
Este lunes, 29 de Mayo, los maestros empezamos tímidamente nuestra racha de privilegios, y es que se inaugura el tramo finalísimo del curso, es decir, la jornada continua (que algún día sueño con que se extienda al resto del año, como en Andalucía). Cuatro horas por la mañana y a tomar por el saco hasta el día siguiente.
Pero el lunes empieza también una nueva idea que se me ocurrió el otro día de repente -repito, como dije en un post reciente, que las buenas ideas se me ocurren así, muy suddenly oypordios quéguay-: el carnet por puntos. Como mis alumnos no conducen, lo voy a aplicar a su comportamiento. Sé que suena algo déspota y radical, pero es que de los diez niños que tengo, los únicos más o menos normalitos son cuatro; vamos, que en términos relativos, mi clase es muy conflictiva, aunque claro, como tengo diez niños sólo, se te escojonan poco y mal.
He colocado un cartel en una pared. Salen los nombres de todos ellos y debajo de cada uno un cuadrado sujeto con plastilina; tienen siete puntos todos de primeras.
Éstas son las normas:
- Con siete puntos, se entra al final del día en el sorteo de las tres películas que les traigo desde la Biblioteca Pública de Zaragoza. Quien tiene la suerte de llevarse una, tiene la tarde para verla y la tiene que devolver al día siguiente. Las que están en vídeo hay que traerlas rebobinadas o por muchos siete puntos que tengas te estará prohibido coger otra la próxima vez. (Aprovecho para llevarles cosas que sé que no han visto, como Los Goonies, Indiana Jones o Lucky Luke, y me vienen contando que están superbien, claro).
- Si durante varios días no estudian o se olvidan de hacer correctamente su cargo (abrir las ventanas al salir al recreo, borrar la pizarra, regar a Happiness -la alegría que llevé al aula hace unas semanas-, etc.), pierden un punto. También si en varias ocasiones no me obedecen o insultan.
- Cualquier acción violenta tiene la pena máxima, dos puntos.
- Si bajan de siete a seis puntos, les mando una copia. Método tradicional e ineficaz, pero simbólico.
- Bajar a cinco puntos supone que la semana siguiente, si le toca al infractor el cargo de encargado -que es el jefe de la clase cuando no estoy yo-, no podrá hacer de tal.
- Bajar a cuatro significa que elegiré yo el cargo que me dé la gana para el infractor.
- Quedarse con tres puntos implica que el hijoputa del profesor te va a mandar una de deberes que te vas a cagar.
- Si ya sólo te quedan dos, cuando se junten las aulas de infantil y primaria a ver una peli, el profesor te mandará a suertes una tarea que seguro que es mucho menos entretenida.
- Y si se queda con uno, el infractor no tendrá clase de Educación Física -lo cual jode mucho, porque son clases divertidas que nada tienen que ver con las de antes, que eran Gimnasia mayormente-.
- Y buenoooo como te quedes sin puntos... porque eso implica una falta leve de comportamiento de las que se indican en el reglamento del colegio. Varias faltas así pueden dar lugar a la larga a una expulsión...
- No nos olvidemos de que vamos a ser todos muy buenos y debemos preguntarnos: ¿hay puntos extra para quienes se comporten bien? ¡Sí, Jorge no es tan cabrón! Cuesta conseguir el octavo punto, pues un punto se gana o recupera con una semana entera de buena actitud; pero de conseguirlo, se le da a elegir al agraciado entre, siempre durante un día, decorar la clase con sus dibujos, usar internet en el recreo, traerse un juguete para el recreo, quedarse dentro del aula durante ese rato con un compañero a elegir para jugar a algún juego de mesa -en plan sala Vip de Gran Hermano- o poder usar los columpios, vetados por hinchazón de ovarios de mi compañera. El octavo punto se pierde en cuanto se usa ese privilegio, y si no lo usas, eres tonto porque no hay noveno punto.
Veremos qué resultados tiene el invento. Hasta aquí por hoy Radio Metodologías.
3 comentarios:
Pues yo pensaba puntuar a los tíos que pasan por la Uni y que veo por la ventana de la biblioteca, me voy a hacer unas cartulinas con números del 5 al 10 y las mostraré a su paso....
A ver si te funciona, porque esto de las recompensas tiene dos caras. Al final las ganan los de siempre, y los otros acaban pasando.
Pero tú no desesperes que seguro que te sale bien. Ya habeis quedado para ver quien trae la coca-cola?
Es cierto que está predestinado quiénes conseguirán más puntos... pero admito que parte del objetivo es tener una base clara e igual para todos para poder así echarles en cara a determinados padres el hecho real de que los malos de la película no son sólo "los nuevos" (que son rumanos).
En cuanto a las coca-colas, Pedro dijo que no había que llevar nada y sigo su orden, aunque estoy dispuesto a llevarlas si por ser el chico coca-cola Rakeltxu se anima a levantar el papelito del 10. Que por cierto, ¿no tienes del 4 para abajo? ¿Lo interpreto como amplio optimismo o es que el estado de sangre alterada dura y te hace bajar el listón? :P
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