domingo, 12 de febrero de 2006

Oink


Soy un cerdo, porque un joyero me arrojó perlas y no las aprecié.
No sé si cerdo, pero sí podría ser gato o perro durante unos días...
Ya que no es posible transformarme en animal, el modo de no andar pensando en algo será que mañana todos mis niños necesiten tres explicaciones para entender cualquier cosa.
¡Cómo se agradece trabajar a veces!

4 comentarios:

bl4ze dijo...

Hala! pero mira que eres... Pero lo de trabajar para no tener que pensar es un buen bálsamo. Y ya se que es fácil decirlo pero no te me ralles hermoso que ya verás como todo sale bien, y como mínimo habremos hecho un adicto al pacharán con piruletas je je!
Aich!! si es que en el fondo eres un tarrito de mermelada!!! LLámame si quieres y nos vamos al Fígaro a tomar un té americano o una zumo de tomate.
Besos guapísimo y ya tienes un emilio mio.

Diabetes dijo...

Ya, y al tarrito de mermelada le gusta el otro tarrito precisamente porque es un tarrito.
Pero yo no me salto los límites de velocidad aunque lo desee... y aunque conduzca en la misma dirección. :)

bl4ze dijo...

Pues igual tienes razón, pero el mundo de los tarritos tampoco es tan bueno ni tan dulce a veces.
EN fin, que cuando no se puede además es imposible, y que lo primeo eres tú. Besos gominola de fresa

Anónimo dijo...

Con tal de que no se te crucen los cables y les sueltes a los niños lo que te está pasando realmente por la cabeza...