, que está en tercero.
- A ver, Javier, teníamos que ordenar las palabras para que surgiese una oración. Y tú has escrito "El niño tiene sellos de una colección antiguos". Se entiende más o menos, pero vamos a intentar ponerlo de otra manera.
- Vale.
- Mira, yo creo que hay alguna palabra que deberías mover. Por ejemplo, cuando decimos "antiguos", ¿de qué estamos hablando?
- Pues no sé. De los egipcios.

domingo, 8 de octubre de 2006

Vacaciones de antaño.


Imitando el cachiruli-pic de Nekokun, diré que esta semana sólo trabajo lunes y martes, por lo que cualquiera de vosotros que planee proponerme actividades sexuales puede hacerlo a partir del día diez a eso de las seis. En cualquier caso, quiero reivindicar desde aquí esas maravillosas vacaciones de cuando éramos estudiantes -aunque yo todavía lo soy- y la cosa duraba semana y pico. Jo.
Por ello, mañana me plantaré en clase con el cachirulo puesto. Llevaré dos pañoletes más con la idea de contagiar a mis compañeros.

viernes, 6 de octubre de 2006

Semana.

- Después de las fiestas del pilar tendré mi primer examen de francés.
- Ya me han mandado deberes de ese idioma: describir por escrito a un personaje famoso.
- Estoy hasta las pelotas de una señora que va al gimnasio con su hijo de siete años, que, diagnosticado o no, es hiperactivo de cojones.
- En Daroca (todavía) existe la costumbre de poner esquelas en las paredes de las casas cuando se muere alguien –sería chocante si no fuese entonces-. Algún día dedicaré un post a eso, con la esquela del que se haya muerto ese día.
- Me encanta llegar a Zaragoza y encontrarme el buzón lleno.
- Aunque con un 5.00, he aprobado el examen que estudié este verano. Eso, o lo han perdido, pues la Uned te pone un 5 si te lo pierde.
- Hoy me han llamado al cole y me han dicho que, por haber rellenado una encuesta sobre el equipamiento informático durante el curso pasado, me van a enviar una cámara digital (para mí, no para el cole).
- He salido del armario para los tres compañeros del piso.
- En la cena para trece maestros que anoche se hizo en dicho piso para celebrar el cumpleaños de mi compañera del cole y del que viene a dar música, había al menos dos entendidos más. Ojalá un tercero también, pues me dio un flechazo total con el tercero en incógnita.
- De todos modos, una maestra me leyó la mano tras la cena y, ante mi ruego de que me dijera algo agradable, me contestó que no tendría pareja fija hasta los cuarenta.
- La semana que viene es corta.

domingo, 1 de octubre de 2006

Go on!!!


Pensaba yo que con la foto iba a hacerle publicidad gratuita a mi ex-gimnasio, pero con lo borrosa que ha salido...
Esa frase que podéis leer es la que sale en la tarjeta del gimnasio. Es bien cierta. Cuando algo te llama la atención, lo comienzas, y sólo si lo coges como hábito seguirás haciéndolo.
Así me pasó en su momento con el hecho de perder kilos, o ahora con el gimnasio. Espero que me suceda igual con las clases de francés, las asignaturas de antropología, los cursillos a distancia y las sesiones de baile de salón. ¡Disfruto tocando tantos pitos y sin agobiarme en absoluto (bueno, lo justo)!
Muchos ánimos a todos los que andan motivados y/o habituados. Para Dorothy con sus nuevas clases históricas, para Nekokun con su caspa, para Rakeltxu y César con sus auxilios, para Jb con su trabajo y su, aparentemente, never ending project, etc.

Go on, go on, go on!!

viernes, 29 de septiembre de 2006

Un francés solitario.

Menudo título, ¿eh?
Lamentablemente, el tema de este post es el de mis clases de francés, en la escuela de idiomas.
Llevo dos clases, si no contamos la primera, que fue una mera introducción, y la verdad es que está resultando divertido, interesante y estresante. En dos clases, que como son de dos horas y cuarto suponen en realidad cuatro clases y media de una hora, hemos visto un webo de cosas: holaquétal, me llamo así, tengo estos años, dónde trabajas, pues trabajo de puta, fíjate qué bien, verbo ser, verbo tener, un porrón de profesiones, los números hasta el cien, el abecedario, los artículos... Y el ochenta por ciento de todo eso de modo oral, con lo cual, o se te ha quedado en la cabeza, o te jodes vivo.
Me gusta el profesor porque da la sensación de saberlo todo, y aunque con mis niños trato de que tengan la visión de su profe como de un ser humano que hasta ignora cosas, como alumno me encanta idealizar intelectualmente a quien me enseña.

Tengo media hora en coche de ida y otra de vuelta para ir a la escuela de idiomas. Ya en pleno comienzo de otoño vuelvo de noche, así que en invierno no quiero ni pensarlo. El caso es que me encanta conducir en solitario. Oscuridad, tiempo para pensar, música de fondo.

¡Ah! ¿Sabéis qué? ¡¡Me pongo como un flan cuando veo que me toca hablar !!

domingo, 24 de septiembre de 2006

Diabetadas (VI)


Cañería: bar alemán.
Baldosa: dícese de la idea que tiende a no llegar a buen término.
Jalea real: encuentro de fin de semana para disfrute de los borbones.
Sintaxis: obligación de utilizar el bus.
Estrangular: que posee tres lados.
Hípica: la lerda va y se lo cree.
Mancebo: si cargas poco el anzuelo, no van a picar ni de coña.
Sedentario: que habitualmente no mueve ni las muelas.
Rabadilla: mujer pequeña que se deja el pelo muy corto.
Chascarrillo: hostia que se atiza en un lado de la cara.

viernes, 22 de septiembre de 2006

El trío.

Este curso son veintitrés los alumnos en mi colegio. Sí, sí, en el colegio, porque se trata de uno pequeñito de pueblo. Esa cantidad es la mínima requerida para que el centro pueda exigir por ley un tercer profesor.
Y asombrosamente, la administración lo ha concedido y desde el lunes pasado hay un chico, interino, que se llama David y tiene perfil de Educación Física.
Se trata de un chico de 29 años que nunca había trabajado hasta ahora como maestro; de hecho, hasta hace dos días estaba en el parque de atracciones. Le va a venir de cine el añito de experiencia de cara a presentarse a las próximas oposiciones de junio.
De entre las diversas posibilidades de organización, finalmente mi compañera y yo hemos decidido mantener las dos aulas -es decir, rechazar la posibilidad de hacer tres grupos- y David actúa como apoyo unas horas en el aula de Primaria y otras en el de Infantil. Es, eso sí, quien se encarga de impartir las clases de "gimnasia".
A lo largo del año procuraré que algunas clases las dé él, ya que por ahora se limita a esperar que le manden, cosa normal y correcta, pero me parece que es interesante que tome iniciativa y deje de verme como el que manda y dirige en la clase, por mucho que sea así al ser el tutor.
Se agradece ese apoyo del tercer profesor ya que, a pesar de tener a mi cargo sólo once niños, éstos pertenecen a cinco niveles distintos de la Etapa de Primaria y dos de ellos, de origen rumano, requieren un nivel absolutamente personalizado.
Ah: afortunadamente para mi bienestar diario, no está bueno.

domingo, 17 de septiembre de 2006

La quinta.


