lunes, 30 de abril de 2007

Perros viejos (Daroca, 19/4/2007)

Tengo la virginidad en los pies,
Cantan los viejos del pueblo.
A lo que los niños dicen:
Pues cuidad, no la piséis.

Tengo la virginidad en los pies,
Cantan los viejos del pueblo.
Y los niños les responden:
Pues cuán larga la tenéis.

Tengo la virginidad en los pies,
Cantan los viejos del pueblo.
Los niños así se mofan:
Lavarlos una vez debéis.

Tengo la virginidad en los pies,
Cantan los viejos del pueblo.
Y los niños recomiendan:
Disfrutasteis, no os quejéis.

Tengo la virginidad en los pies,
Cantan los viejos del pueblo;
Y completan el pareado:
Y orgasmos en la vejez.

sábado, 28 de abril de 2007

Ante todo mucha calma.

Soy capaz de echarle la bronca a un niño sin levantar la voz mucho más de lo normal. Mi filosofía es pensar que es mi trabajo y no mi vida, y que no hay un premio de doce mil euros para el que más mala baba descargue durante un curso académico.
Así que el otro día, tras escuchar a uno de mis alumnos -de los de sexto, los mayores- decir cuatro barbaridades en voz alta, recurrí a mi actitud parsimoniosa para pedirle que copiase treinta veces lo que acababa de decir. Pedagógicamente es inútil, pero mantiene al niño callado durante un rato. Espero que la incapacidad foquil de mi cámara os permita distinguir el texto.

jueves, 26 de abril de 2007

¿Qué opinas?


¿Con luz, sin ella o con poca?

martes, 24 de abril de 2007

Así te veo.

-¿En qué piensas? -me preguntó sonriendo.
- Intento verte como te vería si no te quisiera, y quererte aún de ese modo.
- ¡Dios mío, qué complicado! ¿Y lo consigues?
- ¿Cómo? ¿Amarte de esa forma? Sí, y no me cuesta ningún esfuerzo.
De la novela Climats (Climas), de André Maurois.

domingo, 22 de abril de 2007

Nueva concepción tarotista


No sabría decir a qué se debe que en los últimos años, sin haberlo esperado ni creído posible en mí, me haya dado por acercarme con notable fervor al mundo del tarot. Actualmente me resisto a creer que las cartas puedan predecir el futuro de una persona, aun considerando -faltaría más- que lo que está por suceder es modificable aunque a uno se lo hayan dicho de antemano. A día de hoy, no ha habido ninguna persona que haya dicho cosas claramente ciertas sobre qué me iba a pasar.

Hace unos días compré La vía del tarot, escrito por un hombre peculiar y razonablemente conocido llamado Alejandro Jodorowsky. Se le ha visto en algún programa de Sánchez Dragó y una noche presentó Carta Blanca, ese programa de la Uno que tiene cada vez un presentador distinto y en el que él echó las cartas en varias ocasiones.

Su concepción de las cartas es la del tarot, no la de la cartomancia. Es decir, él rechaza la posibilidad de que el futuro sea predecible. Concibe las cartas como un modo de analizar la psique de una persona a traves de proyecciones e intuiciones. Eso tiene más sentido; en cierto modo, aunque él no lo dice así, uno ve en las cartas aquello que quiere ver, o al menos aquello que su cerebro (tras experiencias y las ideas que ha ido gestando de la realidad) es capaz de ver. Lo curioso es que, si leyéseis las primeras ciento cincuenta páginas de su libro, observaríais la asombrosa coherencia que tienen todas las cosas que explica, de modo que sumerge las setenta y ocho cartas del tarot en un mandala o configuración espacial donde el significado -de modo general o potencial- de cada carta queda ya claro.

Según él, hay que prestar atención a los números de la carta, a la dirección en que miran las figuras, al palo de que es cada una, por supuesto al tema sobre el que se pregunta, a los colores predominantes, a los objetos que rodean a los arcanos mayores, etc. Y, finalmente, ¡a las combinaciones entre todas ellas, en un orden o en otro!

A pesar de todo este maremágnum tarotístico, sigo conservando mi cordura. Por eso me queda claro que la cosa funciona así: cada carta tiene tantos significados posibles, y no digamos en combinación, que una vez uno se ha impregnado de todas las posibilidades semánticas de las cartas, alguna cosa se le puede ocurrir que tenga coherencia.

