viernes, 29 de septiembre de 2006

Un francés solitario.

Menudo título, ¿eh?
Lamentablemente, el tema de este post es el de mis clases de francés, en la escuela de idiomas.
Llevo dos clases, si no contamos la primera, que fue una mera introducción, y la verdad es que está resultando divertido, interesante y estresante. En dos clases, que como son de dos horas y cuarto suponen en realidad cuatro clases y media de una hora, hemos visto un webo de cosas: holaquétal, me llamo así, tengo estos años, dónde trabajas, pues trabajo de puta, fíjate qué bien, verbo ser, verbo tener, un porrón de profesiones, los números hasta el cien, el abecedario, los artículos... Y el ochenta por ciento de todo eso de modo oral, con lo cual, o se te ha quedado en la cabeza, o te jodes vivo.
Me gusta el profesor porque da la sensación de saberlo todo, y aunque con mis niños trato de que tengan la visión de su profe como de un ser humano que hasta ignora cosas, como alumno me encanta idealizar intelectualmente a quien me enseña.

Tengo media hora en coche de ida y otra de vuelta para ir a la escuela de idiomas. Ya en pleno comienzo de otoño vuelvo de noche, así que en invierno no quiero ni pensarlo. El caso es que me encanta conducir en solitario. Oscuridad, tiempo para pensar, música de fondo.

¡Ah! ¿Sabéis qué? ¡¡Me pongo como un flan cuando veo que me toca hablar !!

domingo, 24 de septiembre de 2006

Diabetadas (VI)


Cañería: bar alemán.
Baldosa: dícese de la idea que tiende a no llegar a buen término.
Jalea real: encuentro de fin de semana para disfrute de los borbones.
Sintaxis: obligación de utilizar el bus.
Estrangular: que posee tres lados.
Hípica: la lerda va y se lo cree.
Mancebo: si cargas poco el anzuelo, no van a picar ni de coña.
Sedentario: que habitualmente no mueve ni las muelas.
Rabadilla: mujer pequeña que se deja el pelo muy corto.
Chascarrillo: hostia que se atiza en un lado de la cara.

viernes, 22 de septiembre de 2006

El trío.

Este curso son veintitrés los alumnos en mi colegio. Sí, sí, en el colegio, porque se trata de uno pequeñito de pueblo. Esa cantidad es la mínima requerida para que el centro pueda exigir por ley un tercer profesor.
Y asombrosamente, la administración lo ha concedido y desde el lunes pasado hay un chico, interino, que se llama David y tiene perfil de Educación Física.
Se trata de un chico de 29 años que nunca había trabajado hasta ahora como maestro; de hecho, hasta hace dos días estaba en el parque de atracciones. Le va a venir de cine el añito de experiencia de cara a presentarse a las próximas oposiciones de junio.
De entre las diversas posibilidades de organización, finalmente mi compañera y yo hemos decidido mantener las dos aulas -es decir, rechazar la posibilidad de hacer tres grupos- y David actúa como apoyo unas horas en el aula de Primaria y otras en el de Infantil. Es, eso sí, quien se encarga de impartir las clases de "gimnasia".
A lo largo del año procuraré que algunas clases las dé él, ya que por ahora se limita a esperar que le manden, cosa normal y correcta, pero me parece que es interesante que tome iniciativa y deje de verme como el que manda y dirige en la clase, por mucho que sea así al ser el tutor.
Se agradece ese apoyo del tercer profesor ya que, a pesar de tener a mi cargo sólo once niños, éstos pertenecen a cinco niveles distintos de la Etapa de Primaria y dos de ellos, de origen rumano, requieren un nivel absolutamente personalizado.
Ah: afortunadamente para mi bienestar diario, no está bueno.

domingo, 17 de septiembre de 2006

La quinta.