Ando leyéndome la quinta parte de Harry Potter, The Order of the Phoenix. Realmente cada volumen que leo me gusta menos... pero es que el nivel de inglés en que está escrito me viene muy bien para seguir la lectura y me resulta curioso comprobar más tarde cómo han llevado la novela al cine.
La idea que llevo es leer la séptima y última entrega en cuanto se publique en inglés. Aprovecharé el intervalo de tiempo hasta que llegue la traducción al español para poder enterarme de cómo termina todo antes de que cualquier puto crío me lo chafe. Y de paso, dicho conocimiento privilegiado me servirá para amenazar a algún que otro alumno...

sábado, 16 de septiembre de 2006

Librerías (II): la Siglo XXI


(Viene del post anterior)
Así que con el curso a punto de comenzar, ni siquiera sabía a quién iba a solicitar el pedido de los materiales.
Tomé la determinación de ponerme en contacto con la librería Siglo XXI, con la que mi ex-compi había trabajado los dos cursos anteriores y que a ella le caía cerca de casa. Busqué el número de teléfono de esta librería pero al marcarlo nunca lo cogían. Normal teniendo en cuenta que seguramente tenían filas descomunales de gente esperando a coger los libros de sus niños.
Indicaban una dirección de e-mail y a ella que me lancé. Envié el pedido con un párrafo previo explicando por qué no había solicitado el presupuesto previo con ellos en junio, mi situación colgada actual y el ruego de que, aunque fuese comenzado el curso, enviasen por correo los libros lo antes posible.
Unas horas después mi intranquilidad proseguía, porque no habían respondido al e-mail ni siquiera para decir que estaban ocupándose del tema. Así que volví a llamar una y otra vez y por fin se escuchó una voz al otro lado del hilo, oh, milagro. Expliqué todo el tema, me dijeron que leerían el pedido y que se pondrían en contacto conmigo si había algún problema.
El viernes por la tarde, saliendo del colegio después de preparar cuatro cosicas para el primer día de clase y sin los libros, me llamaron los de la librería al móvil diciendo que el martes por la tarde estaría listo el pedido, y que si pasaba yo a buscarlo dispondría de él mucho antes que si lo enviaban por correo. Dije que de acuerdo, que estaba contento y feliz de saber que el miércoles las cosas estarían ya encauzadas, les di las gracias y me dispuse a disfrutar del fin de semana tan tranquilamente.
Y cual fue mi sorpresa, agradable desde luego, cuando el domingo por la mañana me llega un mensaje de un tal Óscar, de la librería, diciendo que la mayor parte del pedido, salvo algunos materiales que tenían que solicitar, estaba ya... ¡¡en el mismísimo colegio!!
¿Cómo lo habían hecho llegar? ¿No decían que por correo tardaría más? ¿Y cómo es que, como me confirmó el alguacil del pueblo, lo enviaron un domingo por la mañana?

Todavía no he hablado con ellos y no sé las respuestas. Sólo sé que el lunes por la mañana los chicos entraron en clase, la cosa fue viento en popa y se marcharon con las mochilas repletas de libros para forrar y pegar su nombre.

Así que el asunto terminó bien. Sin duda, en junio haré a la librería del siglo un pre-pedido tan estupendísimo que cuando regrese en septiembre no tendré más que tocarme el epigastrio esperando.

lunes, 11 de septiembre de 2006

Librerías (I): la General.


A finales de Junio solicité por e-mail el presupuesto de los libros de Primaria a esta librería, que está situada en el Paseo Independencia. Mi ex-compi lo hacía a la siglo XXI, pero ésta se encuentra a trillones de años luz de mi casa y preferí elegir una más cercana. La General me hizo el presupuesto, me pareció correcto, me hice con un número de socio para acceder al 15% de descuento en libros y les dije que previeran que esos libros serían los que en septiembre tendrían que enviarme.
Llegado Septiembre, en este nuevo rol que tan pomposo queda al decirlo de director del centro, soy quien se encarga de solicitar dicho envío de los libros. Envié, pues, por e-mail de nuevo el pedido, esta vez incluyendo los libros de Infantil que mi nueva compañera quería y dividiendo todo el material en dos facturas: la de los materiales que más tarde la administración pagará al centro –pues ahora en Primaria y Secundaria los niños no pagan los libros- y la de aquellos, como pinturas o cuadernillos complementarios, que ya no se subvencionan y que el colegio pide dada la dificultad de los padres para conseguir materiales desde un pueblo pequeño.
Y me llaman de la librería el pasado jueves diciéndome varias cosas:
- Una, que a qué fin, siendo profesores, se nos ocurre solicitar los libros con tan poca antelación dado lo pronto que el curso empezaba. Palabras literales de la mujercilla, a la que no le tenía por qué explicar que mi compañera era nueva y la había esperado hasta septiembre para que pudiese trabajar con los materiales que ella desease. Sí que le dije, en cambio, que el material de Primaria ya lo había solicitado -con el presupuesto correspondiente- en junio. Pues no, dijo, no hay ningún pedido ni tenemos número de socio tuyo. ¿Qué pedido hiciste? No, ninguno, dije, era un mero presupuesto a modo de previsión para vosotros y que deseaba que enviarais ahora. Ah, claro, pues es que si en junio lo medio solicitaste y no lo confirmaste para que fuese preparado, entonces lo borramos. Fantástico, qué cerebro, señores, ¿no saben ustedes que un colegio no quiere recibir los materiales el 5 ó 6 de Julio?
-Dos, que no disponían de un buen número de los libros que yo solicitaba, ya que al no haber hecho una previsión en Junio (...) no contaban con el pedido y además, para uno o dos libros de cada ejemplar que yo pedía... Vamos, como diciendo que para un colegio de pueblo de mierda que no nos sale rentable...
- Y tres, que la librería General no lleva los libros del programa de gratuidad de la DGA. Y yo: ah. Pues habérmelo dicho al principio, y el 26 de Junio, y habríamos acabado antes.
Añadió que entonces no sabía si me interesaba pedir los libros con ellos o no, dije que no, gracias, porque iban a tardar mucho tiempo, y colgué.
Bien es cierto que, dado que yo contaba con recibir el pedido por correo, ya había avisado a los padres en la reunión de que no podía pasar a buscar personalmente el material y por tanto era posible que el mismo lunes siguiente aún no estuviesen los libros, pero que los primeros días era perfectamente posible desenvolverse en el aula con otros materiales alternativos. Pero el caso es que ese día del desplante, el jueves día 7, me encontraba sin haber realizado el pedido de ni siquiera un lápiz y a cuatro días de empezar el curso.
Voy a durar de director dos días, pensé. Que te cagas.
(Continuará)

viernes, 8 de septiembre de 2006

Diabetadas (V)


