lunes, 31 de diciembre de 2007
lunes, 24 de diciembre de 2007
jueves, 20 de diciembre de 2007
Las tres etapas vitales.
lunes, 17 de diciembre de 2007
Liberación.

Pues eso.
De repente me encuentro con las semanas mucho más libres, de tiempo y de cargos de conciencia, sin exámenes en febrero o junio, y con la posibilidad de leer lo que quiera, tiempo que hasta ahora tendía a ocupar la antropología o sus consabidos cargos de conciencia. Así y ahora, recién abandonado esto, diré que puede que para el próximo curso me embarque en Filología Hispánica, aunque no sé si estudiar a distancia me ha gustado del todo; o puede que, si es compaginable, estudie esta filología u otra cosa pero en la Universidad de Zaragoza presencialmente. Me apetece ir a clase, tener a un profesor delante y ser el típico chaval no post-adolescente que los de dieciocho mirarán con cara rara asombrados de que levante la mano para hacer preguntas.
¡Llamad para ir al cine entre semana, que tengo tiempo!
viernes, 14 de diciembre de 2007
Un día distinto.

Pero no todo quedó allí, y acompañando a esta previsión tan estupenda, no sólo se sumaron mis escasas horas de sueño para hacerlo todo más lento y pesado, sino que además, al llegar al colegio, me encontré con un coche de la guardia civil y a Tomás, que se encarga del mantenimiento del colegio, revisando las aulas debido a que durante el puente habían entrado a robar y se habían llevado todo lo de valor: una fotocopiadora, un ordenador de mesa y otro portátil, una impresora, un router, un cañón de proyección, un reproductor de dvd y un radiocassette. Ambas puertas del colegio habían sido forzadas y al parecer habían actuado de noche, porque si no no se explica que nadie oyese nada ni viese el peazo de furgón que debieron de necesitar para llevarse todo eso.
Hala, haz una lista de todo lo robado, plantea la denuncia, llama a inspección, organízate la vida en el cole sabiendo que no puedes imprimir nada, ni fotocopiarlo ni recurrir a internet,...
Por ponerle la guinda al tema, a la concejala del pueblo se le ocurrió comentar al cámara y a la periodista de la tele que, ya que habían robado, podían sacar la noticia. Dijeron que guay, así que mientras dejaba a los niños rato libre para jugar, ahí me veis explicando todo a la tele y con la alcachofa microfónica y una cámara a tres metros. Y me veis también localizando a alguien con vídeo para grabarme cuando saliera; total, que gracias, Rakeltwo, por todo, pero aparte de mis niños plantando el árbol no se vio nada más. Imagino que, entre otras razones, no vendía mucho para la DGA contar que los niños de Villarreal de Huerva habían colaborado en la eliminación del dióxido de carbono pero que en los coles públicos andaban robando que te cagas.
Veremos cuánto tiempo tarda el servicio provincial en reponer los objetos robados y cuántos de ellos repone. Se pasó el inspector para comentar el tema, le acompañé al ayuntamiento para que hablase con la alcaldesa, aunque se tuvo que contentar con la secretaria, y luego el hombre me invitó a un té americano en el bar. Que pongamos puertas con rejas, dijo.
Pues na, puertas con rejas.
Un día distinto, ya digo.
lunes, 10 de diciembre de 2007
Cuestión de idiomas.
Se trataba de un chico catalán. Empezamos a tontear frívolamente sobre la posibilidad de quedar un día para conocernos. Todo desembocó en cuentos de la lechera del tipo "Si nos gustamos, te vendrás a vivir a Barcelona" y cosas así. Y entonces le dije que ni jarto, que tendría que aprender catalán y no hay nada que me apetezca menos.
Desde ese momento salió ese tema, el del catalán y la obligación al resto de España de aprenderlo si uno quiere trabajar en la administración catalana.