Ando leyéndome la quinta parte de Harry Potter, The Order of the Phoenix. Realmente cada volumen que leo me gusta menos... pero es que el nivel de inglés en que está escrito me viene muy bien para seguir la lectura y me resulta curioso comprobar más tarde cómo han llevado la novela al cine.
La idea que llevo es leer la séptima y última entrega en cuanto se publique en inglés. Aprovecharé el intervalo de tiempo hasta que llegue la traducción al español para poder enterarme de cómo termina todo antes de que cualquier puto crío me lo chafe. Y de paso, dicho conocimiento privilegiado me servirá para amenazar a algún que otro alumno...

sábado, 16 de septiembre de 2006

Librerías (II): la Siglo XXI


(Viene del post anterior)
Así que con el curso a punto de comenzar, ni siquiera sabía a quién iba a solicitar el pedido de los materiales.
Tomé la determinación de ponerme en contacto con la librería Siglo XXI, con la que mi ex-compi había trabajado los dos cursos anteriores y que a ella le caía cerca de casa. Busqué el número de teléfono de esta librería pero al marcarlo nunca lo cogían. Normal teniendo en cuenta que seguramente tenían filas descomunales de gente esperando a coger los libros de sus niños.
Indicaban una dirección de e-mail y a ella que me lancé. Envié el pedido con un párrafo previo explicando por qué no había solicitado el presupuesto previo con ellos en junio, mi situación colgada actual y el ruego de que, aunque fuese comenzado el curso, enviasen por correo los libros lo antes posible.
Unas horas después mi intranquilidad proseguía, porque no habían respondido al e-mail ni siquiera para decir que estaban ocupándose del tema. Así que volví a llamar una y otra vez y por fin se escuchó una voz al otro lado del hilo, oh, milagro. Expliqué todo el tema, me dijeron que leerían el pedido y que se pondrían en contacto conmigo si había algún problema.
El viernes por la tarde, saliendo del colegio después de preparar cuatro cosicas para el primer día de clase y sin los libros, me llamaron los de la librería al móvil diciendo que el martes por la tarde estaría listo el pedido, y que si pasaba yo a buscarlo dispondría de él mucho antes que si lo enviaban por correo. Dije que de acuerdo, que estaba contento y feliz de saber que el miércoles las cosas estarían ya encauzadas, les di las gracias y me dispuse a disfrutar del fin de semana tan tranquilamente.
Y cual fue mi sorpresa, agradable desde luego, cuando el domingo por la mañana me llega un mensaje de un tal Óscar, de la librería, diciendo que la mayor parte del pedido, salvo algunos materiales que tenían que solicitar, estaba ya... ¡¡en el mismísimo colegio!!
¿Cómo lo habían hecho llegar? ¿No decían que por correo tardaría más? ¿Y cómo es que, como me confirmó el alguacil del pueblo, lo enviaron un domingo por la mañana?

Todavía no he hablado con ellos y no sé las respuestas. Sólo sé que el lunes por la mañana los chicos entraron en clase, la cosa fue viento en popa y se marcharon con las mochilas repletas de libros para forrar y pegar su nombre.

Así que el asunto terminó bien. Sin duda, en junio haré a la librería del siglo un pre-pedido tan estupendísimo que cuando regrese en septiembre no tendré más que tocarme el epigastrio esperando.

lunes, 11 de septiembre de 2006

Librerías (I): la General.