- Epopeya: poema narrativo extenso cuyos personajes terminan comiendo espinacas.
- Coronación: acto durante el que un grupo de gente representa a su país cantando.
- Compendio: me he coscao, me he coscao.
- Respetar: coger una vaca y escocerla satisfaciendo nuestras necesidades sexuales.
- Humus: atjús, atjús.
- Damisela: devuélveme a la niña, hazme el favor.
- Catacumba: desprendimiento de niño de la cama al suelo.
- Mariposa: momento de mirar el culo de la mari, que ya verás como no le cabe en el asiento, ya.
- Pimentero: no habría obrado así de haberlo sabido antes.

miércoles, 6 de septiembre de 2006

¡Vas a morir de un modo horrible!

- dijo el quiromántico de faz tenebrosa-. En cualquier momento .
Jack se quedó petrificado durante unos segundos, soltó su mano y se marchó corriendo. ¡Morir!, pensaba mientras no dejaba de correr, ¡morir!, ¡y dicho por el adivino mejor considerado del barrio!
Quiso llegar hasta un parque y aprovechó los cruces que estaban en verde. Se tumbó en la hierba y reflexionó.
- Si lo que ha dicho es cierto, ¿dónde podría refugiarme para que no me ocurriera nada?
Pensó en su dormitorio, en su pueblo, en un automóvil aparcado, en una isla desierta... y observó que la pradera en que se hallaba estaba libre de peligros.
- Aquí me quedaré.
Y dejó pasar una hora. Dos, y tres.
Al llegar a la cuarta, se dio cuenta de que empezaba a hacer frío y se estaba nublando. Así que intuyó que le esperaba una muerte por granizo o por congelación.
- Me iré a casa.
En su cuarto, mirando al techo en su cama, hizo un recuento de aquellos objetos que podrían hacerle daño. La lámpara podría caer sobre él, un trofeo le golpearía la cabeza si una de las estanterías se inclinase, un balón de fútbol le haría resbalar...
No durmió en toda la noche. Hasta se planteó que la falta de sueño iba a ser el motivo de su muerte, pues se muere pronto si faltan sueños.
Antes del amanecer algo dentro de sí le dijo que la hora se aproximaba. El tic tac del reloj, el extraño silencio de la casa, el bochorno de la tormenta que no comenzaba, el sudor que caía por su espalda.
Si he de morir, haré lo que nunca he hecho antes de marcharme. Veamos, reflexionó, ¿qué me apetece hacer? ¿Cómo quiero despedirme? Un atraco a un banco, un beso a la hermosa vecina, una comilona interminable, un vuelo en avión... Pero, ¿cómo conseguir una pistola, toda esa comida, o un avión, si le quedaba poco tiempo? ¿Se había de quedar con un beso robado, acaso?
Y entonces... decidió que volaría. Sin avión y sin alas.
Salió del piso sin llaves, dejando durmiendo a sus padres. Paso a paso, subió las escaleras y al alcanzar el sexto piso, utilizó la puerta de la terraza.
El sol estaba a punto de salir. La ciudad estaba todavía en calma y hacía frío, mucho frío, ahí arriba. Era un buen momento. Ni siquiera se asomó para observar la altura, sino que se dejó llevar por la tranquilidad del momento y caminó sin detenerse hasta que se acabó el edificio. Sabría por fin lo que se sentía al volar... y al morir... y después de morir.
¿Una muerte horrible?, se preguntó cuando caía. Tonterías... resolveré un misterio eterno en diez segundos.
Pero el golpe sólo le destrozó el cuerpo sin quitarle la vida de inmediato. Permaneció en la UCI seis semanas y siempre que durante el lento proceso despertaba a la consciencia, el celador más cercano escuchaba la cope.

lunes, 4 de septiembre de 2006

¡Ya!


Esta mañana he hecho el examen de Etnología regional. No ha sido muy difícil, al menos en comparación con otros que tenía de años anteriores. Había estudiado relativamente; lo tenía todo leído y comprendido y lo que me fallaba era asociar las ideas con sus respectivos autores o escuelas. Este aspecto apenas ha sido importante en el examen que han puesto, así que no me puedo quejar. Dado que una de las preguntas vale seis puntos y no sé en qué medida he podido hacerla bien y me da que una de las dos cuestiones que valen dos puntos no me ha salido muy allá, tengo dudas razonables sobre el aprobado. Mike, que de modo escéptico me echó las cartas de la baraja francesa, predijo que aprobaría con una nota mediocre.
A ver.
El caso es que por fin me he quitado el muerto etnológico-regional de encima.

sábado, 2 de septiembre de 2006

¡Felicidades, Rakeltxu!


Espero que esta foto horrible que tengo tuya quede compensada por haber actualizado a la hora de tu nacimiento. ;)

viernes, 1 de septiembre de 2006

Retornos familiares.

