domingo, 26 de marzo de 2006

Aprendizaje significativo.


Sin romper los esquemas tradicionales de los cerrados padres que tengo en el pueblo, procuro de vez en cuando hacer cositas en clase algo distintas -que no por ello son muy originales, sino que simplemente escapan del libro y el cuaderno- con el objetivo de acercarme a eso que en cualquier manual de oposiciones para maestro se llama "aprendizaje significativo": tratar de que lo que quieres que el niño aprenda lo haga no porque tú se lo impongas, sino porque se lo vendes de un modo atractivo y motivador y/o cercano a sus intereses de niño. En el ejemplo que sigue, la gracia residía simplemente en que el profesor se puso a hablar de un tema ajeno a cualquier libro y con preguntas que podían despertar su curiosidad, así como cierto aire de misterio e intriga.
Escribí sin más la palabra "supersticiones" en la pizarra. Un chaval de diez años trató de adivinar, sin que yo se lo preguntase, el significado de la palabra, y no recuerdo qué barbaridad dijo interpretando "súper" como "muy"; que no, chaval, déjalo, déjalo. Les expliqué en palabras sencillas que se trataba de creencias sin base que, a pesar de carecer de tal fundamento, muchas personas seguían juzgando reales.
Supieron mencionarme ejemplos como la mala suerte que traía romper un espejo, o tirar un salero, o encontrarse con un gato negro, o pasar bajo una escalera. Yo encaminé la discusión hacia el hecho de abrir un paraguas bajo techo, y algunos afirmaron que conocían también ese caso.
- Bien, entonces imaginad que yo tuviera un paraguas. Y que además fuese amarillo, que dicen que trae mala suerte. ¿Seríais capaces de abrirlo aquí mismo?
- Sí, ¡tráelo y lo abro! -dijo uno.
- Vale -dije yo.
Y entonces los sorprendí sacando de la nada un paraguas amarillo, que una niña de infantil había traído por la tarde y que me había ofrecido la idea de tratar este tema improvisadamente.
- Menganito, te voy a dar el paraguas. Lo vas a poder abrir y todos los demás también si queréis -expliqué dramáticamente-. Pero luego cuando vayáis a casa no se os ocurra decir que el profesor os ha obligado a abrirlo, ¿de acuerdo? Si lo abrís es porque vosotros queréis. Yo personalmente no voy a abrirlo, prefiero no hacerlo.
De diez alumnos que tengo, sólo tres se atrevieron.
- Bien, pues si a alguno de vosotros os pasa algo a partir de ahora, es por vuestra culpa, a mí no me miréis.
Y entonces, solemnemente, cogí el paraguas y lo abrí.
Silencio absoluto en la sala.
- Me alegro mucho de que tres de vosotros hayáis abierto el paraguas. ¿Pero no os he dicho al principio que las supersticiones son todo mentira?
¡¡No pasa nada por abrir un paraguas!! A ver, ¿quién se atreve a abrirlo?
Y por fin los diez lo hicieron, uno tras otro.
Quiero pensar que tras haber escuchado qué es una superstición y, lo que es más importante, haberse asombrado ante los osados primeros abridores de paraguas y la posterior sorpresa por parte del profesor y, finalmente, la apertura individual (viendo y tocando, en primera persona, un objeto de superstición), habré logrado que este tema se haya grabado en su memoria y haya sido, como decía al principio, un aprendizaje significativo y no sólo una cosa más para estudiar para un examen.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Conclusión que yo saco: al 70% les da absolutamente igual lo que el profesor diga, y sólo actuarán conforme a lo que vean hacer. Da igual que critiques las supersticiones, el racismo o las drogas. El 70% harán lo que las personas influyentes de su entorno hagan (padres, profesores o amigos líderes). Qué animalicos somos...

Anónimo dijo...

Que guay!, hay que ver que forma de asustar a los crios jeje. Tenías que haberles hecho comer peta zetas y beber cocacola diciendoles que les iban a explotar las tripas.

Ya me diras en que tienda has visto los pantalones campanolos que yo voy como loco buscando!!.

bl4ze dijo...

Pero que profe tan original! seguro que cuando sus padres o abuelos les hablen sobre alguna supersticción se acordarán de tí.
Aupa los profes creativos y que siguen los cursos de formación y los aplican.

Anónimo dijo...

¿Por qué no lo hiciste con saleros o espejos? Lo del paraguas me parece muy selectivo y que deberían experimentar más para poder vencer de verdad el miedo a las supersticiones.

Diabetes dijo...

Estuve a punto de hacerlo con un saler, porque haberlo lo hay, que como allí everyday. Lo de romper un espejo salía ya algo caro y aparte dificultaba la concentración posteriormente tras el cachondeo breakolil.
Jb, precisamente el aprendizaje significativo trata de evitar que los críos se olviden de lo que han visto en clase por haberlo visto en el libro y nada más. Desde luego, estoy de acuerdo en que el hecho de que aprendan algo no significa que lo imiten -tampoco busco yo eso-, pero al menos, si después son supersticiosos, mi misión éstará cumplida, pues lo serán en cierto modo libremente, al haber tenido la opción que yo les mostré y haber escogido la otra.

Anónimo dijo...

Ok, si el único objetivo es que no lo olviden, posiblemente lo hayas conseguido con varios de ellos.
Pero ya viste lo que pasó. Explicas que algo "es así", y al segundo compruebas que los niños ignoran absolutamente lo que has pretendido enseñarles (o al menos el 70% de ellos).
Si tú me dices "superstición = tonterías" pero no abres el paraguas, pues yo tampoco. Si tú me dices "drogas malas" y mi amigo las toma, pues yo también.

Anónimo dijo...

Solo faltaría eso, que les preguntaras en un examen qué es lo que si abres un paraguas amarillo en clase...

Pero vamos, que me parece buena idea. (Lo de la pregunta de examen no, lo del aprendizaje cojonero).

anagnosto dijo...

Venga!

El proximo dia prueba con...

Prejuicios!

Diabetes dijo...

Bueno, Jb, hay que ser optimista, si no nos suicidaríamos todos mañana mismo... Hay que mirar el 30 % al que le sirvió de algo y, vuelvo sobre lo mismo, la oportunidad de cambiar de idea que les di (y a la que tienen derecho por ser mis alumnos). Todos sabemos que lo que se dice en la escuela te lo puedes pasar por la galvanoplastia, pero ello no implica que no se deba decir ni que no le sirva a nadie.

Hoy, anagnosto, no hemos hablado de prejuicios (que tampoco es mala idea), pero sí de... ¡Rocío Dúrcal! Gracias a ello hemos tratado los conceptos de intimidad, noticia relevante y titular, y haremos un diario rosa (que para los niños he dicho que significará "noticias tontas") con exclusivas que incluirán fotos acompañadas de titulares tipo "Noelia come chorizo" -y la foto de mi alumna haciéndolo-. Anda que no me voy a escojonar y a pasarlo pipa, juas.