martes, 3 de marzo de 2009

Yendo y viniendo.


Bajé a comprar. Es curioso que, por mucho que uno lo intente, poco después de volver del supermercado tiende a echar en falta algo que podía haber comprado de habérselo apuntado.

Pero no quería hablar de eso. Decía que bajé a comprar. Últimamente compro piña en lata, no en almíbar sino en su jugo. En el Alcampo miro varias marcas y, como tienen el detalle de decir a cuánto sale el kilo, es fácil ver cuál sale más económica.
Pero el otro día fui al Simply y vi asombrado que las latas de piña estaban veinte céntimos más baratas. "¡Fíjate!", pensé. "Es un supermercado más pequeño y sin embargo he encontrado este producto más barato. Pues nada, a partir de ahora las compraré aquí. Qué bien haberme dado cuenta."

Y entonces sentí que había envejecido un poco. "¡Ya comparo precios y racaneo! Parezco mi abuela."

Será la edad, digo yo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

O será la crisis. Claro que si empiezas así acabarás visitando todos los super del barrio y gastando mas suela de zapato y tiempo

enmovimiento dijo...

será todo un poco... o que no tienes internet en casa y puedes pasar más tiempo leyendo los precios en diferentes supermercados para compararlos... :)