1 de Septiembre y la vuelta al cole ya se ha producido para los profesores. Estoy satisfecho de poder decir que lo he cogido con muchas ganas. Me apetecía conocer un poco a mi nueva compañera y ver quiénes (y con qué intenciones) se acercaban por la escuela el primer día.
La compi parece maja. Eso sí, me hace gracia su cara como triste y seria -parece su mueca habitual, ya que estaba igual cuando la conocí antes de las vacaciones-. Me llevaré bien con ella, somos de la misma edad y finalmente ha decidido quedarse con el cuarto dormitorio de la casa de Daroca. Compartiendo trabajo y casa, cual parejita heterosexual, ¡¡más vale que nos llevemos bien!! No me la veo muy preparada, eso sí, para una posible salida de armario por mi parte.
El retorno a la rutina de un día laboral ha comenzado con viejos recuerdos de repente muy reales: había un camión volcado en el puerto de Paniza. Estoy acostumbrado a encontrarme con una escena así cada pocos meses, pero ya el primer día... Otro aspecto familiar ha sido ver aparecer a la denominada, según palabrejas de mi ex-compi, Doña Cucufata, la mamá daproblemas que, por supuesto, no ha podido resistir la tentación de visitar el cole a primerísima hora y de tener la primicia de conocer a mi compañera nueva. Me ha pedido que no hiciese la reunión de presentación de curso el próximo martes porque ella estaba de vacaciones, la he mandado a escaparrar todo lo elegantemente que me permitía mi puesto de maestro y acto seguido le he hecho un resumen a Isabel de los dimes y diretes de la mujer que sucedieron durante los dos cursos anteriores.
Hay un interrogante por desvelar cuya respuesta no se hallará hasta, por desgracia, una vez comenzado el curso: ¿con veintitrés alumnos que tenemos este año, y ateniéndonos a lo que dice la ley, nos concederá la administración un tercer profesor? ¿Podré, en consecuencia, hacerme cargo sólo de cinco o seis niños que encima van superbien y olvidarme de dos alumnos rumanos de comportamiento insufrible y de los dos hijos cucufatos?
Creo que lo voy a consultar en el tarot. Y en los libros de etnología regional...

miércoles, 30 de agosto de 2006

Ligando.

- Hola, guapa.
- Hola -dice la muchacha con tono distante.
- ¿Sabes que eres la chica más guapa que he visto nunca en este bar?
- Pues gracias.
El chico sonríe, bebe y, escudado por la música, piensa sus próximas palabras.
- ¿Sueles venir mucho por aquí?
- A veces, sí.
- Qué guapa que eres.
La chica vomita figuradamente -no lo hagáis nunca en casa, niños- tras decidir que la capacidad conquistadora del muchacho es escasa y trillada.
- En serio, me he quedado pasmado con esos ojos y esa sonrisa.
- Ajá.
- ¿Quieres que vayamos a algún sitio?
- Estoy bien aquí, gracias.
- Te puedo invitar a venir a mi casa, si quieres. Soy muy bueno en la cama y tengo una buena herramienta.
- Te lo agradezco, pero tengo hemorroides.
- Cuánto lo siento. Pero eso no tiene por qué ser un problema.
- Claro que sí. Yo, o me dan por el culo con una buena polla y con un puño o no disfruto. Y ahora mismo estoy escocida.
- Comprendo, comprendo. Es una pena.
En unos minutos el muchacho se aleja y la chica goza del buen resultado de la táctica. Lo que se divertirá contándolo a los amigos.

domingo, 27 de agosto de 2006

¿Cómo?


¿Cómo consigue un mago dividir a una persona en dos o tres trozos tras haberla metido en una caja? La explicación que siempre se da es la de que se trata de varias personas; eso parece evidente, pero nunca he sabido encontrar el modo en que dos personas pueden caber en esas divisiones ni en qué momento las piernas de la persona original dejan de ser las suyas verdaderas.

jueves, 24 de agosto de 2006

Listen / Ecoutez / Escucha


Si no hay imprevistos de nuevo, podríamos ir a Escucha este domingo. Mike se apunta y yo conduzco, así que quedan tres sitios libres y no seré yo quien se coma el marrón de decidir la identidad de los otros tres ocupantes.
Quienes vengan deberán tener en cuenta varias cosas. Una, que la gasolina correrá a cuenta de todos a partes iguales. Dos, que llevaremos comida casera, ya que parece que ninguno de nosotros anda sonándose los mocos con billetes. Tres, que saldremos a las diez desde mi casa (y ello implica, por lo menos para un servidor, que conduce, no irse de juerga la noche del sábado). Y cuatro, que la salida consistirá en ir al museo minero de Escucha, quizá ver algunas cuevas cercanas si alguien conoce el camino, comer y de vuelta, si apeteciese, parar un rato en el pueblo donde trabajo para verlo y entrar en el cole. ¿Hora aproximada de regreso? Diría que las seis o así, como tarde.
Otra opción (que yo prefiero) sería ir el sábado, aunque quizá sea inviable si Nekokun quiere celebrar su cumple el viernes por la noche y/o los demás tenéis algún tipo de encuentro/concierto/orgía preplaneada.
En fin, ahí tenéis los comments para que os tiréis de los pelos por un asiento o declaréis vuestro pasotismo escuchil.

martes, 22 de agosto de 2006

Yo es que me derrito.


Dedicaría este post a Nekokun, al que felicito desde aquí, pero no lo hago porque lo va a leer días después. Caspe´s consequences.
Así que hablaré, rápida y babeantemente, de mis dos sueños eróticos por cumplir. Se satisfizo ya el de tocar a un tío hiperbarrigudo. Ahora me queda el de ponerle la mano encima a un jugador de baloncesto que se acerque lo más posible, o sobrepase, los dos metros y el de enrollarme con una mole musculosa como la de la foto...
Ya sabéis, amigos, que ande o no ande... Creo que después de ver a Toño admirando unas tetas como dos macetas, puedo afirmar que él comparte mi admiración tamañil.

domingo, 20 de agosto de 2006

So sweet... (II)


También de aroma dulce, he descubierto a precio módico estas botellas de crema catalana; me he pimplado una en tres días yo solo, porque con lo dulce que es y con el grado justo de alcohol, entra que no veas...
Como la de helado no hay ninguna, eso sí.

viernes, 18 de agosto de 2006

So sweet...


El jabón de vainilla endulza las manos de quien lo usa. Me he aficionado a él desde hace tiempo. Está bien percibir ese aroma aunque sólo sea eso, aroma, volátil y perecedero; aunque uno sea rubio y el otro moreno, aunque uno odio lo dulce y el otro lo adore, aunque uno quiera amistad y el otro no...
Pero no importa. Me gusta la sensación, y lo seguiré comprando.

miércoles, 16 de agosto de 2006

No más.


Viendo la foto, creo que queda claro que no debo tratar de cuidar más plantas en mi casa. Ese cadáver pertenece a la que me regaló Carolina hace año y pico. Me dijo: "Es muy fácil, sólo tienes que cambiarle el agua una vez a la semana y ya está". Yo así lo he hecho, pero la pobre no ha resistido.
Conclusión necesaria: las plantas también se inmolan.

lunes, 14 de agosto de 2006

Zipi y Zape


Creo que hacemos buena pareja. Os invitaremos a nuestra boda si no se escapa a Polonia cuando se lo proponga.

I think we make a good couple. We´ll invite you to our wedding if he doesn´t run away to Poland when I ask him to marry me.