A finales de Junio solicité por e-mail el presupuesto de los libros de Primaria a esta librería, que está situada en el Paseo Independencia. Mi ex-compi lo hacía a la siglo XXI, pero ésta se encuentra a trillones de años luz de mi casa y preferí elegir una más cercana. La General me hizo el presupuesto, me pareció correcto, me hice con un número de socio para acceder al 15% de descuento en libros y les dije que previeran que esos libros serían los que en septiembre tendrían que enviarme.
Llegado Septiembre, en este nuevo rol que tan pomposo queda al decirlo de director del centro, soy quien se encarga de solicitar dicho envío de los libros. Envié, pues, por e-mail de nuevo el pedido, esta vez incluyendo los libros de Infantil que mi nueva compañera quería y dividiendo todo el material en dos facturas: la de los materiales que más tarde la administración pagará al centro –pues ahora en Primaria y Secundaria los niños no pagan los libros- y la de aquellos, como pinturas o cuadernillos complementarios, que ya no se subvencionan y que el colegio pide dada la dificultad de los padres para conseguir materiales desde un pueblo pequeño.
Y me llaman de la librería el pasado jueves diciéndome varias cosas:
- Una, que a qué fin, siendo profesores, se nos ocurre solicitar los libros con tan poca antelación dado lo pronto que el curso empezaba. Palabras literales de la mujercilla, a la que no le tenía por qué explicar que mi compañera era nueva y la había esperado hasta septiembre para que pudiese trabajar con los materiales que ella desease. Sí que le dije, en cambio, que el material de Primaria ya lo había solicitado -con el presupuesto correspondiente- en junio. Pues no, dijo, no hay ningún pedido ni tenemos número de socio tuyo. ¿Qué pedido hiciste? No, ninguno, dije, era un mero presupuesto a modo de previsión para vosotros y que deseaba que enviarais ahora. Ah, claro, pues es que si en junio lo medio solicitaste y no lo confirmaste para que fuese preparado, entonces lo borramos. Fantástico, qué cerebro, señores, ¿no saben ustedes que un colegio no quiere recibir los materiales el 5 ó 6 de Julio?
-Dos, que no disponían de un buen número de los libros que yo solicitaba, ya que al no haber hecho una previsión en Junio (...) no contaban con el pedido y además, para uno o dos libros de cada ejemplar que yo pedía... Vamos, como diciendo que para un colegio de pueblo de mierda que no nos sale rentable...
- Y tres, que la librería General no lleva los libros del programa de gratuidad de la DGA. Y yo: ah. Pues habérmelo dicho al principio, y el 26 de Junio, y habríamos acabado antes.
Añadió que entonces no sabía si me interesaba pedir los libros con ellos o no, dije que no, gracias, porque iban a tardar mucho tiempo, y colgué.
Bien es cierto que, dado que yo contaba con recibir el pedido por correo, ya había avisado a los padres en la reunión de que no podía pasar a buscar personalmente el material y por tanto era posible que el mismo lunes siguiente aún no estuviesen los libros, pero que los primeros días era perfectamente posible desenvolverse en el aula con otros materiales alternativos. Pero el caso es que ese día del desplante, el jueves día 7, me encontraba sin haber realizado el pedido de ni siquiera un lápiz y a cuatro días de empezar el curso.
Voy a durar de director dos días, pensé. Que te cagas.
(Continuará)

viernes, 8 de septiembre de 2006

Diabetadas (V)


- Epopeya: poema narrativo extenso cuyos personajes terminan comiendo espinacas.
- Coronación: acto durante el que un grupo de gente representa a su país cantando.
- Compendio: me he coscao, me he coscao.
- Respetar: coger una vaca y escocerla satisfaciendo nuestras necesidades sexuales.
- Humus: atjús, atjús.
- Damisela: devuélveme a la niña, hazme el favor.
- Catacumba: desprendimiento de niño de la cama al suelo.
- Mariposa: momento de mirar el culo de la mari, que ya verás como no le cabe en el asiento, ya.
- Pimentero: no habría obrado así de haberlo sabido antes.

miércoles, 6 de septiembre de 2006

¡Vas a morir de un modo horrible!

- dijo el quiromántico de faz tenebrosa-. En cualquier momento .
Jack se quedó petrificado durante unos segundos, soltó su mano y se marchó corriendo. ¡Morir!, pensaba mientras no dejaba de correr, ¡morir!, ¡y dicho por el adivino mejor considerado del barrio!
Quiso llegar hasta un parque y aprovechó los cruces que estaban en verde. Se tumbó en la hierba y reflexionó.
- Si lo que ha dicho es cierto, ¿dónde podría refugiarme para que no me ocurriera nada?
Pensó en su dormitorio, en su pueblo, en un automóvil aparcado, en una isla desierta... y observó que la pradera en que se hallaba estaba libre de peligros.
- Aquí me quedaré.
Y dejó pasar una hora. Dos, y tres.
Al llegar a la cuarta, se dio cuenta de que empezaba a hacer frío y se estaba nublando. Así que intuyó que le esperaba una muerte por granizo o por congelación.
- Me iré a casa.
En su cuarto, mirando al techo en su cama, hizo un recuento de aquellos objetos que podrían hacerle daño. La lámpara podría caer sobre él, un trofeo le golpearía la cabeza si una de las estanterías se inclinase, un balón de fútbol le haría resbalar...
No durmió en toda la noche. Hasta se planteó que la falta de sueño iba a ser el motivo de su muerte, pues se muere pronto si faltan sueños.
Antes del amanecer algo dentro de sí le dijo que la hora se aproximaba. El tic tac del reloj, el extraño silencio de la casa, el bochorno de la tormenta que no comenzaba, el sudor que caía por su espalda.
Si he de morir, haré lo que nunca he hecho antes de marcharme. Veamos, reflexionó, ¿qué me apetece hacer? ¿Cómo quiero despedirme? Un atraco a un banco, un beso a la hermosa vecina, una comilona interminable, un vuelo en avión... Pero, ¿cómo conseguir una pistola, toda esa comida, o un avión, si le quedaba poco tiempo? ¿Se había de quedar con un beso robado, acaso?
Y entonces... decidió que volaría. Sin avión y sin alas.
Salió del piso sin llaves, dejando durmiendo a sus padres. Paso a paso, subió las escaleras y al alcanzar el sexto piso, utilizó la puerta de la terraza.
El sol estaba a punto de salir. La ciudad estaba todavía en calma y hacía frío, mucho frío, ahí arriba. Era un buen momento. Ni siquiera se asomó para observar la altura, sino que se dejó llevar por la tranquilidad del momento y caminó sin detenerse hasta que se acabó el edificio. Sabría por fin lo que se sentía al volar... y al morir... y después de morir.
¿Una muerte horrible?, se preguntó cuando caía. Tonterías... resolveré un misterio eterno en diez segundos.
Pero el golpe sólo le destrozó el cuerpo sin quitarle la vida de inmediato. Permaneció en la UCI seis semanas y siempre que durante el lento proceso despertaba a la consciencia, el celador más cercano escuchaba la cope.