Aunque no me gustó ni ver el tono que utilizó el chico, diciendo que era el resto de España los que no les comprendíamos a ellos, etc., la verdad es que logré comprender que el catalán para ellos es un instrumento cotidiano, que impregna su cultura y que tiene mucha lógica que la educación allí sea en catalán, porque es como se desarrollan todas sus actividades cotidianamente. El hecho de que haya una comunidad, en realidad varias -pues en Valencia y otras sucede igual, que yo sepa-, donde en algunos ámbitos públicos casi no se use el español a pesar de estar en España da cierto reparo porque plantea dudas sobre la unidad española. En ese sentido comprendo la postura del Partido Popular, pero no me parecería correcto impedir a una comunidad que use su idioma habitual y fomente su desarrollo y permanencia si ésa es la tradición en esa parte del país.
Sin embargo, sí considero que hay un pequeño pero al tema de las lenguas cooficiales. Y con ello no trato de decir que me parezca mal que cada autonomía tenga independencia para desarrollar los planteamientos actuales. Seguramente el pero es una consecuencia menor inevitable, pero ahí está.
¿Y si decido irme a vivir a Barcelona un día? ¡Tendré que aprender catalán! No estoy obligado a dar las clases en catalán, pero los niños tienen derecho a que su profe entienda ese idioma. E insisto, es que me parece justo, claro... pero no que yo tenga que pasar por ese aro para lo que no deja de ser mi propio país y estando en posesión de un título español de maestro... Por otra parte, por mucho que extremistas como Josep Lluis y compañía se empeñen, no podemos comparar el aprendizaje del catalán con el del inglés: el catalán nos cae más cerca, eso sí, pero por lo demás se habla en una parte reducida del mundo y no permite hablar con gente nueva. Vaya, que el polaco lo aprendería antes, la verdad, porque al menos me permitiría acercarme a un lugar y un arte totalmente nuevos. Porque aprender catalán por leer libros y películas que sólo existen en catalán, o que pueden tener más riqueza al ser percibidos en tal idioma, es una opción interesante sin duda, pero poco motivadora más allá de inquietudes filólogas o familiares muy concretas.
Por otro lado, me parece algo complicado el tema de los niños que se trasladan a vivir a Cataluña y que deben asistir a las clases en ese idioma. Les pasó a mis primas cuando fueron a Valencia y lo pasaron bastante mal. No sé si en una comunidad donde un idioma cooficial es muy utilizado cabe la posibilidad de que haya clases también en español sobre todo para quienes vienen de fuera; creo que es algo surrealista que una persona deba sufrir todo un proceso de inmersión lingüística sin salir del propio país y sin que ello le aporte mucho más que el propio aprendizaje de esa lengua y la cultura que con ella se relacione -dicho de otro modo, sin que le proporcione información o aprendizaje nuevo en áreas como inglés, matemáticas, español, etc.-. De nuevo insisto en que comprendo que si ese idioma, catalán por ejemplo, es el que se usa en Cataluña y además hay un estatuto y/o una división por autonomías de las competencias en educación, es totalmente legítimo y además enriquecedor que así sea... pero al mismo tiempo no deja de ser algo extremo para la gran parte de la población no catalano-parlante que desea trabajar o estudiar en una institución pública.
Y desde luego, lo de que "A nadie se le obliga a venir a Cataluña" no creo que sea un buen argumento, aunque lo utilizaba mucho el muchacho del chat.
¿Qué pensáis sobre todo esto? No sé si me cuesta ser cien por cien abierto con este tema o es que realmente esos pros y contras son efectivamente tal cual los he descrito.
viernes, 7 de diciembre de 2007
lunes, 3 de diciembre de 2007
jueves, 29 de noviembre de 2007
Horror.
- Bien, aquí andamos, ¿y tú?
- Bien. Bueno, podría estar mejor. El otro día se murió mi abuelo.
- Oh, vaya, cuánto lo siento.