Mysle, ze dobra z nas para. Zapraszamy Was na nasz slub, jesli on nie ucieknie do Polski, kiedy poprosze go by wyszedl za mnie.

domingo, 13 de agosto de 2006

Porque yo lo valgo.


En una página web se pueden encontrar chicos y chicas que han colocado una webcam y se muestran medio desnudos para que tú, de modo gratuito, les veas. Si deseas que hagan lo que tú quieras y se desnuden del todo, tienes que pagar.
No me he informado en profundidad, pero la publicidad dice que puedes ganar hasta ciento veinte euros por hora si decides ser uno de esos atrevidos. Aunque luego sólo ganes treinta o cincuenta, la posibilidad me pareció interesante. Lamentablemente, requieren ciertas características técnicas, como una web cam concreta, una tarjeta de sonido buena y por supuesto conexión de banda ancha, cosas que no tengo. Pero por lo demás, el horario se lo marca uno mismo. Coges dos mañanas de fin de semana, pones cachondo a cuatro salidos de Estados Unidos y hale.
No desdeñaré la idea, que me animaron algunos admiradores internetianos que tengo diciéndome que tenía posibilidades y, por otro lado, he de reconocer que me gusta que la gente me mire (el flirteo) cuando voy al ambiente. Y esto sería lo mismo pero de modo virtual.
Porque yo lo valgo.

viernes, 11 de agosto de 2006

Liberando a Carmen Posadas (II)


Hace muchas semanas comenté que había encontrado un libro de la autora que aparece en el título, Pequeñas infamias, en la biblioteca Ricardo Magdalena, concretamente en un estante destinado a los libros liberados. Decía que después de leerlo lo dejaría en cualquier sitio, y añadía algunos comentarios acerca de lo original y sugerente de la idea del bookcrossing.
Leí un veinticinco por ciento del libro, decidí que era una basura y lo abandoné a la puerta de El Cortinglés de Independencia; y ese libro, como todos menos uno de los que he liberado, ha caído en manos de alguien que desconoce la página web donde hay que indicar que se es el nuevo dueño del mismo, o no sabe usar internet o ha decidido quedarse con la novela.
Así que a la mierda tanto bookcrossing y su puta madre en bragas.

miércoles, 9 de agosto de 2006

Que le den porl saco a la hermanastra.


Cuando en una situación crítica, como ver a dos personas atrapadas en un coche accidentado o encerradas en una habitación en llamas, alguien se comporta heroicamente y arriesga su vida sin pensar en la suya propia, está poniendo en práctica un instinto ancestral de ayuda al semejante; allí, la adrenalina, por ejemplo, juega un papel fundamental. Dos individuos salvaron la vida de una chica que iba en silla de ruedas cargando con ella sesenta y ocho pisos abajo; salieron de una de las torres gemelas apenas unos minutos antes de que se desplomara.
Pero hay un matiz en esta ayuda desinteresada por salvar vidas: y es que es algo selectivo y varía de intensidad. Cualquiera de nosotros se entregaría con mayor esfuerzo para ayudar a su hermano o a su madre, por ejemplo. Se hizo un experimento –contrastado después en varias ocasiones- en el que se le pedía a una persona que metiese la cabeza bajo el agua y aguantase todo lo que pudiese; lo que diferenciaba las varias ocasiones en que se rogaba esto es que en cada una de ellas el voluntario pensase en que el esfuerzo iba dirigido a tres familiares distintos, digamos que un hermano, un sobrino y una prima segunda. Resulta asombroso que la vez en que más resistía esa persona bajo el agua era cuando había estado pensando en el hermano, por ser el familiar con el que compartía mayor proporción de genes.

Vamos, que si a veces todos somos un poquico animales, pues razones no nos faltan, al parecer.

lunes, 7 de agosto de 2006

Gracias por un futuro mejor.


Mi estatura está en unos 166 centímetros. Nunca he tenido el más mínimo problema por ver que buena parte de la población, sobre todo la masculina, es más alta que yo. Es más, mejor para mí, que me gustan más altos.
Sin embargo, viendo el actual tamaño de los asientos del bus o de ciertos... báteres para mear de pie... (¿es que no tienen un nombre o es que no me sale?), a veces mi mente divagaba acerca de mis dificultades para llevar una vida normal dentro de cuarenta o cincuenta años, cuando la población aún fuese más alta y resultase poco sorprendente encontrarse gente de metro noventa. Me reconfortaba pensando en las chicas bajitas, ya que mientras existiesen, más o menos las dificultades serían relativas o al menos se sobrellevarían mejor en compañía.
Y de repente... ¡qué bien!, llegó la globalización, las inmigraciones y la mezcla typical siglo XXI, y ahí están esos maravillosos sudamericanos, esos ecuatorianos que no levantan ni dos butifarras del suelo y que me garantizan una vida normal hasta que me muera.
¡Gracias, Zapatero, por abrir las puertas al mundo!

sábado, 5 de agosto de 2006

Día olvidable.

