Es el nombre de la asignatura que introduce la LOE en la ESO el próximo año, y dentro de tres en la Educación Primaria. La CONCAPA y otras agrupaciones de padres de carácter conservador y/o religioso sienten que el gobierno está imponiendo a través de esta asignatura valores morales a los niños, cuando son los padres, dicen, quienes deben encargarse en primer lugar de la educación de sus hijos.El debate está en si es posible que los alumnos que pasan por las aulas no aprendan valores; y, si aprenden valores, si se pueden compaginar los de la escuela con los de la familia en el caso de que sean distintos.Cuando hablamos de valores, estamos hablando de valoraciones sobre cuestiones espinosas como qué y cuándo introducir el tema afectivo - sexual o el respeto a las diferencias. La gente religiosa -bueno, parte de ella, claro, que no todo el monte es orégano- aduce que si se sale en defensa, por ejemplo, de los matrimonios homosexuales se puede estar yendo contra lo que piensa un sector de la población, y por tanto algunos profesores o padres podrían hablar de objeción de conciencia.Desde el gobierno se ha dejado claro que la asignatura no habla directamente de eso, de parejas gays, de aborto o de cosas a veces tabú o delicadas según la mentalidad de cada cual, sino que habla de convivencia, respeto al otro, etc. Es decir, que no se apuesta directamente por una opción u otra sino que se plantea un debate ante los alumnos.Lo que yo me pregunto es: teniendo en cuenta -y así lo dice el gobierno- que todos los temas que se tratan en la asignatura están enfocados desde un punto de vista totalmente acorde con la constitución, ¿no sería aceptable incluso que literalmente, ya no digo en primaria sino en secundaria, se dijese en los libros de la asignatura "Juan y Pedro se van a casar y no pasa nada"? ¿O "Luisa ha decidido no tener a su hijo y después de pensarlo ha decidido abortar"? Pues al fin y al cabo, uno podrá opinar que abortar está mal o que dos hombres juntos son una aberración de la naturaleza, pero en especial en el caso de las parejas gays, creer que dos hombres son menos familia que un hombre y una mujer es establecer ciudadanos de primera y de segunda, y va contra la constitución.Por tanto, yo creo, todo alumno debería pasar por esa asignatura.(Otra cosa es lo escéptico que soy respecto a que las clases sirvan para algo).
lunes, 28 de mayo de 2007
Educación para la ciudadanía.
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8 comentarios:
Totalmente de acuerdo. Si queremos una sociedad verdaderamente progresista y democrática los pedagogos tienen que tomar medidas.
Hoy, día de votaciones, me llama la atención que mucha gente joven no quiera votar, pero si abueletes reviejos (anécdotas televisivas). Algunos de estos abuelos, fieles al PP, pero seguro que muchos otros en recuerdo de la liberal República, y todo lo que ofrecía y se perdió con el régimen.
Los crios y jovenes de hoy sólo miran para sí, pero así no funciona una sociedad, hay que tener civismo y valores.
Aupa!!
"Educación para la ciudadanía"... Pues yo estoy harto de oír que los niños tienen que venir educados desde casa por los padres, que los profesores no están para eso, que el problema de la educación viene porque los padres delegan la educación de sus hijos en el colegio...
Aclaremos primero eso, quién debe educar y dar valores, y luego me atreveré a opinar al respecto de la nueva asignatura.
Un día llevaba a mi madre en mi coche. Ella abrió su bolso, cogió un caramelo, me ofreció educadamente otro, lo peló, se lo metió en la boca, abrió la ventanilla y tiró el papel a la calzada. “Mamá, que no se tiran los papeles al suelo. ¡Creí que lo había aprendido de ti!”
En casa me enseñaron muchos buenos modales, pero no todos. Me enseñaron valores que hoy mantengo, pero otros, probablemente más abiertos, los aprendí en la escuela, en el instituto y en mi relación con el mundo.
