sábado, 31 de marzo de 2007

Momentos de educación: costumbres fusilables de restaurante.

- Buenas tardes, que aproveche.
- Buchas fgafias.

jueves, 29 de marzo de 2007

La verdad no existe.


Cada vez estoy más convencido de que la verdad, así, como entidad independiente y objetiva, es una de las mayores tonterías que nos hemos podido inventar. No es necesario ser muy inteligente para llegar a esta conclusión, puesto que con observar que cada cultura tiene una manera diferente de concebir el mundo basta y sobra.
Pero he vuelto a pensar en esta cuestión cuando me he puesto a darle duro a mi nueva asignatura antropológica, llamada Geografía Humana y Demografía. Resulta tocha y aburrida a la par que interesante.
En el segundo tema, se debaten las perspectivas que existen acerca de la distribución de las personas y de los tipos de edificaciones en las ciudades. Lo que parece a priori un tema no demasiado extenso se convierte en páginas y páginas de teorías que, cada cual desde su punto de vista (económico, ecológico, social...), ofrecen sus propias ideas y sus conclusiones distintas.
Una vez uno lee todas las teorías, se queda diciendo: oiga, please, ¿y no hay así como una teoría chachi que sea como más verdad que las demás y yo me quedo con ella y mi cerebro se relaja? La diversidad me abruma.
My God, quesque al final no me voy a atrever ni a definir un donuts.

martes, 27 de marzo de 2007

Sano hasta dar asco.


Un día cualquiera:
- Desayuno: tostada con mermelada, zumo de frutas megalicuadora y leche con cereales con fibra.
- Almuerzo: fruta.
- Comida: de primero verdura o pasta, de segundo ternera, pechuga o conejo, raramente cerdo; en ocasiones, de primero y de segundo, lata de legumbres.
- Merienda: zumo de frutas megalicuadora, yogur desnatado de albaricoque o melón y, a veces, tostada con mermelada.
- Cena: más frugal de lo que debería, o zumo de frutas megalicuadora, o pescado (merluza o pota) con tomate o mayonesa, y dos yogures desnatados.
- Postdata dietil: la dieta se trastoca cuando me da por meterme caña en el gimnasio y añadir batido proteínico, atún y claras de cinco huevos.
Por supuesto, algún fallo tendría que tener. Y es que esta dieta, perfecta hasta dar asco, la sigo de lunes in the morning a viernes por la evening; el resto del tiempo, mejor no contarlo...

domingo, 25 de marzo de 2007

Momentos de educación: familiaridad o exceso de confianzas.

- ¡Hola, Cristina! ¿Cómo estás? ¡¡Cuánto tiempo!!
- ¡¡Amparo!! Pues muy bien, ¿y tú?
- Muy bien también. Te veo muy guapa, y eso que han pasado años.
- Gracias, tú también, estás como siempre. Oye, pero cuenta, ¿qué estás haciendo ahora?
- Nada, hija, en casa.
- ¿No trabajas?
- No.
- ¿Es que tienes algún hijo?
- ¡Qué va, qué va! Tuve un aborto.
- Vaya, lo siento mucho.
- No te preocupes, más lo siento yo.
(Se acerca un niño).
- Es éste. Antoñito, éstate quieto y dile hola a Cristina.
- No quiero.
- Ays, hasta el gorro me tienes, qué cruz de crío.

viernes, 23 de marzo de 2007

Por un minuto.


En ocasiones el trabajo se hace rutinario: que si ahora toca matemáticas, que si ahora me toca echarle la bronca a éste, que si ahora tengo que poner cara de fíjatequébonitoes ante un dibujo horrible de plástica... Para ocasiones así, me permito organizar pequeños acontecimientos en clase que me hagan pasármelo bien y puedan colar como actividades pedagógicas.

El recurso divertiprofe más habitual es el de hacer una actividad basada en una canción que me guste a mí; así, por ejemplo, el otro día pude escuchar a toda pastilla Lucky Twice, la de "I´m so luuucky lucky, I´m so looooovely lovely...". Otras veces opto por proponer actividades lúdicas cuando toca inglés. Por ejemplo, reparto flashcards (minipósters) entre los alumnos y digo dos de las imágenes que salen en ellas; "¡Apple, onion!" El que tiene la primera debe pillar al que tiene la segunda por toda la clase, y se montan unas competeciones que te meas.

