Para mí esta canción es especial. Primero, porque siempre me ha parecido preciosa, tanto (sobre todo) por la melodía como por la letra. Y segundo, porque el día en que me decidí a visitar una asociación gay cuando tenía 17 años y fui a un bar a tomar algo con la gente que acababa de conocer, fue ésta la primera canción que sonó.
Siempre me pone alegre y como además tiene algo de triste en el fondo, indica cómo me puedo sentir en este momento, cuando un fin de semana especial acaba.
3 comentarios:
Aún me acuerdo de ese día...en San Vicente de Paul
:S Me dejas a bolos.
¿Cómo lo sabes? Supongo que eres Javier y te lo conté.
Hola
Gracias por tu visita a mi blog.
Yo soy igual, a veces me arrepiento de no haber dicho a tiempo (casi siempre por temor) lo que me nacía. Y luego me he sentido la más tonta de las tontas, he pensado como dice un amigo bloguero (perdonarás el mexicanismo término), que “el amor es bello pero como apendeja”. Pero depués reflexiono y me digo que no, que:
“lo tonto no es el amor, lo tonto es el desamor; la tonta (el tonto) no es la que ama, sino el tipo que no atesora ni quiere entender ese amor, ni los poemas de Guillaume Apollinaire, o los de Quevedo.
Y para completar mi terapia me repito:
“Cuando un hombre que está vivo te hace llorar, hay que dejarlo. Sólo se llora por los amantes muertos”. [Clara Obligado]
Saludos desde México
Publicar un comentario