Pero el caso es que el tal Jodorowsky se moja. Proporciona un montón de ejemplos de tiradas; claro está que no es lo mismo leerlas ahí que hacerlas en la realidad, pero en el programa que he citado las echaba en persona al entrevistado y siempre le contaba algo. Y esas tiradas que he encontrado en el libro son siempre coherentes y tienen sentido. Todo parece consistir en dejarse llevar por la intuición pero teniendo como base las explicaciones medianamente lógicas y establecidas que cada carta requiere. De ese modo, e insistiendo en que no se deben hacer preguntas adivinatorias del tipo "¿Cuándo encontraré pareja?" o "¿Me casaré pronto?", se pueden formular cuestiones de cualquier índole, como "¿Debo aceptar el nuevo trabajo que me ofrecen?", "¿Existe la reencarnación?" o "¿Qué aspectos me preocupan más inconscientemente?". Las cartas te explican aspectos de la persona que influyen positiva o negativamente en una acción o un modo de pensar, porque, por ejemplo, está claro que no pueden afirmar o negar si nos reencarnamos (cosa que yo siempre he negado, madre mía). Las cartas hablan, pues, de un individuo, hasta el punto de que se puede hacer una tirada libre sin pregunta, dejando que sean ellas quienes formulen la cuestión.

En fin, resulta fascinante.

viernes, 20 de abril de 2007

Momentos de educación: estética.

(Luis y Carmen llevan dos horas charlando en un bar. Llega una amiga de ambos, Natalia.)
Natalia: ¡Holaaaaaa, qué taaaaal!
(Besos)
Natalia: Eh, Carmen, ¡qué chulo te queda el pelo así teñido!
Carmen: Muchas gracias.
Luis: Ah... sí, sí, es verdad, no te había dicho nada porque... sí, sí, te queda muy bien.
(Luis sonríe).

miércoles, 18 de abril de 2007

Los niños tienen derecho a. (II)

Otra niña, también de cuatro años, ignora la clase de inglés y se sienta en una mesa y se pone a hablar con el niño que describí en el otro post, que también se sienta junto a ella.
Les castigo. Se sonríen y siguen durante hablando toda la clase.
Sus compañeros se van y les da igual. Les siento, les echo la bronca y les pido que piensen qué han hecho mal. Cada minuto vuelven a hablar otra vez de lo que quieren. Los separo más. Se quedan en silencio durante diez minutos y el niño finalmente me dice lo que esperaba y le dejo irse. La niña se queda más rato y parece no molestarle estar sola y en silencio. Y después de veinte minutos, me dice que ha pensado algo ya. Cuando le pido que me lo explique, me dice que ha pensado que se va a ir con su madre a zaragoza a comprarse unos zapatos.
En la próxima clase volverá a actuar igual, desobedeciendo. Ahí vendría bien LA bofetada, ésa, la única por mi parte que le daría en toda mi vida, sólo ésa y ninguna más.

lunes, 16 de abril de 2007

Los niños tienen derecho a.

A la educación, al respeto y a ser escuchados. A que no se use la violencia con ellos.
Eso está muy bien. Lo acepto.
Pero entonces, ¿qué hacemos con un niño de nuestro colegio que tiene cuatro años y que te dice a la cara que no quiere hacer su trabajo porque no le da la gana?
Los padres lo saben porque se les dice en todas las tutorías, pero siguen tratando a su hijo como si tuviese dos años y hasta le cogen de la mano o lo llevan aúpa para recorrer los trescientos metros que separan el colegio de su casa.
La solución y el problema, claro está, se encuentra en sus padres. Los padres de ese niño y de otros; como los de una niña que entrará en el cole el curso que viene y que el otro día nos pidieron si podían venir un día en hora de clase y estar ellos con la niña en el aula. Pero oigan, ¿no ven que es ilegal y anormal que su hija, no matriculada, esté en el aula, y encima con ustedes? ¿Pero es que no existe el sentido común, eh? ¿Se imaginan si todos los padres quisiesen lo mismo?
Los profesores estamos indefensos ante niños (y padres) así. Me apiado del profesor que vaya a soportar a ese niño en la ESO dentro de unos años.
Me he vuelto un firme defensor de la bofetada. No como medida recurrente, sino ocasional, es más, única. UNA sola bofetada por niño, sólo una vez. No era bueno obedecer por miedo, pero no lo es tampoco desobedecer por falta de respeto.

sábado, 14 de abril de 2007

Taperguare.


