Fui a Berlín un poco de rebote. Me lo propuso Carolina y me acoplé, pues pasar todo agosto sin ir a ningún lado me apetecía bastante poco y seguramente, igual que a Grecia, tampoco habría ido a Berlín por mi cuenta.
¿Merece la pena visitar Berlín? Tengo la respuesta más clara que para el caso de Grecia:
- En Berlín hay tiempo para todo: para ver edificios antiguos, para ver otros modernos inmensos, para encontrarse osos cursis a todas horas...

- Para mi sorpresa, no es una ciudad cara. O quizá es que en España los precios han subido tanto que entonces Berlín ha dejado de parecérnoslo... Encontramos un lugar para desayunar donde por cuatro euros aproximadamente me tomaba un tazón gigante de leche manchada, una cookie y un bocadillo vegetariano consistente. Hay restaurantes para todos los gustos -tradicionales, cadenas de restaurantes- y para todos los bolsillos; guardo un gran recuerdo de un puesto callejero donde unas simples salchichas con algo de curry me supieron a gloria:

- No sabría explicar muy bien por qué, pero una de las visitas que más nos impresionó, quizá por haber ido sin especiales expectativas, fue el estadio de los juegos olímpicos del 36, inaugurados por nuestro archiconocido Hitler:

- Probablemente lo más atractivo de la ciudad reside en que, por un lado, las calles son avenidas enormes que permiten casi siempre tener vistas a gran distancia del lugar donde uno se encuentra. Personalmente, ciudades donde abundan las aglomeraciones de altos edificios excesivamente juntos, como Madrid, me agobian. Por otra parte, es una ciudad cosmopolita; y finalmente, por lo anteriormente dicho, se pueden obtener fotos de entornos diversos, como ésta al lado de uno de los muchos palacios que visitamos:

- Por último, está claro que hay cosas interesantes, como el muro de Berlín o los puntos donde se encontraban los límites de las zonas bajo el gobierno de distintos países. Tampoco se queda atrás, al menos en cuanto a original, un museo en memoria al holocausto judío, cuya mera estructura conforme uno se pasea trata de provocar agobio y desorientación:

Merece la pena ir a Berlín. Cuatro o cinco días dan de sobra para ver las cosas más destacadas que uno puede encontrar en una guía sobre la ciudad. Además, se puede salir el fin de semana y encontrar mucha gente por la calle de madrugada.
Eso sí, el idioma me sigue pareciendo poco seductor.
FIN
¿Merece la pena visitar Berlín? Tengo la respuesta más clara que para el caso de Grecia:
- En Berlín hay tiempo para todo: para ver edificios antiguos, para ver otros modernos inmensos, para encontrarse osos cursis a todas horas...
- Para mi sorpresa, no es una ciudad cara. O quizá es que en España los precios han subido tanto que entonces Berlín ha dejado de parecérnoslo... Encontramos un lugar para desayunar donde por cuatro euros aproximadamente me tomaba un tazón gigante de leche manchada, una cookie y un bocadillo vegetariano consistente. Hay restaurantes para todos los gustos -tradicionales, cadenas de restaurantes- y para todos los bolsillos; guardo un gran recuerdo de un puesto callejero donde unas simples salchichas con algo de curry me supieron a gloria:
- No sabría explicar muy bien por qué, pero una de las visitas que más nos impresionó, quizá por haber ido sin especiales expectativas, fue el estadio de los juegos olímpicos del 36, inaugurados por nuestro archiconocido Hitler:
- Probablemente lo más atractivo de la ciudad reside en que, por un lado, las calles son avenidas enormes que permiten casi siempre tener vistas a gran distancia del lugar donde uno se encuentra. Personalmente, ciudades donde abundan las aglomeraciones de altos edificios excesivamente juntos, como Madrid, me agobian. Por otra parte, es una ciudad cosmopolita; y finalmente, por lo anteriormente dicho, se pueden obtener fotos de entornos diversos, como ésta al lado de uno de los muchos palacios que visitamos:
- Por último, está claro que hay cosas interesantes, como el muro de Berlín o los puntos donde se encontraban los límites de las zonas bajo el gobierno de distintos países. Tampoco se queda atrás, al menos en cuanto a original, un museo en memoria al holocausto judío, cuya mera estructura conforme uno se pasea trata de provocar agobio y desorientación:
Merece la pena ir a Berlín. Cuatro o cinco días dan de sobra para ver las cosas más destacadas que uno puede encontrar en una guía sobre la ciudad. Además, se puede salir el fin de semana y encontrar mucha gente por la calle de madrugada.
Eso sí, el idioma me sigue pareciendo poco seductor.
FIN
4 comentarios:
Yo en Berlín no he estado, pero me encantaría. Eso sí, en verano... Pero estuve en Hamburgo y la sensación fue estupenda. Y el alemán no fue ningún problema (como idioma, digo) porque aprendí a pedir dos cervezas y decir la dirección en la que vivía... y si me preguntaban algo ponía cara de "notemolestesquenoteentiendo" y continuaban en inglés y, para mi sorpresa, en español.
Besos y de esta semana no pasa...
me sorpendió muy gratamente la ciudad! y fue un viaje muy tranquilo y sosegado. A ver si repetimos. besos y achuchones
Dorothy
yo tampoco la vi una ciudad cara, y menos para comer.
El transporte si que lo vi caro, aunque como aquí en Zgz no hay metro, no sé sí 2,20 euros es caro o no.
Tuve la ventaja de poder conocer la ciudad sobre patines, desplazandome de un lado a otro y disfrutando de la ciudad.
Teneis fotos en:
http://www.patinar-zaragoza.com/forum/viewtopic.php?t=5387
Saludos!
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