lunes, 17 de julio de 2006

Lalau, mi fetiche sexual.


Lalau es su nick a la hora de hacer comentarios en mi blog; la pueden ver en la foto del post anterior a éste, al lado de Sara.
Es divertido ver que la gran mayoría de las veces que me encuentro con esta mujer resulta que apenas unos días antes he conocido, y puede que hasta palpado, a un chico atractivo o, en su defecto, me han entrado unos cuantos (la cantidad es peor que la calidad pero también infla el ego). Visto este poder de atracción a posteriori que ejerce Lalau en mí, suelo comentarle siempre que me acuerdo que a ver si nos vemos pronto de nuevo, porque será buena señal.

Sin embargo, como ya vísteis los visitantes de Charada, cené con ella y con Sara el otro día y por primera vez en varios encuentros no tuve nada que contarle en el ámbito erótico - sentimental... Pensé: oh. Será que ella ha ligado y ha pasado a usar sus poderes para ella misma. Pero no, sigue soltera. (Hago el llamamiento gratis, Lalau, para que veas).

A pesar de que tengo que quedar con ella para ver Cube, una famosa película claustrofóbica, temo que esa nueva quedada se retrase, y no es mi intención perder las buenas costumbres. Así que procederé a comentarte, Lauand -y los demás estáis invitados a cotillear también-, que justo hace un rato se ha ido de mi casa el chico que aparece al comienzo de este post. Es ligeramente más alto que yo y pesa 110 kilos. Una de mis rarezas es que me encantan los tíos grandes (sea cual sea el motivo de su tamaño: la obesidad, la estatura o la musculatura), y por primera vez en mi vida he tenido el placer de sentir entre mis manos una barriga descomunal que os aseguro que sale muy desmerecida en la foto, ya que parece menos prominente de lo que es en realidad.
La tripota y unas piernas gruesas, en plan lanzador de peso, me han encantado y ha sido una delicia tocarlas y verlas.
Para mí el rostro es lo más importante en un chico, pero en cuanto al cuerpo, estos rasgos particulares me entusiasman; quizá se explique así en parte por qué, teniendo un éxito razonable ligando, mando a paseo al 167% por ciento del mundo (el 67% de exceso que indico se debe a los que no me entran por la razón que sea pero rechazaría si yo les interesase. Juas juas).

Concluiré aprovechando que toco el tema del sexo para decir que no soy una persona promiscua; sin embargo, después de casi dos años tristón y desanimado -segunda causa de mi escasa vida horizontal de los últimos tiempos-, ahora que ando mucho más receptivo quiero y creo que hasta debo darme alegrías. Que por otro lado, siempre he creído que, por mera probabilidad, alguno de estos amigos con derecho a roce puede terminar siendo algo más.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por este post: nadie había hecho tanto por la dignificación del vientre desde el Ave María. Yo sé de alguno que a partir de ahora no volverá a meter tripa cuando se retrate.

Anónimo dijo...

Pues enhorabuena! Porque uno no va haciendo realidad sus fantasías sexuales todos los días...

Anónimo dijo...

Me gusta la máscara que oculta la identidad del superhéroe

Anónimo dijo...

De nada. Mi vida ya tiene sentido, mi función existencial es hacer que ligues. Podría ser peor, podría tener diarreas.

¡Gracias por el aviso personalizado!

bl4ze dijo...

A disfrutar que la vida son dos dias! y seguro que en uno de los escarceos amorosos encuentras a tu príncipe azul!
Besos y achuchones

anagnosto dijo...

Dorothy, querras decir "tu luchador de sumo azul", que los principes suelen ser escuchimizados tipo modelo de pasarela.

bl4ze dijo...

Pues igual tienes razón, además con lo republicana que yo soy... De todas maneras era una forma metafórica de hablar.
Vamos, que espero que Diabetes encuentre un tio cachas y guapísmo!