viernes, 18 de agosto de 2006

So sweet...


El jabón de vainilla endulza las manos de quien lo usa. Me he aficionado a él desde hace tiempo. Está bien percibir ese aroma aunque sólo sea eso, aroma, volátil y perecedero; aunque uno sea rubio y el otro moreno, aunque uno odio lo dulce y el otro lo adore, aunque uno quiera amistad y el otro no...
Pero no importa. Me gusta la sensación, y lo seguiré comprando.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Menuda metáfora, que tendrá que ver Polonia con la vainilla, uys, fue sin querer queriendo.Ay, los amores platónicos...

bl4ze dijo...

Vaya metáfora. En antropología cognitiva significaría la metafísica de tu vida. Es decir, tu forma de ver el mundo.
Más o menos entiendo lo que quieres decir...Y chico, lánzate a la Europa del Este!
Besos y achuchones

Anónimo dijo...

Jur,jur!!! Aqui er Migue en su primer mensaje loggero para comentarte que mi ignorancia risueña me ha hecho pensar que habias untado a quien tu sabes en jabon de vainilla :P
Ya ves hijo, deliriums tremens que tiene uno.

Diabetes dijo...

¡Hombre, el señor perdido por la France! Siento haberme perdido ayer la descripción de tu no-viaje (o lo que haya sido), pero se vino Mike a casa y decidimos que estábamos lo suficientemente reventados como para quedarnos babeando en el sofá.
Sí, definitivamente la cosa se queda platónica, pero ay, es preciosa.