- Lo peor de todo es que se murió vivo. Es un horror cuando pasan esas cosas. Una se pregunta por qué Dios desea tanto sufrimiento.
- Si es que el mundo se ha vuelto loco.
lunes, 26 de noviembre de 2007
jueves, 22 de noviembre de 2007
Nueva adolescencia.
lunes, 19 de noviembre de 2007
Concurso de traslados.
Aquí podéis verme el pasado viernes, absolutamente dedicado a decidir a qué colegios deseo moverme el próximo curso.
jueves, 15 de noviembre de 2007
Un día especial.
Salí a la calle, y el barrendero movía su escoba al ritmo.
Los coches habían puesto sus intermitentes, que se encendían y apagaban al unísono.
Yo, sin darme cuenta, había comenzado a andar haciendo una secuencia marcada por la melodía.
Además, los peatones sonreían mientras movían sus cabezas de izquierda a derecha blandiendo una sonrisa que no podía ser más extensa, y que se me contagió.
Y de tener ese rostro de alegría, ésta me vino de inmediato.
Así que decidí deshacerme del abrigo, que me molestaba, y de la maleta, que no hacía más que agudizarme un eterno dolor de espalda. Quedaron diseminados ambos objetos y su contenido por la calzada, pero no importaba, porque la música sonaba, definitiva y claramente, por toda la ciudad.
Se celebraba, y yo lo había olvidado, la festividad de la Música Imparable. Hasta que se pone el sol, es costumbre olvidar las obligaciones personales, excepción hecha de médicos y otros colectivos irrenunciables, y dejarse llevar por lo que uno siente dentro de sí. Aunque es el día del año en que más heridos y muertes se producen, pues dejar salir el impulso individual supone deshumanizarse casi del todo, la celebración, además de un proceso catártico, nos recuerda el origen animal del ser humano y el conjunto de reglas de que nos servimos el resto del año para convivir en armonía.
Desde aquí, recomiendo que el lector escuche la música con los ojos cerrados y baile y cante si así se lo pide el cuerpo. A buen seguro que unos minutos después se sentirá mejor y más dispuesto para volver a la rutina social.
lunes, 12 de noviembre de 2007
El niño malandrín.
viernes, 9 de noviembre de 2007
Huit femmes (Ocho mujeres).
Éste es el título de una película que me sorprendió gratamente debido a su peculiar mezcla: sólo mujeres en escena, un asesinato en una casa del cual todos son sospechosas y, lo más sorprendente, ¡números musicales entre medias! Y tremendamente pegadizos, como podéis ver.
lunes, 5 de noviembre de 2007
Pausas o calmantes.
Aunque en este pueblecito los alumnos a los que englisheo son poquitos, hay días en que están insoportables, como cualquier neighbour´s son. Y hay dos modos chorras que utilizo para centrarlos en la tarea:
1) No sé quién me lo contó, pero es realmente eficaz: consiste en alternar dos palmadas con dos "chssst, chssst" con el dedo delante de la boca y repetir varias veces la secuencia rítmicamente. Los encantadores niños se ponen a imitarte automáticamente.
2) Este segundo modo es de cosecha propia. Consiste en decirles que vas a contarles un cuento. Eso les encanta, y enseguida guardan silencio una vez se han colocado en semicírculo para escucharte. Cojo un libro cualquiera y anuncio que voy a contarles el cuento más corto del mundo. Dejo unos segundos de intriga y, mirando la primera página, digo: "Érase una vez... que comieron perdices".
Y dejándoles apenas dos segundos para reaccionar, y por supuesto en voz bajita, empiezo por fin mi clase en inglés.
jueves, 1 de noviembre de 2007
lunes, 29 de octubre de 2007
Cruce de vidas.
Mi cara debió de ser de foto cuando me encontré con dos personas, un hombre y una mujer sudamericanos, que querían saber si había leído alguna vez la biblia. ¡Oh, no, la tercera opción, los plastas religiosos, se me había olvidado! Había caído en un fallo de principiante o de lavado con Perlán.