El otro día creé la actividad más cachonda que se me haya podido ocurrir. Se llama "Rey por un minuto" y está directamente basada en lo que hacía Emilio Aragón en Vip Noche. Hasta ahora sólo la he hecho una vez y los críos se escojonaron vivos encantados. Consiste en premiar el viernes a alguno de los alumnos que haya tenido mejor comportamiento o que haya mejorado en algún aspecto; ese alumno sale del aula y entra acompañado de una música imponente, con las persianas algo bajadas, con una capa de rey -que es una bata blanca-, una corona -hecha de cartulina- y tiene el privilegio de sentarse en una gran silla con ruedas que hace de trono. Durante un minuto, recibe masajes en el cuello y la espalda por mi parte mientras le sirvo en un plato dos galletas de chocolate y le abanico. Y una vez pasado el minuto, le quito la bata de malos modos, le tiro la corona a freír puñetas, le quito el plato y le echo de clase mandándolo a freír espárragos.

¡Qué divertido es ser profesor!

miércoles, 21 de marzo de 2007

El asesino.

Mi hermano y yo hicimos otro vídeo hace ya unos pocos meses.
Ya conocéis la técnica para verlo: hacéis click en la dirección que aparece a continuación y pulsais la pausa mientras se descarga todo.

lunes, 19 de marzo de 2007

Gran Slam.


Es el título de un nuevo programa de Cuatro que premia los conocimientos y la rapidez de los concursantes. Lo vi el otro día, creo que por primera y última vez porque es bastante monótono. Dos concursantes se colocan uno frente al otro mientras un locutor invisible recita preguntas bastante complicadas; al igual que en una partida de ajedrez, corre el tiempo del concursante hasta que acierta una respuesta y comienza a correr el del otro, así hasta que uno de los dos pierde los sesenta segundos.

Cuando lo vi, fue derrotado un tal Javier Dávila, que en su momento fue supercampeón de Saber y Ganar, ese sempiterno programa presentado por Jordi Hurtado en La 2. Quien lo venció fue un chaval que no pasaría ni de coña de los treinta años. Fue desgranando con rapidez las respuestas. Me chocó que vestía moderno, pelo con toque actual; vamos, alguien de quien uno no esperaría semejante cultura. Y entonces pensé: dios mío, ¡soy un ignorante, un inculto, una eme a su lado!


El tema del saber a veces me ha traído de calle. El hombre no ha terminado de definir nunca qué es ser inteligente. Parece que ahora, en un mundo globalizado donde las ciencias deben trabajar en coordinación, se valoran por fin todas las habilidades humanas que requieren de dotes y experiencia, como las habilidades sociales o la llamada inteligencia emocional. Sin embargo, qué duda cabe de que sigue vendiendo mucho gozar de una buena memoria que permita relucir datos remotos que pocos conocen o retienen.


Fue trabajo de estos últimos años míos, tras una relación con Javier, de buena memoria enciclopédica, el animar mi endeble autoestima recordando que la memoria es importante pero no lo es todo. Consiste todo en comprender que es lógico que disciplinas ajenas a mi interés, como la Historia, y repletas de datos fríos que o sabes o no sabes, nunca estarán muy a mi alcance. Consiste también en observar los aspectos positivos de uno y cómo aplicarlos; en mi caso, por ejemplo, me atrevería a citar cierta facilidad para usar el lenguaje con corrección -sobre todo el escrito-, facilidad también para imitar sonidos de otros idiomas, un buen sentido del ritmo, gusto por la lectura y por aprender y capacidad creativa. Todo ello compensará a buen seguro la retención relativa de datos de que soy capaz y que a veces, como en ese gran slam, a uno le hace sentirse el ignorante number one del reino.

sábado, 17 de marzo de 2007

Momentos de educación: diálogos asertivos de pareja.

- Paco, cielo, ven, que te tengo que enseñar una cosa.
- ¿Qué pasa, corazón?
- Anoche ya te dije que el consolador no me hacía ná.
- Sí. Por eso te la penetré pronto.
- Claro. Pero es que mira. Me estabas metiendo el termómetro de la fiebre.
- Santo cielo.
- Ya te dije que lo mejor es hacerlo a media luz. Se evitan despistes.
- De acuerdo, cielo, perdona.
- No pasa nada. Así he descubierto que tengo el coño a treinta y cinco.
- Anda.
- Celsius, claro.

jueves, 15 de marzo de 2007

Sinceridad.


