
Sin tenerlo planeado, he ido al cine dos veces este fin de semana. Primero fui a ver Zona Libre. Se trata de una película que se desarrolla en Jordania y en la zona libre que hay al lado. Los personajes y los acontecimientos tienen significados metafóricos, de ahí que al mismo tiempo que lo que sucede a lo largo de la película me pareciese escaso e insuficiente para resultar atractivo, me quedase con la sensación de haberme perdido algo; eso unido a que la música me gustó, y mira que es repetitiva, y a que la crítica la ha puesto muy bien, sobre todo por su guión –contradiciendo mi opinión-, ha hecho que la película no me haya dejado indiferente. No me atreveré a recomendarla, pero si alguien va a verla, escucharé su opinión ansiosamente. Por cierto, la protagoniza Natalie Portman (en el centro en el fotograma de la película), con un papel que le pega tan poco que afortunadamente no supe qué otros papeles había hecho hasta después de ver la peli.
Y después vi, cómo no, El código da Vinci. Hay que empezar por decir, como es de esperar, que lo que hay que hacer es leerse el libro. Pero tanto para quienes lo habíamos leído como, supongo, para los que no, se trata de la típica película entretenida que te mantiene en vilo las dos horas y pico que dura. Personalmente había olvidado buena parte de la trama salvo aspectos fundamentales, así que la disfruté más de lo que podía esperar. Los comentarios que se han escuchado diciendo que es infumable provienen de la crítica profesional, que no la puede calificar de otra manera al encontrarse con una trama lineal compuesta de puzzles y situaciones de peligro y personajes cuya personalidad reside en pensar rápido para escapar. Sin embargo, el libro era así, pues tenía en sí un desarrollo muy cinematográfico, por lo que, teniendo en cuenta que la gente va a ver cómo se ha llevado el libro a la pantalla, dudo que resulte tan decepcionante como se ha dicho. Puede, eso sí, que en una película quede peor tanto comentario histórico y dilucidación fantástica minuto tras minuto.
¿Puedo conocer vuestras opiniones?
Y después vi, cómo no, El código da Vinci. Hay que empezar por decir, como es de esperar, que lo que hay que hacer es leerse el libro. Pero tanto para quienes lo habíamos leído como, supongo, para los que no, se trata de la típica película entretenida que te mantiene en vilo las dos horas y pico que dura. Personalmente había olvidado buena parte de la trama salvo aspectos fundamentales, así que la disfruté más de lo que podía esperar. Los comentarios que se han escuchado diciendo que es infumable provienen de la crítica profesional, que no la puede calificar de otra manera al encontrarse con una trama lineal compuesta de puzzles y situaciones de peligro y personajes cuya personalidad reside en pensar rápido para escapar. Sin embargo, el libro era así, pues tenía en sí un desarrollo muy cinematográfico, por lo que, teniendo en cuenta que la gente va a ver cómo se ha llevado el libro a la pantalla, dudo que resulte tan decepcionante como se ha dicho. Puede, eso sí, que en una película quede peor tanto comentario histórico y dilucidación fantástica minuto tras minuto.
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6 comentarios:
Pues mira, a mi me hubiese gustado más opinión histórica, y sobre todo más comentarios de los cuadros.
A mi me gustó, a ver que opina el resto.
A ver...
Creo que el libro lo leere en ratos tontos en atascos hacia 2023, despues de haberlo pillado en el rastro por 0.50 euros.
La pelicula la vere antes, digamos en 2010 en algun viaje en autobus de Alsa o de Renfe, pero como me habre olvidado los cascos o no los comprare me inventare yo mismo los dialogos y saldra una historia quizas un poco mas esquizoide...
Pues yo,como el crítico del Heraldo, me quedo con los flash-backs históricos.Por lo demás creo que obviaron cosas importantes del libro y se regodearon en lo del cilicio y la autoflagelación sin motivo ni necesidad.Los mejores Ian McKellen y Audrey Tatou(que mona y que asco da la tía)
El libro no es glorioso porque, precisamente, tiene cadencia cinematográfica y ciertos aspectos baratoides propios del best-seller como hacer hincapié de forma directa en los colores de ojos de todo Cristo. Si no tiene sentido que me lo digan, que no me lo digan, que yo ya me imagino a los protagonistas como buenorros sin necesidad de que me inciten a ello, ostias, y que igual lo mejor del libro es que no se terminaran de enrollar los personajes. Y mira que precisamente lo que yo busco es que haya cacho, pero si no me lo van a justificar, pues mira, mejor que no.
Eso no quiere decir que no respete este género de libros... no todo pueden ser mujeres luchando por salir adelante en Kazajistán y Masachusetts o como cojones se escriban (a quién coño le importa), de hecho, tanta profundidad me da por culo, pero vamos, que tampoco son de estos libros que te llegan al alma y no puedes dejar de pensar en ellos hasta dos meses después de haberlos leído, que son los que molan.
La función de entretener no sólo me parece válida en un libro, es que es la que tiene que tener, ostias. Por lo menos para mí.
De la película, tres cuartos de lo mismo. Me parece un bodrio infumable porque me he leído el libro y para eso soy muy nazi (Y tom Hanks me pega ahí como a un mono dos pistolas), pero me parece bien que exista, porque los bodrios también tienen un lugar en este mundo.
Mierda, es un Cristo dos pistolas.
A Tom Hanks prefiero imaginarlo como mono, que me cae fatal pero no se muere nunca.
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