-No, no he leído la biblia.
-¿Puedo saber por qué? -preguntó él.
-Porque me siento muy ajeno a lo que dice. Soy ateo.
Ante lo cual huelga decir que ninguno de los dos optó por despedirse, sino por emprender una cruzada dialéctica para abrirme los ojos a mí, perdido del Señor, y hacerme comprender que ante una obra tan magnífica como es el universo se debía de esconder alguien. El argumento era típico: hay tantas cosas que todavía no sabemos y para las que la ciencia no tiene la respuesta que, por tanto, está claro que Dios es lo que falta en la ecuación. Me encasquetaron, tras diez minutos largos de charla, un libro según ellos científico.
viernes, 26 de octubre de 2007
lunes, 22 de octubre de 2007
Otra razón más.

viernes, 19 de octubre de 2007
martes, 16 de octubre de 2007
¡Anda ya!
sábado, 13 de octubre de 2007
Me encanta esta canción.
Suena nostálgica y tiene un toque swing. Se llama This is what you are y la canta Mario Biondi.
miércoles, 10 de octubre de 2007
Versos (o amor).
domingo, 7 de octubre de 2007
miércoles, 3 de octubre de 2007
Hacia allí.
Se trata, en definitiva, de que cuando termina la historia, se tenga la sensación de que había un principio, un desarrollo y un final diseñados y de que lo que ha sucedido eran los hilos que lo estructuraban.
sábado, 29 de septiembre de 2007
miércoles, 26 de septiembre de 2007
Contenedores voladores.
domingo, 23 de septiembre de 2007
Diálogo habitual en el aula
miércoles, 19 de septiembre de 2007
La cuenta atrás.
sábado, 15 de septiembre de 2007
Sitios para dormir.
Grabé esto dentro de uno de los barracones en Auschwitz. En cada uno de esos huecos dormían varias personas. El silencio era lo que se escuchaba a lo largo y ancho de todo el campo.
martes, 11 de septiembre de 2007
Doña Estadística.

viernes, 7 de septiembre de 2007
Diabetadas (XIV)

lunes, 3 de septiembre de 2007
Saludando a Septiembre.
A diferencia de otros años, esta vez me tomo con buen humor y buena cara la llegada de Septiembre y, con ella, del comienzo del curso. Podría pasar el resto del año de vacaciones, pero en el fondo resulta muy difícil establecer una rutina durante dos meses enteros para que el tiempo cunda; de modo que la vuelta al trabajo será como unos andamios resistentes que delimiten y fortalezcan mi tiempo y el modo de emplearlo. Vaya, que la obligación de madrugar me forzará a estar activo y a aprovechar mejor el tiempo libre.
Comienzo el curso con ganas: seguir adelante con Antropología social y cultural -que a veces me dan ganas de dejar, pues voy tan poco a poco que calculo que será hacia el 2012 cuando termine, y hablo literalmente-, continuar aprendiendo francés, quizá retomar el gimnasio aunque ahora enfocado hacia actividades aeróbicas con música como step o funky y, en especial, ver muchas películas en inglés sin subtítulos, para seguir mejorando mis listening skills, que falta me hace.
¡Feliz vuelta al cole!
jueves, 30 de agosto de 2007
lunes, 27 de agosto de 2007
Hincando el diente a mi bolsillo.
jueves, 23 de agosto de 2007
¿Menú selecto o menú sorpresa?

lunes, 20 de agosto de 2007
miércoles, 15 de agosto de 2007
Ajos.

Quedé en conocernos en aquel bar al lado del teatro. Era un lugar que me gustaba. Cuando apareció, di mi última calada al cigarrillo y lo apagué de un pisotón.
