Las circunstancias me obligan a retomar el tema de los niños, la educación y la escuela.
Uno de los niños de los que ya hablé ha sido estudiado por un maestro del equipo de orientación, para detectar cualquier posible retraso o deficiencia. Todo parece estar bien, ya que el niño manifiesta una inteligencia normal – alta; de modo que la hipótesis de que la actitud del chaval sea algo happy en clase por estar acostumbrado a hacer en casa lo que quiere cobra fuerza.
El del equipo de orientación se reunió con los padres para comentar los resultados del test de inteligencia y ofrecerles unas pautas conjuntas de comportamiento para mejorar su relación con el niño. Les habló de la importancia del castigo inmediato y del premio a las buenas conductas.
Pocos días después, la madre anda diciendo por ahí que según lo que les dijo este maestro, su hijo es extremadamente inteligente y deben darle muchos premios. Mi compañera Isabel observa que tal alumno trae en los últimos días distintas prendas de vestir nuevas que parecen ser recompensas a buenas actitudes suyas. Y eso unido a que le prometieron regalarle una bicicleta por cortarle el pelo, nos hace pensar que los padres pertenecen a la por mí temida raza de padres que no escuchan, en la que estaba incluida esa madre -amiga de éstos, casualmente...- de la que tanto os hablé en su momento y que ya no vive en el pueblo.
Porque en fin, el niño tonto no es, pero mientras le hablas se queda mirando las motas de polvo pasar que no veas...
Uno de los niños de los que ya hablé ha sido estudiado por un maestro del equipo de orientación, para detectar cualquier posible retraso o deficiencia. Todo parece estar bien, ya que el niño manifiesta una inteligencia normal – alta; de modo que la hipótesis de que la actitud del chaval sea algo happy en clase por estar acostumbrado a hacer en casa lo que quiere cobra fuerza.
El del equipo de orientación se reunió con los padres para comentar los resultados del test de inteligencia y ofrecerles unas pautas conjuntas de comportamiento para mejorar su relación con el niño. Les habló de la importancia del castigo inmediato y del premio a las buenas conductas.
Pocos días después, la madre anda diciendo por ahí que según lo que les dijo este maestro, su hijo es extremadamente inteligente y deben darle muchos premios. Mi compañera Isabel observa que tal alumno trae en los últimos días distintas prendas de vestir nuevas que parecen ser recompensas a buenas actitudes suyas. Y eso unido a que le prometieron regalarle una bicicleta por cortarle el pelo, nos hace pensar que los padres pertenecen a la por mí temida raza de padres que no escuchan, en la que estaba incluida esa madre -amiga de éstos, casualmente...- de la que tanto os hablé en su momento y que ya no vive en el pueblo.
Porque en fin, el niño tonto no es, pero mientras le hablas se queda mirando las motas de polvo pasar que no veas...
¡Pues la hemos liao si andan pensando que su hijo es un cerebrito! ¡La culpa del profe, que no sabe sacarle jugo!
6 comentarios:
A ver si es como John Nash, el de Una mente Maravillosa, y es que de tan listo se le va la pinza. Yo que tu, no le daría la espalda.
Y los padres... que penica...
el gran problema es que en la mayoría de los casos los padres no están preparados para ser padres o no saben hacerlo o hartos de los lloros y pataletas del crío deciden seguirle la corriente y decirle a todo que sí.
Ya no hay disciplina, ni castigos ni respeto...desde luego lo de estos padres (los del post) no tiene desperdicio...aayyyy!!
Jajajajaja, lo siento. Pero es que no tenía claro si reir o llorar.Vaya así que, los papis del "demonio", han decidido hacer su propia versión de la charla con el orientador. Bueno, no te desesperes, ya sabes..... En mi pueblo hay un dicho que dice " donde no hay mata... no hay patata...". Estarán contentos; pues creeran que su hijo , es la salvación de la familia, en cuanto a los tets de C.I., porque ellos no los pasarían...........
En cuanto a que el niño mira las motas de polvo, igual es que sus gafas son especiales y realmante las ve... ¡puede ser un espectáculo tan hipnotizador!....
El niño es un niño, al fin y al cabo. Los padres, adultos, son otro cantar y viendo cómo interpretan su realidad, no es de extrañar que el niño mire el polvo, las moscas o lo que sea. A lo mejor piensa que todos los adultos son igual que sus papis y directamente pasa. Se demostraría entonces que ciertamente es inteligente.
Siempre he pensado que habría que hacer un test a todos aquellos que quisieran tener un hijo. Pero ¿quién pondría las preguntas?, ¿cuál sería el baremo? El desarrollo sería complicado pero merecería la pena. Jaja!!! Cómo no, con el paso del tiempo tendría que revisarse, etc. Yo ya me he adelantado por si acaso y considero que no debo tenerlos.
Como ya hemos comentado alguna vez, ¡¡ya nos gustaría a los profes poder criticar a los padres!! A ver si los políticos nos dan permiso legal. :P
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