- Mira, Carmencita, qué grande y maja la tengo.
- Que sí, Paco, que sí. No me vengas con ésas.
- Ahí la ves toda contenta. Qué pillina que es.
- Que sí, Paco, ya vale. Que he dicho que no y que no.
- Pero mírala, no me digas que no es un encanto. Con ella nos sacamos un sobresueldo.
- Paco, tío, que no me apetece. Es muy mona pero no.
- Mujer, pero mírala, si ya hasta empieza a echar liquidico por la boca.
- A ver, ¿cómo te lo voy a decir? Que no quiero usar a nuestra Laurita para mendigar. Es un cielo pero sólo tiene cinco años y me da igual que sepa imitar un ataque de epilepsia.
- Joer, qué mala baba tienes. Pues no sé pa qué quiero entonces a la puta cría. Anda, Laura, bájate de la silla, que no hay quien la saque del tiesto.
- Jo, mami, eres una anticapitalista radical, ¿eh? Que te den, me voy al cole.
3 comentarios:
Esta debía de ser la niña del exhorcista, en sus comienzos.
"¿Has visto lo que hace la guarra de tu hija?", debería haber contestado la madre tras el desplante final de la criaturica de cinco años.
....recuerdo una serie de chistes bestias con niñitas no tan inocentes..
Pero supongo que lo que le gustaba al salido de diabetes es el nebuloso inicio... y luego se ha decantado por Laurita... y el liquidico era un proceso mas natural que la posesion diabolica.
En fin! Es el proceso creador.
Pensaba que eran unos gitanicos, pero si dice de ir al cole, entonces no.
Publicar un comentario