Mujer: El vestido te queda precioso.
Novia: Muchas gracias.
Niña: Mi mamá dice que la boda no durará.
Mujer: Cielo, tu mamá es alcohólica.

(Del film "In & out")

martes, 13 de marzo de 2007

Electrodomesticado.


Si hace unos días os hablaba del microondas, aquí me veis fregoteando mi nueva licuadora. Es un placer eso de mezclar una pera, una manzana, un tomate y dos zanahorias y tomarse un vasito de zumo supersano in the morning oh welcome happy day.

Por cierto, porque yo lo valgo, diré que salgo muy simpático en la foto y que no mextraña que tenga la oportunidad de mandar a freír espárragos a tantos chicos.

Hala.

domingo, 11 de marzo de 2007

Estado de dolor.


El otro día mi compañera de bailes de salón me llamó por segunda vez consecutiva para decirme que el sábado tampoco podría ir a la clase. Me propuso recuperarla en otro turno, aunque fuese con otra profesora distinta a la nuestra. Y descubrimos que el domingo por la mañana era posible.

Recuperamos la clase sin problemas. Pero en ella me llevé toda una sorpresa al ver que no se trataba de profesora, sino de profesor, y que éste era prácticamente el típico tío que a mí me gusta. Ojo, no el arquetipo ideal que siempre anuncio aquí porque sé que resulta divertido o curioso comentarlo (muy cachas, muy alto, etc.); de estatura y complexión normal, delgado y como 1.80, pero de un rostro precioso: alargado, muy masculino, moreno, barba de dos días y unos ojos negros profundos.

A lo largo de la clase bailé con él para terminar de comprender unos pasos de quickstep algo complicados, y tenía que notarse la cara de alucinado que se me quedaba: poder tocar a ese tío tan tremendo.

Pero no estoy tratando de hablar de sexo (para variar). Sino de esa sensación, que personalmente me resulta horrible, de encontrar a alguien que físicamente resulta irresistible, y olvidarte de cualquier otra cosa.

Cuando hace años estaba saliendo con Javier, me sucedía en ocasiones. A pesar de que físicamente él me encantaba, muy puntualmente me cruzaba por la calle con chicos que me dejaban absolutamente tocados y que se me quedaban grabados en la mente al menos para el resto del día. Y durante ese rato knockeado, sentía una barbaridad: que Javier pasaba a estar en lo más recóndito de mis pensamientos y el chico con el que me había cruzado seguía presente durante horas y a veces días.

Con el profesor de baile me pasó algo parecido: a pesar de estar conociendo a una persona que -independientemente de que vaya a desembocar o no en algo- me gusta y me parece un encanto pero cuyo atractivo físico, que lo hay, es más del tipo "qué dulce que es" que "qué arrebatadoramente bueno que está", el profesor se me quedó grabado a fuego y mi cabeza construía fantasías tontas en las que él se ponía en contacto conmigo de algún modo imposible o improbable.


He dicho que esa sensación de flash no me gusta, y así es. Cuando alguien te impacta, lo más fácil es que esa persona no sea alcanzable; a pesar de lo cual, piensas en él y te deja una especie de dolor interior, un sufrimiento, por haber apreciado lo que para ti ha sido belleza en estado puro.

viernes, 9 de marzo de 2007

Investigación vital (I)

Margarita estaba cansada.
Aquella habitación casi vacía, de escasa decoración, absolutamente impersonal, se le caía encima y ya no podía con ella. Su alma se escapaba por las ventanas mientras soñaba. Sus ganas de hacer el bien seguían presentes, pero su juventud, quizá prontamente encerrada, estaba más viva que nunca y le rogaba vivir en otro lugar.
No iba a ser perdonaba. No lo sería y ella lo sabía. Pero estaba decidida.
Eran las doce de la noche. Sus compañeras dormían desde hace dos horas. Escaparse no iba a resultar fácil. Y dejar los viejos hábitos tampoco, pero lo deseaba.
Había cosas por hacer, por vivir, por conocer ahí fuera. Experiencias, libros, estudios, viajes... chicos.
En una pequeña maleta y una bolsa de plástico reunió todas sus pertenencias. No dejó ninguna nota. Llamaría más adelante para despedirse.
Abandonó la habitación, en la que sólo dejó su nombre; como símbolo del cambio que bullía en sus adentros, Tatiana se convirtió en su nuevo yo. Recorrió un largo pasillo. Se acercó a la entrada, vacía y silenciosa, abrió la puerta con movimiento lento y, ante su asombro, la libertad estaba ante ella.
Bajó las escaleras, pisó la calle y suspiró.
Ya estaba hecho.
No muy segura de querer hacerlo, quizá por su formación religiosa, terminó por volverse hacia atrás. Echó un vistazo, por última vez, al convento al que nunca volvería.

