Hace unos días tuve la oportunidad de realizar una tarea con la que disfruté enormemente: la de describir por escrito, con palabras elegantes y educadas, hechos que en sí no lo eran.
Me estoy refiriendo a los informes de sexto de primaria de los tres alumnos que el próximo curso, angelicos, pasarán al instituto. Sobre todo en el caso de uno de ellos, condensé en unas veinticinco líneas y con toda la educación y tacto posibles cuestiones del tipo "Estudia cuando le da la gana", "Es un mandón y un pegón" o "Sus padres vienen a las tutorías pero luego no hacen ni caso a lo que les dices".
Y lo que me parece más divertido de este ejercicio estilístico es que, al final, los profesores que lean mis informes entenderán y sacarán como conclusiones oraciones muy similares a las que acabo de citar entrecomilladas.
3 comentarios:
Menos mal que lo comentas porque ya me había olvidado!!! Bueno, si no sé cómo decir las cosas con diplomacia te pego un toque, que veo que tú estás puesto. Para hablar del cacique con tacto... hay que manejar muy bien el lenguaje.
Pues sí, seguramente ampliarán tus comentarios con otros todavia mejores
es lo que tiene la burocracia, el papeleo "legal", que cuando quieres decir CULO tienes que escribir GLÚTEO, POSADERAS o similar... pues lo mismo con las frases....aayy, cuanta tinta ahorrarías si pudieses poner las cosas tal y como son...
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