Ayer viernes fue sin duda un día para olvidar. Anímicamente estuve bien, pero sin duda hubo varios hechos que me podrían haber invitado a quedarme en casa durmiendo y asqueado.
En primero lugar, había planificada para hoy una visita al museo minero de Escucha que ya lleva varios años en mente. Y justo ayer, cuando ya estaba todo preparado y había quedado a las diez en la puerta de mi casa para hoy, descubro que se me ha roto la patilla de mis gafas y que, al no poder conducir, la excursión es inviable (pues me niego a prestar mi coche a nadie, la verdad).
Por otra parte, me pongo a consultar mis mensajes de internet y me encuentro conectado en ese momento al chico de madrid al que quiero ir a visitar. Físicamente me encanta y yo a él también, pero parecemos gustarnos para algo más que para un encuentro breve. Hablando de cuándo vernos, surgen detalles que me empiezan a sonar mal. Me dice que vive con sus padres y que tendría que alojarme en un hostal; luego, al invitarle yo a venir, me dice que como trabaja, no puede; después, me dice que este lunes y martes tiene fiesta (contradicción primera), así que le digo que se venga y me dice que no puede, porque sus padres se marchan y le dejan al perro para que lo cuide; le digo que vale, que puedo ir yo, pero que entonces me puedo alojar en su casa; me dice que no, que su hermano viene y va a casa aunque vive con su esposa y que no le gustaría que viera que estoy yo (cosa que suena rara, nueva información sorprendente); le digo que bueno, pero que entonces por qué no le deja el perro a su hermano y se viene a zaragoza; me dice que no, que ya les ha dicho a sus padres que se va a quedar a cuidar al perro y que como es la primera vez que lo dejan solo, no quiere cambiar de planes; le digo si estaríamos todo el día por ahí por madrid viendo cosas y dice que sí y entonces le pregunto a idea que entonces qué sería del perro, y entonces dice que pasaríamos por su casa un par de veces al día para atenderlo y cambiarle el agua; le digo entonces que me corta un poco tener que dormir en hostal y estar pasando por su casa tanto (ocasiones en las que además, pienso, también nos podría ver el hermano, ¿no?), con lo que cuesta moverse en madrid; dice que bueno, que sería rápido, que tiene jardín y no hay que sacarlo de paseo (¿entonces por qué cojones no deja al perro en el jardín, le echa un vistazo tu hermano y, si te apetece conocerme tanto como dices, vienes a zaragoza y te dejas de memeces?); le digo que prefiero verlo mejor el día 22 en zaragoza, donde podré alojarle, y entonces me insiste en que vaya y que vaya y que vaya; le digo que no, que en zaragoza estaremos sin perro, sin hermano y con intimidad, de llegar el caso; me insiste y me insiste y me dice que si nos gustamos mucho me iré a vivir a madrid yo; le digo que sí, que voy a renunciar a mi plaza fija ahora mismo; me dice que él no tiene trabajo de lo suyo en zaragoza (es actor...)... Y así seguimos un buen rato, entre comentarios extraños y cuentos de la lechera... pero todo ese tiempo me dio la sensación de ser un chico mucho menos sincero y claro de lo que me había parecido. Lo cual encaja con la primera impresión que tuve al verle por foto: qué guapo que es y qué consciente que es de ello.
En tercer lugar, ayer estuve a punto de quedar con dos personas. Charlamos por internet, nos vimos por foto... y ambas, interesadas en mí, terminaron diciendo lo mismo: "huy, no, si hoy no puedo quedar, jeje, me refería a otro día". ¡¡Arrrrgh, con lo que me cuesta a mí animarme a quedar con alguien, que nunca nunca lo hago, y ahora me encuentro con dos monjas!! ¡¡Qué asco de vidaaaaaa!!
En cuarto lugar, después de que me informaran en la óptica de que la patilla de mis gafas tardará dos semanas en ser reparada, me fui de compras a grancasa. No compré nada, pero yendo de tiendas me crucé con un chico claramente gay -y si no lo es, pues pobrecico, porque va a tener encuentros indeseados a mansalva-, alto y guapete, con el que me crucé en varias ocasiones y hubo un obvio intercambio de miradas. A la tercera vez, me decidí a buscarlo, y volví a H&M, donde ya había estado; lo vi en una fila y me quedé por la entrada; y cuando el chico iba a salir y yo estaba firmemente decidido a ponerme a hablar con él (qué fuerte, ¿eh?), me encuentro con una tropa de seis personas compuesta por familiares de ésos que hace que no ves como quince años y a los que les tienes que contar tu vida en quince minutos: qué bien que estás trabajando, pues qué delgado que estás, qué tal tus padres, cuánto paquete marcas y todas esas cosas. Pasó el chico guapo a mi lado, me volvió a mirar, le sonreí con cara de circunstancias de la vida y para cuando conseguí desembarazarme de la tropa, me lo encontré ya subiendo al 23; y desde luego, si jamás he osado ponerme a hablar con un desconocido y ayer estuve a punto de hacerlo, sí que me niego a hacerlo en un autobús abarrotado donde los de alrededor se coscarían enseguida de lo anormal de nuestro diálogo.
Y por último, ya que hoy no había excursión, salí por ahí anoche y el polaco no estaba, lo cual al menos me habría alegrado un poco el rato. Me presentaron a un chico con el comentario previo de que yo le gustaba; plumífero, a primera vista superficial y muy diferente a mí, pero con ese toque óscar-simpático que me gusta en los chicos y que me animó a acompañar al chico y su grupo a otro bar tras el versus. A mitad de camino por la calle, el chico se retrasó hablando con otro y pasados quince minutos en los que ambos chicos ni siquiera se veían al final de la calle (¿qué cojones harían? Eran amigos y además dudo que se enrollasen en una zona céntrica a las 5 de la mañana), dije al grupo que tenía frío y que me iba a mi casa.
Afortunadamente, ayer era viernes y hoy es otro día...

jueves, 3 de agosto de 2006

lunes, 31 de julio de 2006

Siguiente opositora: Rakeltxu.


No os creáis a Rakeltxu cuando dice que va a la biblioteca a estudiar. La foto demuestra que hoy la he pillado investigando en el tarot acerca de sus posibilidades de aprobar su examen de oposición.
Querido lector, Rakeltxu necesita tu ayuda, ya que ha efectuado una tirada que no sabe interpretar. La muchacha dispone de los siguientes datos. Ha formulado una pregunta de sí o no; las dos cartas que dan la respuesta han sido la torre y la emperatriz; las dos cartas que completan la respuesta e indican los factores que inciden en ella, y que por tanto deberían modificarse en caso de no obtener la solución deseada, han sido la fortuna y el amor. Ninguna de las cuatro cartas ha aparecido en posición invertida.
Quien ose dejar su interpretación habrá de pinchar a continuación y dejar un comentario.