La primera impresión fue mejor de lo que esperaba: masculino y bastante alto, de rasgos duros. Me sonrió, quizá porque también le había gustado, y ambos pedimos un zumo natural.
Parecía de conversacion fácil, de tendencia extrovertida y persona viajada. Aparentaba algo más de los treinta y dos años que decía tener y eso me gustaba.
Hábilmente se interesaba por mis circunstancias y permitía que yo investigara en las suyas. Tuve la sensanción de que habíamos congeniado, al menos para quedar otro día.
Sin embargo, sacó los ajos. Los llevaba en una caja roja, pequeña, parecida a la de las clásicas juanolas. Me ofreció, le dije que no me gustaban, y él cogió uno y, con un pequeño cuchillito que guardaba en el bolsillo de sus vaqueros, lo fue partiendo en trocitos con una habilidad y minuciosidad que demostraban experiencia de años. Cuando hubo terminado de trocearlo, cerró la caja, recogió la afilada hoja e introdujo varios trocitos en su boca.
- Entonces, ¿siempre has vivido aquí? -me preguntó mientras masticaba sin prisa.
Respondí con una pequeña parte de mi cerebro, mientras con la otra trataba de encontrar una explicación a esa costumbre.
Fueron los trocitos de ajo los que parecieron marcar el tiempo, más que los relojes de las paredes y de nuestras muñecas. Parecía que había dividido aquel ajo en trocitos suficientes como para que le durasen el tiempo justo para completar una charla productiva y suficiente.
Con los dos últimos pedacitos hizo lo más extraño: los colocó en mitad de las palmas de sus manos, los hizo rodar entre ellas a modo de plastilina y luego repitió aquel gesto por sus pantalones y su camiseta. No dejaba de sonreír y de mantenerme la mirada, sin preguntarse por un momento por qué le observaba algo confuso.
Propuso marcharnos. Dije que perfecto, nos levantamos, pagamos y salimos del bar. De nuevo admiré su porte sereno, varonil y su buena estatura. Sin duda quería volver a verlo, pero... ¿tendría que soportar aquel espectáculo tan peculiar de nuevo? ¿Cómo olerían sus ropas? ¿Y su lengua, si llegase a besarlo? ¡Incluso seguro que yo mismo estaba apestando!
- Mira, sé lo que estás pensando -me dijo-. Piensas dos cosas. A la primera te respondo que sí, que yo también quiero volver a verte. He pasado un rato agradable y tu cara es una monada.
Sonrió e hice lo propio.
- En cuanto a lo segundo... Al llegar he visto que fumas. Espero que el ejemplo haya sido ilustrativo. Sólo quería hacerte ver lo que me hace sentir el humo del tabaco...
sábado, 11 de agosto de 2007
back dorm boys - i want it that way
Me parto con las caras de los dos. Una interpretación muy vivida.
miércoles, 8 de agosto de 2007
¿Estoy embarazada?
sábado, 4 de agosto de 2007
La escapadita madrileña de Diabetes.
Bar que, como dice el cartel que cuelga a un lado -y que no podéis ver-, aparecía en la novela homónima de Galdós, que leí hace tiempo.
Éste es con quien hablaba el domingo mientras me liaba a lingotazos. Su cuerpo unga-unga me gustó por foto y allí que fui; muy majo, me reservó el hostal y me fue a buscar a la estación de Atocha. Una vez con él, me gustó en persona mucho menos de lo que esperaba, aunque a pesar de ello pasar la tarde con él y recibir su invitación para cenar fue agradable. Si esto fue un lunes, ni el martes ni el miércoles le volví a dar un toque, pero como él tampoco hizo lo propio, no he quedado mal.
