martes, 4 de julio de 2006

Homo videns.


Se subtitula "La sociedad teledirigida" y está escrito por Giovanni Sartori. Se trata de uno de esos libros que aporta ideas que en su mayoría no resultan nuevas, pero las une con otras que sí lo son o las comenta de tal modo que uno siente haber reflexionado sobre aspectos en los que nunca se había parado a pensar (o no con profundidad) y haber atado aspectos diversos.
Sartori habla de la influencia de la televisión en el ser humano de las sociedades avanzadas. Comenta que así como antaño una persona estaba informada de decenas de hechos importantes cada día gracias a los periódicos, ahora la gran mayoría que sólo se guía por la televisión se entera de un par de cosas realmente relevantes –de las cuales raramente conoce lo suficiente previamente como para asimilarlas-, y el resto son hechos morbosos o de poca relevancia. Además, aunque tenemos la impresión de que la tele del salón es una ventana abierta al mundo, sabemos que las imágenes son manipulables de muchos modos e intuimos que cuanto menos libre sea un país –piénsese en una dictadura, por ejemplo- menos información se tiene de él. Lo peor de todo es que los medios escritos y la radio también han visto modificados sus contenidos en cuanto a su grado de trascendencia.
Dado que la televisión se ve, entra por los ojos, acomoda a muchas personas a la recepción pasiva, y mientras, abundan quienes declaran no leer un libro al año siquiera.
Por si todo esto fuera poco, se ha creado el concepto de opinión pública, que ha venido favorecido por la enorme difusión de este medio de comunicación. Se realizan consultas a pie de calle sobre asuntos importantes –a menudo del ámbito político-. Existen investigaciones que demuestran que estas preguntas por sorpresa raramente se dejan sin responder (la gente no quiere quedar mal). De manera que la opinión pública que luego, se dice, ha dado su parecer, ha hablado desde la ignorancia. Está bien que podamos decir lo que pensamos, pero no que la televisión convierta balbuceos tontos en puntos de vista supuestamente válidos que llegan a crear tendencias. De ahí Sartori deduce que la tendencia de democracia representativa a democracia directa que se observa a través de, por ejemplo, propuestas de referéndum o participación rápida a través de internet, no resultaría conveniente en absoluto.

Sin terminar diciendo que leer es una panacea, desde luego siento y demuestro que da que pensar más que la caja tonta.



6 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí que da que pensar sí, por eso sólo leeré cosas profundas después de la opo (como Cartola)

bl4ze dijo...

Muy bien dicho Rakeltxu, prepárame libros profundos hermoso, que en dos semanas sólo leeré sobre asuntos trascendentes y profundos.
Es un reto que me propongo.Menos opos y más cultura.
Besos y achuchones

anagnosto dijo...

Ya digo yo que la combinacion capitalismo-democracia-marketing nos traera el fin del mundo. Como parece que hay que vivir con los dos primeros, yo apuesto con cerrar todos los centros de enseñanza del tercero y aislar a sus expertos (en plan guantanamo). Claro que habria que volver a aguantar anuncios tipo "y a quien se lo dijiste? A mi cuñada maripuri y a mi amiga paqui".

Anónimo dijo...

¿Quién va por Zaragoza con una camiseta ke dice ARMA DE MANIPULACIÓN MASIVA? (dentro de una tele).
No me véis, pero me estoy señalando.
No obstante, pienso ke Urdazi es un inconprendido.
No me véis, pero pongo cara de ironía.
Esto de escribir es una mierda, en la tele las cosas se ven, ... bueno voy a tirar esa camiseta.

Anónimo dijo...

No te creas... yo siempre he leído mucho y visto poco la tele y mira cómo me he quedado. En la humilde opinión de mi madre, leer atonta más que ver la tele (a juzgar por cómo le han salido los hijos).

Diabetes dijo...

Pues a ver: escribes correctamente (¡hasta con acentos!), te gusta leer, has hecho teatro, tu vida está más allá que Aquí no hay quien viva, etc.
Dile a tu madre que deje de ver tanto la tele y te escuche más.