sábado, 29 de julio de 2006

Valencia (III): descubrimientos


Estos pocos días fuera de casa han servido también para ser consciente de algunos aspectos ajenos y propios que hasta ahora desconocía.
Estando en el salón de casa en Silla, durante la hora del telediario, mi tío empezó de repente a despotricar sobre Zapatero y su política de dejar entrar a los inmigrantes; "no dejan en ningún país y él hala, el tonto, los deja pasar; y claro, estamos todos aquí más mal que bien y encima nos vienen a quitar el trabajo". Como ése, otros varios argumentos típicos y tópicos que me hicieron pensar en ciertas inclinaciones políticas no muy agradables. Me alegré en ese momento definitivamente de no haber salido del armario ante ellos, porque esa mentalidad y ciertos comentarios jocosos -de índole también típica que podréis imaginar- me dieron a entender que la cosa habría caído peor que un jarro de agua fría. Como una estalactita de mármol directamente.
Otro aspecto destacable es que durante los cuatro días que pasé en Valencia he engordado dos kilos. He descubierto, o más bien terminado de comprobar, que mi dieta habitual es increíblemente sana y que debo permitirme darme un autoaplauso ante mi constancia y buen hacer respecto a la selección de alimentos diaria que hago por mi cuenta en mi casa. Disfruté como un tonto poniéndome hasta arriba de comida mientras estuve en Silla, claro que sí, porque estando en un lugar distinto y viendo pasar manjares ante mis ojos a todas horas, no quería (y además no podía) dejar de probarlos; pero me alegro de ser capaz de no comprarlos para mi propio hogar. La conclusión, que ya saqué hace unos años cuando perdí mis famosos veinte kilos en tres meses, es que lo de hacer dieta consiste en jugar con el enemigo en casa: tu familia y sobre todo tu madre, que suele ser quien más afanosamente se encarga de hacer o malhacer la compra y de invitarte a llenar al cien por cien el estómago en cada comida. Perder veinte kilos, o siquiera cinco, en Silla, es casi imposible, y en este caso Silla representa el noventa por ciento de las familias.
Prosiguiendo con lo que sutilmente se está convirtiendo en una pequeña autoalabanza que espero que me permitais, porque estoy en fase de resurgimiento de autoestima -término que acabo de inaugurar-, descubrí también en este breve periodo fuera de casa, cierta habilidad de orientación espacial que me permitió desplazarme de Silla a Valencia y hasta saber llegar a Silla cuando volviendo de Sagunto de repente perdí el coche de mi tío, que iba delante del mío, al tomar un desvío equivocado y regresé a Silla sin el menor problema. Mi tío alucinaba con que me hubiese hecho tan deprisa con los caminos básicos -si habéis estado en las afueras de Valencia lo comprenderéis- y yo más aún, dado que hace tiempo que había descartado esa habilidad en mí como buena.
Y finalmente, ha sido increíble el modo que me he dado cuenta de lo que aprecio a mi hermano. Durante estos cuatro días he estado un montón de tiempo seguido con él. Nos llevamos muy bien y he observado que es ya una pequeña personita, con su novia (de la cual oficialmente no sé nada, pero un servidor investigó un poco) y sus cositas. Si ya dejé claro en el post del jueves lo que me afecta salir de casa, lo que me hace pensar, una muestra clara de ello la tuve la primera noche que pasé en el pueblo: y es que, sin poderlo evitar, mientras trataba de dormir en ese calor insoportable al lado de él, me entraron unas ganas enormes de llorar al darme cuenta de lo que le quería.
Y así estuve más de media hora sin poderlo evitar...

jueves, 27 de julio de 2006

Valencia (II): deseos sin ganas.


El primer contacto con Valencia o, más concretamente, con Silla, el pueblo donde he pasado buena parte del tiempo, fue un tanto horrible.
Primero, por la elevada temperatura y la humedad pegajosa a la que aludí en mi post anterior. La primera vez que tuve que conciliar el sueño en la habitación de mi prima pensé que nunca lo conseguiría, ya que tenía la sensación de estar a treinta y cinco grados, y el sudor me caía a chorros por la frente. Imagino que haber conducido durante dos intervalos de dos horas y media me ayudó a dormir con cierta facilidad.
Segundo, por las revueltas de carretera para encontrar Silla. Uno tiene la idea de que un pueblo es un pueblo en todos los sitios a los que va; y no, porque en éste hay unos cuantos colegios y debe de tener como dos kilómetros o tres de largo por vaya usted a saber cuántos de ancho. Tiene, de hecho, dos entradas distintas desde la autovía.
La tercera razón por la que me costó sentirme bien en la comunidad valenciana fue por algo que trato de que no sea consustancial en mí: la pereza a viajar. No sé si llamarlo "parte yaya", pero a veces digo como mi abuela, que qué bien se está en casa y con la rutina de libro, gimnasio, estudio y cafecito con amigos. Salir a un sitio nuevo me da una pereza tremenda siempre: prepara la maleta, llévate ropas, desodorantes, cepillos, carnets, a ver qué haces con la comida a medio acabar de la nevera, dónde te vas a alojar, cómo vas a ir y si es en coche por qué carretera...

Me extenderé un poco en este tercer punto. Si yo fuese el libro de Tus Zonas Erróneas, best-seller de la sección de autoayuda, debería expresar el siguiente concepto así: poseo dos ideas incompatibles o al menos conflictivas entre sí, que son las de querer conocer sitios y gente nueva y la de encontrarme estupendamente en mi casa con mis cosicas. Como, siguiendo la hipótesis del libro, el pensamiento lleva al sentimiento, me da por el saco cada vez que veo que la gente viaja en cuanto llega el fin de semana, pues a la par que la envidio por la de sitios que conoce y aprecia, me encuentro la mar de bien sin moverme de la ciudad. Teniendo en cuenta que el año pasado, después de ir a Londres y a Jaca, me hubiese largado también a Amsterdam de haber tenido dinero, deduzco que, como muchas otras cosas, es cuestión de lanzarse a hacerlo y de coger cierto hábito y ánimo, pues ahora mismo, contando esto una vez ya he regresado a Zaragoza, admito que me plantearía irme fuera (unos pocos días o finde, eso sí) a otro sitio.

También hay una cosa curiosa, un sentimiento curioso e imagino que universal, pero que no sé si otras personas sienten con la misma intensidad que yo. Y es que, cuando salgo fuera (esta vez también me ha ocurrido, a pesar de no haberme desplazado a otro país o a un sitio lejano), veo otra gente, otra ciudad, incluso otro idioma –el valenciano en este caso-, otros chicos... y todo ello, toda esa novedad, me parece preciosa a la vez que me abruma. Pienso en la cantidad de sitios y personas que nunca conoceré, y siento cierta necesidad insólita de subirme a una gran plataforma y dirigirme a todo el planeta para que todos sepan que estoy aquí y que me apetece conocerlos. Insisto en que es un sentimiento algo extraño, una especie de deseo y a la vez impotencia de no poder abarcar cada sitio y cada persona, que realmente me desagrada, me conmueve y me vuelve cuando visito un sitio nuevo. A veces lo recuerdo también al pensar en lugares que he visitado, sobre todo Londres, quizá por haber sido en inglés y lejos; me acuerdo de las calles que recorrí, las personas que conocí y que volveré a ver cuando regrese... y entiendes que esos lugares y personas siguen existiendo aunque no formen parte de tu vida real diaria.

Son sensaciones habituales, ¿verdad? Cosas de ésas que algunos describen con la expresión de "viajando se aprende mucho".

