Agüela´s mochila.

Con la jornada continua que comenzó el lunes en los colegios de Primaria de Aragón y otras comunidades, los maestros podemos por fin disfrutar de tardes estupendas que dan para poner una lavadora, ver una peli, estudiar, leer, conectarse a internet y hasta hacer algo de vida social. Que hoy mismamente sea una tarde extensa no significa, por cierto, que la pierda viendo la tele para encontrarme con lo que todos sabemos que van a estar poniendo... Se acabaron por un tiempo las comidas fuera de casa en plan taperguare, qué bien y qué tranquilo voy por las mañanas sin andar encapsulando la comida a ritmo de escándalo. Para evitar esas prisas los lunes, día horrible generalmente a la hora de madrugar, me reconfortaba pensando que esa mañana me iba a limitar a coger una lata de algo: de lentejas, de cocido madrileño, de fabada, de potaje gallego... Alimentan y son cómodas de llevar y de cocinar (pues hay microondas en un cuartito del cole, claro). En las latas de El Litoral, por cierto, salían unas pegatinas diciendo que si introducías una clave en su página de internet y eras de los mil primeros en hacerlo, te tocaría la mochila de la agüela. Ya se sabe que esto de ser los primeros nunca toca, pero bueno, era cosa de probar. Y parece una tontería, pero hace ilusión descubrir que de vez en cuando esas cosas suceden...