Como en los hosteles siempre hay internet gratis, me conecté todas las noches. Me escribió durante una de ellas el siguiente chico italiano, del cual no recuerdo el nombre:
Aunque ahí le veis como mucho más buenorro de lo que en realidad estaba, era majete y también me llevó de aquí para allá durante toda una tarde. De paso me sirvió para practicar mi inglés, ya que hasta hace un mes vivía en Londres y se ha trasladado aquí medio por razones de trabajo, medio por olvidarse de un ex y sus malos rollos, y apenas hablaba español. Durante ese día, aparte de esto, me acerqué al Museo del Prado, que no conocía. Me sorprendí gratamente al encontrarme con Las Meninas, cuadro que a pesar de tenerlo muy visto me gustó mucho en vivo.
El miércoles traté de acercarme al Museo de Ciencias. Poseía un mapa muy malo, que era ante todo de carreteras pero con una pequeña parte dedicada a las calles de la ciudad (en varios grandes almacenes no había podido encontrar uno mejor). Combinando el mapa patatero con el del metro deduje el nombre de la parada de metro donde debía bajarme para visitar el museo, y allí que fui. Y no sé qué tal estuvo, porque no lo encontré y terminé en el Reina Sofía, viendo cuadros modernos del siglo XX. El Guernica es enorme, aunque no me impresiona en exceso. Supongo que me quedo con El Prado, ya que sin duda sus cuadros tienen mucho más mérito y están mucho más trabajados, aunque sinceramente es aburridísimo ver dos mil vírgenes y dos mil niños jesús y mi apreciación de los difuminatos, los claroscuros y las gaitas en vinagre es relativa; en el Reina Sofía hay mucha chorrada de mérito nulo pero al menos estilos originales, nada religiosos y con colores vivos.
Por la tarde quedé con Javier, profesor de Primaria como yo:
miércoles, 1 de agosto de 2007
¿Qué van a tomar?

domingo, 29 de julio de 2007
Polonia (IV y último): conclusiones.
- En toda las ciudades que visité había tranvía. Me subí en uno por primera vez en mi vida. Resulta un medio bastante eficaz para manejarse por la ciudad. Parece que va a ser reinstaurado en Zaragoza. Siempre que la gente lo use en masa y los coches se dejen un poco aparcados, podrá ser una buena opción; de todos modos, si no tuviésemos media ciudad bajo nuestra ciudad, poner un metro sería mucho mejor.
- En general las ciudades son bastante bonitas y tienen cositas, como los enanitos de Wroclaw, que las hacen si cabe más curiosas. Al regresar de Polonia vi Zaragoza como una ciudad fea pero de cojones.
- En Polonia la gente habla inglés como en España. Bueno, matizaré: lo habla el mismo número de gente, o sea, más bien poca, y en general con un nivel algo más alto; las patadas que meten al diccionario son mucho menos sonoras. Supongo que si uno sabe alemán lo tendrá mil veces más fácil para desenvolverse por allí.
- Se puede extraer una conclusión obvia respecto al servicio de correos: o bien es tremendamente lento o bien debí poner el nombre de nuestro país en polaco. Lo pensé cuando escribí las diez postales que parecen haberse perdido, pero confié en que entenderían el significado de "Spain". Todavía mantengo la esperanza...
- Los chicos polacos son en general feos. Salvo excepciones como las de esta foto y otras anteriores, en general no se puede decir que los hombres sean muy atractivos. Los hay tremendamente altos, pero sólo soy yo el que se pirra por esos energúmenos. Dicen que las chicas son majas (la verdad, no sé, puede, a mí plin).
- Si uno conoce gente de allí se puede ir de ambiente gay. Los del gobierno serán todo lo conservadores que querais, pero lo que no puede detenerse no puede detenerse y punto.
- Hay muchos rincones donde obtener fotos bonitas. Ésta es una de las primeras fotos que hice cuando por fin descubrí cómo usar el blanco y negro en my brand new digital camera.
- Estoy seguro de que habrá quien diga lo contrario, pero en general la gente polaca es amable y correcta; cuando menos, no tiene esa altivez inglesa o, según dicen, francesa. Vaya, que son lo suficientemente majos como para no escupirte a la cara, literal o metafóricamente, cuando ven que no hablas polaco.
