El pasado viernes murió mi abuelo por parte de padre. En los últimos años siempre andaba quejándose y le pasó como al pastor del cuento: que a la hora de la verdad nadie creyó que estaba en peligro.
Visitar el cementerio es una de las mejores experiencias para reflexionar acerca de la vida. Es imposible acostumbrarse a ver el cadáver de una persona yaciendo con naturalidad -gracias al maquillaje, aseguró mi padre, que lo había visto antes del make up cuando tuvo que reconocer el cuerpo-. Todos conocemos la sensación imaginaria de que en cualquier momento la persona fallecida va a abrir los ojos y sonreírnos.
Tampoco me acostumbro a la costumbre estúpida de pasar el día en el velatorio. ¿Para qué? ¿Para asegurarnos de que ninguna de las personas que ha leído la esquela va a encontrarse con el velatorio vacío cuando pase a dar el pésame?
Otro aspecto de la reflexión es el económico: un ataúd normalito, por lo que se ve, no baja de los siete mil euros. Me parece un robo a mano armada gastarse más de un millón de las antiguas pesetas en meter a alguien que -al menos bajo mi ateísmo- ni se entera en un nicho. En una conversación sobre la marcha he llegado a la conclusión de que mis padres estarán encantados de que los incineren; cuando mueran, digo, a ver qué vais a pensarsus.
Pero la cuestión que más me enerva es la misa y el cura de las narices. Espero que sea dentro de mucho tiempo, pero la próxima vez que asistáis a un funeral, deberéis prepararos para soportar una misa de una media hora de duración durante la que habrá padrenuestros, puestas en pie y sentadas, saludos con la mano en señal de paz, arrojamiento de agua bendita y solos de himnos religiosos de los cuales el primero me dio tanta risa que tuve que apretar las mandíbulas y mirar hacia otro sitio. Me espanto sólo de pensar el día en que alguno de mis padres u otra persona muy allegada fallezca y, en medio de la pena, deba asistir a un circo cristiano de nulo interés y utilidad.
Por cierto, firmo aquí mismo por morirme también a los ochenta y dos años.
7 comentarios:
Por desgracia he soportado dicho ritual ya dos veces, la última, hace ya tres años,por mi abuelo materno. Por respeto a él no me fuí de la misa, ya que tuve que soportar como el cabrón del cura decía "aunque vaya a ser incinerado, subirá al Reino de los Cielos" y no sé que pollas más que me enervaron de tal manera que nada más salir se lo comenté a mi madre ya mi tía que me dijeron que habían sentido exactamente lo mismo.
La incineración es carísima también y por cierto, desconozco el grado de afinidad con tu abuelo pero te doy mis más sinceras condolencias, vamos que siento que lo hayas pasado mal.
Vaya, lo siento.
Por desgracia, a lo largo de mi vida me ha tocado asistir a muchos entierros y esos momentos ridículos de misa, cura y tonterías inoportunas son especialmente duros cuando quien se va es demasiado joven como para desaparecer así, sin más. Y que un tipo que no lo conocía de nada te cuente milongas... Yo tampoco lo soporto. Pero por respeto no al muerto, a los familiares que se sienten reconfortados con este teatro, seguiré haciendo el esfuerzo si me toca.
Estaba preparando un post sobre un cd tanatorio que una amiga grabó hace un tiempo. No sé si lo colgaré, porque estoy vaga y poco comunicativa. Pero es otro concepto.
Un beso
Gracias, pero lo cierto es que no tenía una gran relación con mi abuelo y no lo he sentido en especial, para qué mentir.
Lo siento George. Yo he pasado por eso mismo, tres veces en los últimos tres años (con la tontería ya me he quedado huerfano de abuelos).
Y si, es todo demasiado ridículo si te pasaras a pensarlo.
A mi que me quemen y me echen al Ebro (así siempre quedará un poquito de mi en todos vosotros jeje).
Lo siento; yo de momento sólo lo he vivido por parte de familiares lejanos o familiares de amigos.
Aguantas porque son ese tipo de cosas que haces por los demás.
Y en el tema económico, me parece vergonzoso, ¿que tiene de honroso la muerte?, es lo que es, para que adornarla.
vaya...he llegado por primera vez a este blog y bueno...solo puedo decir que lo siento, aunque no te conozca de nada...y bueno...que viendo que eres de zaragoza...casi nos juntamos en el cementerio porque un día antes enterraba yo a mi tío, lo que son las cosas!
me ha encantado tu blog!!! animo y un saludo
Gracias, ohdiosa.
Me encanta tu nick.
Espero verte por aquí a menudo, saludos.
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