lunes, 4 de septiembre de 2006

¡Ya!


Esta mañana he hecho el examen de Etnología regional. No ha sido muy difícil, al menos en comparación con otros que tenía de años anteriores. Había estudiado relativamente; lo tenía todo leído y comprendido y lo que me fallaba era asociar las ideas con sus respectivos autores o escuelas. Este aspecto apenas ha sido importante en el examen que han puesto, así que no me puedo quejar. Dado que una de las preguntas vale seis puntos y no sé en qué medida he podido hacerla bien y me da que una de las dos cuestiones que valen dos puntos no me ha salido muy allá, tengo dudas razonables sobre el aprobado. Mike, que de modo escéptico me echó las cartas de la baraja francesa, predijo que aprobaría con una nota mediocre.
A ver.
El caso es que por fin me he quitado el muerto etnológico-regional de encima.

sábado, 2 de septiembre de 2006

¡Felicidades, Rakeltxu!


Espero que esta foto horrible que tengo tuya quede compensada por haber actualizado a la hora de tu nacimiento. ;)

viernes, 1 de septiembre de 2006

Retornos familiares.

1 de Septiembre y la vuelta al cole ya se ha producido para los profesores. Estoy satisfecho de poder decir que lo he cogido con muchas ganas. Me apetecía conocer un poco a mi nueva compañera y ver quiénes (y con qué intenciones) se acercaban por la escuela el primer día.
La compi parece maja. Eso sí, me hace gracia su cara como triste y seria -parece su mueca habitual, ya que estaba igual cuando la conocí antes de las vacaciones-. Me llevaré bien con ella, somos de la misma edad y finalmente ha decidido quedarse con el cuarto dormitorio de la casa de Daroca. Compartiendo trabajo y casa, cual parejita heterosexual, ¡¡más vale que nos llevemos bien!! No me la veo muy preparada, eso sí, para una posible salida de armario por mi parte.
El retorno a la rutina de un día laboral ha comenzado con viejos recuerdos de repente muy reales: había un camión volcado en el puerto de Paniza. Estoy acostumbrado a encontrarme con una escena así cada pocos meses, pero ya el primer día... Otro aspecto familiar ha sido ver aparecer a la denominada, según palabrejas de mi ex-compi, Doña Cucufata, la mamá daproblemas que, por supuesto, no ha podido resistir la tentación de visitar el cole a primerísima hora y de tener la primicia de conocer a mi compañera nueva. Me ha pedido que no hiciese la reunión de presentación de curso el próximo martes porque ella estaba de vacaciones, la he mandado a escaparrar todo lo elegantemente que me permitía mi puesto de maestro y acto seguido le he hecho un resumen a Isabel de los dimes y diretes de la mujer que sucedieron durante los dos cursos anteriores.
Hay un interrogante por desvelar cuya respuesta no se hallará hasta, por desgracia, una vez comenzado el curso: ¿con veintitrés alumnos que tenemos este año, y ateniéndonos a lo que dice la ley, nos concederá la administración un tercer profesor? ¿Podré, en consecuencia, hacerme cargo sólo de cinco o seis niños que encima van superbien y olvidarme de dos alumnos rumanos de comportamiento insufrible y de los dos hijos cucufatos?
Creo que lo voy a consultar en el tarot. Y en los libros de etnología regional...