¿Próximo destino?

lunes, 24 de julio de 2006

Valencia


¡Hola!
Escribo desde casa de mis tíos en Silla, Valencia. Como dije en el post anterior que Rakeltxu pareció no saber descifrar (lo cual se hacía copiando y pegando el mensaje en Word y pasándolo a letra normal), me he ido de vacaciones fuera de Zaragoza. ¿Hasta qué día? No sé, aunque empiezo a tener una idea clara de cuándo quiero volver. Estaré algún día más del que pensaba.
La cronología va a ser un cachondeo en los varios posts que dedicaré a este viaje. Así que hablaré de hoy mismo.
He ido a ver la ciudad de las artes y las ciencias; vamos, me refiero al oceanográfico y al hemisferio. Si algo debéis saber es que muy muy recomendable -al menos si pensais visitarlo en temporada alta como yo- que compreis las entradas desde cualquier sitio menos en el propio recinto, porque me he chupado hora y media de cola al sol...
Una vez dentro, el acuario me ha defraudado ligeramente. Por una razón que decir en voz alta me va a hacer quedar como un imbécil, pero a quien le defrauda le pasa también por eso: y es porque he visto poco más que seres marinos. Y claro, os preguntareis, ¿qué esperabas ver? ¿A Emilio Aragón pintando con el pie? El caso es que, dado mi relativo interés por el mundo natural en general, habría necesitado cierta espectacularidad de presentación. Ese aspecto sólo lo ha conseguido el espectáculo de delfines, con buena combinación de música, pero el resto era muy normal. De modo que veías lo que esperabas sin la más mínima sorpresa; así que, como digo yo siempre, si a los poco puestos en la materia nos ha dejado algo indeferentes, no creo que haya conseguido el objetivo primordial de cualquier exposición que se precie. En cualquier caso, vale la pena echarle un vistazo, por supuesto.
Después he ido al hemisferio a ver una peli. Dejando a un lado el sueño que me ha sobrevenido durante la proyección, también ha resultado curiosa la cosa; pantalla enorme y extracóncava. Me queda por ver, lo dejo para otro próximo día, el museo en sí, que es el edificio blanco que todos conocemos.
Eso sí, durante todos los días que estoy pasando así voy a sufrir el mismo mal que habría sufrido si hace unas semanas hubiese terminado yéndome a Granada -plan no realizado que desconocéis por eso: porque al final no lo hice-: el del turista sin mapa. Resulta que te vas a las oficinas de turismo de Zaragoza todo contento a pedir un mapa de Valencia o de Granada y te dicen que no tienen, y que no depende de ellos sino de las oficinas de turismo de las respectivas ciudades... Para suplir la carencia, te dan la dirección de la oficina de la ciudad a la que vas, pero... ¿cómo cojones se supone que la vas a encontrar? Porque si te vas a Soria mira, escupes y donde la baba no moje suelo ahí está, pero en una ciudad bastante grande como Valencia, ni de flores.
Y claro, ando algo limitado con mi coche de cara a moverme por la ciudad. Pensaba comprar un gps hasta que decidí que casi trescientos euros eran demasiadas pelas para tan pocas -aunque valiosas- funciones.
Por cierto, ya sé en carne propia qué significa la manida frase que había oído miles de veces: "En Valencia no es que haga más calor que en Zaragoza, sino que es más húmedo".
Adeu.

viernes, 21 de julio de 2006

Mensaje cifrado.

Queridos visitadores de Charada:
Voy a estar unos días fuera de Zaragoza, por lo que no actualizaré el contenido del blog.
Espero que vuestras existencias sigan teniendo el mismo sentido en mi ausencia y que no os derritáis de sudor.
See you soon!

martes, 18 de julio de 2006

Pequeño vídeo.

Esta tarde me he dedicado a preparar un cortometraje improvisado. Podéis verlo en http://www.youtube.com/watch?v=5r2Q1Qnqgh0
(Para quienes tengais una conexión que no sea de banda ancha, entrad en la página, pausad el vídeo mientras se descarga -os costará unos cinco minutos- y de ese modo no lo iréis viendo avanzar a trocitos, modo incómodo y desagradable de verlo).

lunes, 17 de julio de 2006

Lalau, mi fetiche sexual.


Lalau es su nick a la hora de hacer comentarios en mi blog; la pueden ver en la foto del post anterior a éste, al lado de Sara.
Es divertido ver que la gran mayoría de las veces que me encuentro con esta mujer resulta que apenas unos días antes he conocido, y puede que hasta palpado, a un chico atractivo o, en su defecto, me han entrado unos cuantos (la cantidad es peor que la calidad pero también infla el ego). Visto este poder de atracción a posteriori que ejerce Lalau en mí, suelo comentarle siempre que me acuerdo que a ver si nos vemos pronto de nuevo, porque será buena señal.

Sin embargo, como ya vísteis los visitantes de Charada, cené con ella y con Sara el otro día y por primera vez en varios encuentros no tuve nada que contarle en el ámbito erótico - sentimental... Pensé: oh. Será que ella ha ligado y ha pasado a usar sus poderes para ella misma. Pero no, sigue soltera. (Hago el llamamiento gratis, Lalau, para que veas).

A pesar de que tengo que quedar con ella para ver Cube, una famosa película claustrofóbica, temo que esa nueva quedada se retrase, y no es mi intención perder las buenas costumbres. Así que procederé a comentarte, Lauand -y los demás estáis invitados a cotillear también-, que justo hace un rato se ha ido de mi casa el chico que aparece al comienzo de este post. Es ligeramente más alto que yo y pesa 110 kilos. Una de mis rarezas es que me encantan los tíos grandes (sea cual sea el motivo de su tamaño: la obesidad, la estatura o la musculatura), y por primera vez en mi vida he tenido el placer de sentir entre mis manos una barriga descomunal que os aseguro que sale muy desmerecida en la foto, ya que parece menos prominente de lo que es en realidad.
La tripota y unas piernas gruesas, en plan lanzador de peso, me han encantado y ha sido una delicia tocarlas y verlas.
Para mí el rostro es lo más importante en un chico, pero en cuanto al cuerpo, estos rasgos particulares me entusiasman; quizá se explique así en parte por qué, teniendo un éxito razonable ligando, mando a paseo al 167% por ciento del mundo (el 67% de exceso que indico se debe a los que no me entran por la razón que sea pero rechazaría si yo les interesase. Juas juas).

Concluiré aprovechando que toco el tema del sexo para decir que no soy una persona promiscua; sin embargo, después de casi dos años tristón y desanimado -segunda causa de mi escasa vida horizontal de los últimos tiempos-, ahora que ando mucho más receptivo quiero y creo que hasta debo darme alegrías. Que por otro lado, siempre he creído que, por mera probabilidad, alguno de estos amigos con derecho a roce puede terminar siendo algo más.

sábado, 15 de julio de 2006

Parte de Aquelarre Teatro.


Así suelen terminar las actrices amateur cuando se quedan sin papeles que llevar a escena.
A la izquierda, Sara (Sarini); a la derecha, Laura (Lauand). Los tres disfrutamos de una pizza de espinacas como dios manda.
Algún día volveremos a preparar obras de teatro.