lunes, 7 de abril de 2008

Verídico.

En el aula de Infantil se había hablado de las semillas, de cómo se utilizaban, qué sucedía con ellas dadas unas condiciones determinadas, dónde se encontraban, etc.
Maestra: Bueno, chicos, ya podéis abrir los almuerzos. Yo tengo una manzana.
Niños: ¡Yo pera! ¡Yo melocotón!
Maestra: Muy bien, veo que seguís los almuerzos sanos, qué bien.
Niños: ¡Sí!
Maestra: ¡Anda! Mirad, acabo de comerme la manzana y, claro, ¡dentro había semillas!
Niños: ¡Sí, las semillas!
Maestra: ¿Entonces...? ¡Me he tragado las semillas!
Paola: ¿Qué te va a pasar?
Maestra: Pues no lo sé. ¡Huy! ¡A lo mejor me sale de la tripa un manzano!
Paola: Haaalaaa, ¿sí?
Maestra: Claro. Madre mía, ¿y qué puedo hacer ahora?
Paola: ¡Pues mátate!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jolín con los niños! yo cuando era pequeña intentaba no comerme las pepitas de la sandia porque mi padre decía que te saldría una en la tripa, y como el estaba gordo... yo pensaba que era porque se había tragado una.
Si es que era un poco tonta, tampoco es que haya mejorado mucho ahora, pero bueno.
Besos
Dorothy