Durante las últimas semanas, el servicio cronológico de este blog ha sido mejorable. Ello se debe a la tardanza con que comencé a relatar el viaje a Grecia. Por ello, mientras efectuaba tales actualizaciones, estaba haciendo un segundo viaje, en este caso a Berlín. Procederé en breve, y con brevedad -valga la tauromaquia-, a hablar del mismo.
Pero antes debo mostrar algunas ideas sueltas que a treinta y uno de agosto me invaden:
- Esta semana ha sido peculiar. La he pasado con un chico británico acerca del cual he sentido y pensado cosas muy diversas. Desde hace años sé que no soy el mismo que era antes (vaya sorpresa, pensarán ustedes, descubrir que con el tiempo uno se transforma), y ahora sufro o disfruto, a elegir, de ideas y estados cambiantes que me hacen sentir como en una montaña rusa. No pretendo transmitir con esto ninguna idea entre líneas, sino simplemente dejar constancia del hecho.
- Ayer fue una noche extraña. Brian y yo decidimos salir por los bares de ambiente, a pesar de estar cansados por habernos ido a Barcelona en coche. Estando por allí de marcha, me encontré con gente muy diversa. Primero, con algunas personas a las que suelo ver y con las que me río bastante. Segundo, a un chico que hace poco pareció darme señales -sutiles, por eso lo de "pareció"- de que le gustaba y a mí tampoco me deja él indiferente. Tercero, a doña María y doña Roberta, la primera de las cuales confesó, posiblemente por efectos del alcohol o quizá por el mero placer de desvelar un secreto nimio, que hace tiempo que habían descubierto mi blog y que lo leían. Al parecer se les hace cuesta arriba dejar algún comentario, pero seguro que a partir de ahora lo hacen. Mis saludos a ambos. Y cuarto, vi a Mike, el primer chico polaco que conocí en mi vida y del cual posiblemente me enamoré sin darme cuenta. Me dio la sensación de que su actual dominio del idioma -cuando lo conocí sólo hablaba inglés- no le había quitado esa inocencia y bondad que en su momento, poco a poco, me cautivó.
- Y por último, cambiando de tema, toca decir como siempre por estas fechas que mañana llega la vuelta al cole para los docentes. No se me va a hacer duro, y hasta me apetece, aunque me seguirá irritando que al llegar octubre adoptemos una vez más, sin mayor razón que la tradición, la jornada partida que me quita tiempo de ocio que aprovecharía bien.
¡Feliz día!
Pero antes debo mostrar algunas ideas sueltas que a treinta y uno de agosto me invaden:
- Esta semana ha sido peculiar. La he pasado con un chico británico acerca del cual he sentido y pensado cosas muy diversas. Desde hace años sé que no soy el mismo que era antes (vaya sorpresa, pensarán ustedes, descubrir que con el tiempo uno se transforma), y ahora sufro o disfruto, a elegir, de ideas y estados cambiantes que me hacen sentir como en una montaña rusa. No pretendo transmitir con esto ninguna idea entre líneas, sino simplemente dejar constancia del hecho.
- Ayer fue una noche extraña. Brian y yo decidimos salir por los bares de ambiente, a pesar de estar cansados por habernos ido a Barcelona en coche. Estando por allí de marcha, me encontré con gente muy diversa. Primero, con algunas personas a las que suelo ver y con las que me río bastante. Segundo, a un chico que hace poco pareció darme señales -sutiles, por eso lo de "pareció"- de que le gustaba y a mí tampoco me deja él indiferente. Tercero, a doña María y doña Roberta, la primera de las cuales confesó, posiblemente por efectos del alcohol o quizá por el mero placer de desvelar un secreto nimio, que hace tiempo que habían descubierto mi blog y que lo leían. Al parecer se les hace cuesta arriba dejar algún comentario, pero seguro que a partir de ahora lo hacen. Mis saludos a ambos. Y cuarto, vi a Mike, el primer chico polaco que conocí en mi vida y del cual posiblemente me enamoré sin darme cuenta. Me dio la sensación de que su actual dominio del idioma -cuando lo conocí sólo hablaba inglés- no le había quitado esa inocencia y bondad que en su momento, poco a poco, me cautivó.
- Y por último, cambiando de tema, toca decir como siempre por estas fechas que mañana llega la vuelta al cole para los docentes. No se me va a hacer duro, y hasta me apetece, aunque me seguirá irritando que al llegar octubre adoptemos una vez más, sin mayor razón que la tradición, la jornada partida que me quita tiempo de ocio que aprovecharía bien.
¡Feliz día!
2 comentarios:
Doña María recibirá tus saludos próximamente, y yo los doy por recibidos muerto de la risa.
Tu cambio/transformación es bien recibido...y sí, hay que reconocer que últimamente los tiempos de tu blog son irregulares, pero lo acepto como parte de tu encanto.
Se ha decretado blog de puertas abiertas, se acabaron las mirillas.
Un abrazote
¡Gracias por salir del armario bloggero! ;)
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