miércoles, 7 de marzo de 2007

Investigación vital (II)

Se acercó a una cabina de teléfonos. Marcó el número de su tía.
- Pero cariño, ¿cómo es que estás en la calle a estas horas? -respondió Carmen.
- Ya te contaré. He tenido una especie de problema - afirmó Tatiana-. Quería saber si puedo dormir en tu casa.
- Pues claro que sí, eso ni dudarlo, cielo. Pero verás, estoy en Mallorca ahora mismo.
- Oh, vaya.
- Escucha, acércate a casa de Julio. Es un amable señor que vive en la puerta de al lado. Explícale quién eres y te prestará una copia de las llaves.
- Gracias, tía. No sabes lo que te lo agradezco.
Tatiana no llevaba dinero encima. Le esperaba una larga caminata.
Por el camino, observó que una cantidad enorme de jóvenes disfrutaba del fin de semana en una zona de bares. Para satisfacer su curiosidad, decidió caminar entre esa gente.
Se sintió ligeramente incómoda, probablemente por la falta de costumbre. Pero enseguida percibió que algunos chicos le resultaban atractivos y que esa inusitada cercanía le producía un nudo agradable en el estómago.
Sólo sus pasos querían alejarse de la multitud, que no ella. Quizá su vestido no era el adecuado para salir una noche... pero era lo que el cuerpo le estaba empezando a pedir.
¿Por qué no probaba a llevarse un chico a su casa? ¡Eso sí que sería probar cosas nuevas, como había planeado!
¡Ahí va! ¿Y si...? ¿Y si...? ¡Sí!
Se le había ocurrido una idea perversa... pero tentadora.
Al día siguiente compraría un periódico... y dispondría de la casa de su tía.

lunes, 5 de marzo de 2007

Investigación vital (III).

Tatiana abrió la puerta del piso y dejó que Alberto entrara primero.
Alberto tenía un culo precioso, pero lo que a ella más le gustaba eran sus brazos musculados, su pelo moreno y su rostro de rasgos duros.
Tras un rato de charla y bebida entre notas musicales, se acercaron al dormitorio y se sentaron en la cama. Poco a poco, el toqueteo de las manos pasó a mayores y la ropa fue cayendo rítmicamente sobre el suelo enmoquetado.
Para Tatiana, qué duda cabe, aquella sesión horizontal supuso toda una novedad. Ningún hombre la había tratado de esa manera anteriormente. Fueron casi dos horas de besos y caricias antes de que llegasen veinte minutos de sudor animal y divino. Todo un éxtasis.
- ¿Te ha gustado? -preguntó él mirándola de cerca a los ojos.
- Muchísimo. Ha sido maravilloso -respondió ella, sonriendo.
- Me alegro. Podemos repetirlo cuando quieras.
- Claro que sí, Alberto. Estaré encantada. Oye, ¿podrías quedarte a dormir?
- No sé... -dudó-. Tendría que anular otras citas.
- No es problema. Dime cuánto cobras por la noche entera.
- Ciento cincuenta.
Tatiana le entregó el dinero y durmió abrazada.
Justo antes de dormirse, decidió definitivamente que abandonaba su anterior vida.

viernes, 2 de marzo de 2007

Comprendiendo a mis padres.


Influye sin duda llegar cansado de trabajar y pasar la semana fuera de la ciudad: cuando llega el viernes, quiero disfrutar de mi piso, del silencio, de los amigos y de la familia. Por eso me cuesta cada vez más ir al cine. Conforme pasa el tiempo me resisto más a introducirme durante dos horas en una sala oscura a una hora prevista; además pagando, siendo que en mi casa puedo hacerlo cuando quiero, gratis acercándome a una biblioteca y en versión original cuando deseo. Por otro lado, siento poca necesidad de películas tipo hayqueverlaenpantallagrande, sin pretender hacerme el elitista peliscomercialesnoplease, que me las trago sin problema.
Eso sí, ¡¡el teatro me supone un dilema...!!