Palabra claramente española (...) en la que la independencia familiar viene puesta en duda y en cajitas. Es la manera plástica que tienen nuestros padres de perseguirnos. Por el estómago.

jueves, 12 de abril de 2007

Somos de aquí, ¿eh, maño?

Sin duda significará que queremos poco a nuestro acento y nuestro lenguaje de alpargata... ¿pero no os da algo de vergüencilla ajena cuando los aragoneses salimos en las noticias a nivel nacional y sacan siempre al mismo cateto con el acento más profundamente de pueblo que hay y usando palabras megacoloquiales?
Véase, o léase, el comentario de una señora en cuanto a la subida del Ebro al paso por su pueblo:
- Pues mire, oiga, es qu´esto es un sinvivir. No es que m´entre el agua, es que se me trasmana, y pasa por las baldosas. Se trasmana.
Dicho sea el trasmana ése en tres sílabas bien marcadas, muy al estilo zárágózá, y con ese tono resignadico de diosexisteylavidaesasíporqueélloquiereyyomecallo.
Trasmanar no existe; sí existe trasminar, así que la señora estuvo cerca de hacerlo bien. Trasminar: filtrarse un líquido o un olor a traves de un objeto.

martes, 10 de abril de 2007

Diabetadas (XIII)


Parchís: os marcháis.

Cartomancia: en inglés, utilizo un coche que me lleva a Mancia.

Sirvienta: posibilidad hipotética de que explote.

Truculento: nombre de un mago célebre por la parsimonia con que realizaba sus movimientos de manos.

Bahía: que cambia de estado.

Glucosa: cosa que hace "glu".

Maicena: aquello que como a las diez de la noche.

Trastocar: sucesos postcoitales.

Osteopatía: menuda leche que se ha llevao la gachí.

Zinedine Zidane: cortan la parte superior del prepucio.

domingo, 8 de abril de 2007

Aquí.

Te temía y al final llegaste.
Mirabas desde detrás de ti,
con ausencia ajena, o quizá tuya,
pareciendo capitana errante.
Saetas rápidas, sonrisa eterna,
breves silencios, lentos cafés.
Melodía extraña y pelo castaño,
amigo en potencia, amante de facto.
Sosia sensual, amable receptor,
encanto presente, frío en lo lejano.
No cabes en mi cabeza,
pero lo intentas.
Tú, perfección, estarás,
te temía y al final llegaste.
(Venga, llámame, cabrón).

viernes, 6 de abril de 2007

El asesino: happy version.

Cuando hicimos el anterior vídeo, mi hermano y yo, inmersos en la vorágine creativo-sideral, rodamos una segunda toma del mismo añadiendo variaciones más cómicas; lo cual no evita que todo quede en una ida de cabeza sin sentido pero curiosa de ver.

miércoles, 4 de abril de 2007

Momentos de educación: viejos conocidos.

Dorothy: Mirad todos allí. Es Pepita. No la saludéis, sale con Zutanito y me cae fatal.
Mikimoquetas: ¡¡Hola, Pepita!!
Pepita: Hola, ¡halaaaa, qué sorpresa!
Dorothy educativa: ¡¡Hola, Pepita!! ¿Qué taaaaaaaaaaaaaaaaaal?
(Nota: el número de aes es directamente proporcional al grado de hipocresía)

lunes, 2 de abril de 2007

Qué rica y mona es.

- Mira, Carmencita, qué grande y maja la tengo.
- Que sí, Paco, que sí. No me vengas con ésas.
- Ahí la ves toda contenta. Qué pillina que es.
- Que sí, Paco, ya vale. Que he dicho que no y que no.
- Pero mírala, no me digas que no es un encanto. Con ella nos sacamos un sobresueldo.
- Paco, tío, que no me apetece. Es muy mona pero no.
- Mujer, pero mírala, si ya hasta empieza a echar liquidico por la boca.
- A ver, ¿cómo te lo voy a decir? Que no quiero usar a nuestra Laurita para mendigar. Es un cielo pero sólo tiene cinco años y me da igual que sepa imitar un ataque de epilepsia.
- Joer, qué mala baba tienes. Pues no sé pa qué quiero entonces a la puta cría. Anda, Laura, bájate de la silla, que no hay quien la saque del tiesto.
- Jo, mami, eres una anticapitalista radical, ¿eh? Que te den, me voy al cole.