La educación para la ciudadanía es un asunto de todos los ciudadanos y ciudadanas, unos con el ejemplo, otros de forma más explícita. Para mí ha de empezar en casa y continuar, a ser posible de forma coordinada, en el resto de ámbitos. Está claro que yo, por mi forma de pensar, les hablo a mis alumnos con absoluta claridad y en muchas ocasiones los padres no estarán de acuerdo conmigo. Pero todo lo que digo está dentro de los límites constitucionales.
¡Ah! Y la tele también educa, a ver si alguien recuerda eso y ponen la asignatura en la licenciatura de periodismo.
Es un tema complicado. Teóricamente son los padres quienes han de educar a los niños. Sin embargo, los maestros somos los educadores subsidiarios mientras los padres trabajan, y durante ese tiempo su formación está a nuestro cargo. Es indiscutible que hemos de enseñar en valores, pues eso es lo que se nos obliga a hacer en el colegio; y no sé si eso está bien, pero parece inevitable y es mejor que se explicite (pues al fin y al cabo son valores respetables) que no que se diga que no enseñan valores cuando hacerlo es inevitable.
Creo que la asignaturad de educación para la ciudadanía es legítima. Quienes -la mayoría gente conservadora- opinan que atenta contra la potestad de los padres exageran: primero porque en parte la labor de los maestros es educar, como acabo de decir, de modo subsidiario; segundo, porque lo que se trata de transmitir en la asignatura en concreto no son opiniones sino reflexión acerca de realidades, lo cual es legítimo y educativo; y tercero, porque aun en el hipotético caso de que algunos profesores, yo el primero, aproveche para manifestar su apoyo en cuanto al tema de las parejas gays u otras, ni los padres dejarán por eso de poder manifestarles a sus hijos sus ideas ni se estará diciendo nada en clase que no apoye la constitución. Así, los alumnos hijos de familias conservadoras tendrán la oportunidad de conocer otro punto de vista -lo cual les irá fenomenalmente-. No creo que sea comparable la religión con esta área: en la religión se enseñan hechos no científicos que uno puede adoptar o no, y que no son necesarios en un estado laico, y en educación para la ciudadanía se manifiestan -si es que se manifiestan, insisto- posturas que, aunque no compartidas por todos, son aquellas que apuestan por el respeto a cada cual y por la igualdad. Del mismo modo que me escandalizaría que se impusiera en Primaria la asignatura "Los arcanos mayores del tarot", por su falta de base, ésta me parece perfecta porque no creo que contenga una ideología sesgada y, de contenerla -que en todo la contendría quien la impartiera y no la asignatura en sí-, no es criticable en un estado en que todos debemos ser iguales en cuanto a posibilidades vitales.
Yo hablaba más de los profesores, y más en concreto de la Secundaria, que es donde dices que se va a empezar a impartir. Quizá los maestros tengáis más asumida vuestra labor de coeducadores, pero en el caso de "niños de 15 años", adolescentes prevotantes, no tengo yo tan claro qué se pretende conseguir con esa asignatura. Yo la veo como una "maría" más, y fruto de una campaña de marketing político.
Upss! Cómo me has dejado! Sí a todo, pero que conste que la de los arcanos me hubiera venido muy bien en la Uni...
No estoy muy puesto, pero ¿esta asignatura no trata de enseñar las reglas del juego? Los valores, de los que tanto se habla, pueden ser compartidos o no, pero aquellos que regulan nuestra vida y nuestras relaciones con los demás ciudadanos (esto es, los constitucionales), son comunes a todos los que pretendemos ser reconocidos y tratados como ciudadanos, y no se puede ser objetor, porque entonces se objeta de ser ciudadano.
Resulta curioso que quienes hablan del peligro de adoctrinamiento sean, precisamente, los que tienen el monopolio del adoctrinamiento: será que no lo quieren perder.
Ahora bien, una cosa está clara: esta asignatura está destinada a ser una maría, y una maría magdalena a poco que nos descuidemos.
No creo que sea malo que se convierta en una maría. Cuando los niños saben que lo es, puede haber cierto peligro de que se relajen hasta el extremo de distraerse, pero bien llevada, se convierte en una asignatura de actividades eminentemente orales y relajadas, que, a mi entender y por experiencia, son las que más calan en los chicos.
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