- Es imposible aprender muchas palabras en polaco en diez días. Sólo puedo dejar constancia de "tak" (sí), "nie" (no), "zapiekanka" (panini o tostada alargada -me lo aprendí porque el nombre es casi más divertido que el de zlotys-), "ulica" (calle), "rilnek" (centro o plaza central), "bilet" (ticket) y "curva" (¿se escribe así? Quiere decir "zorra", "guarra" o algo así).
- Recomiendo vivamente viajar solo. Probadlo en alguna ocasión. Todo se vive más intensamente. Cuando uno se aburre, se aburre mortalmente, y cuando uno se lo pasa bien, se lo pasa genial. Resulta incomparable la sensación de estar solo en un país ajeno, sin hablar el idioma oficial y charlando con alguien que apenas conoces, que está siendo amabilísimo contigo y que probablemente nunca más vuelvas a ver. O, por contra, quedarte con su teléfono o su dirección de e-mail. Es estupendo pensar: he estado por ahí yo solo unos días y he sabido desenvolverme sin hablar español prácticamente nunca.
Y como, vuelo aparte, me habré gastado apenas doscientos cincuenta euros en los diez días que pasé allí, no os extrañe si cualquier día os llegan postales de alguna ciudad española. :D
FIN
jueves, 26 de julio de 2007
Polonia (III): Wroclaw
Esta foto me la hicieron ellos. Resulta que debe de existir una página web que trata sobre los duendes que veis en la foto. Estos dos y muchos otros están desperdigados por la ciudad y supone todo un reto encontrarlos; algunos, como éstos de la bolita, son visibles, pero otros están escondidos en lo alto de una farola o al borde de un río. Una curiosidad entrañable.
Wroclaw tiene una plaza central antigua, como Cracovia, aunque ésta más colorida. Tiene la curiosidad de que una de las ventanas de las casas está pintada pero es muy difícil percibirlo.
La ciudad también resulta curiosa porque en la parte central, si es que mi sentido de la orientación no me falla, se forman unas especies de penínsulas muy curiosas que hacen que para acceder a algunas zonas sea necesario cruzar un puente. El efecto, que quizá se aprecia con dificultad en la foto, es curioso.
Aparte de por el encuentro con Anita, fui también afortunado porque me escribió Nicolás –o Nicolás traducido al polaco, que tiene una forma similar- y también me dio una vuelta por la ciudad.
Seguramente me habría enamorado de Wroclaw si no hubiese sido porque Cracovia me había gustado muchísimo. Wroclaw es quizá más pequeña y ahora en verano puede que pierda algo de encanto dado que buena parte de su alma está en la vida estudiantil universitaria. En cualquier caso, es una ciudad muy agradable de ver y con alguna visita a los alrededores que no pude hacer porque tenían lugar en días distintos de la semana a aquellos que pasé allí.
Ah, por cierto, una de las recepcionistas del hostal hablaba español. Menudas charlas que me casqué con esa mujer. Hasta le di mi dirección de blog, jeje.
Y nada, dejé Wroclaw un sábado porque al día siguiente, a las seis de la mañana salía mi vuelo desde Cracovia.
(Continuará)
lunes, 23 de julio de 2007
Polonia (II): Warszawa.
Se puede observar que esta ciudad posee una estética totalmente distinta a Cracovia, todo con pinta más avejentada, gris y fea (de cuando el comunismo, vaya). La primera impresión fue la que contó, como se suele decir, ya que Varsovia me gustó bastante poco. Siento no saberme los nombres de los edificios de las siguientes fotos, repletos de uvedobles, equis y cetas.
Y no es que sea fea del todo, que hay lugares y rincones curiosos. Pero para alguien no especialmente interesado en iglesias, museos y arquitectura en general resulta una ciudad con poco ambiente turístico, excepcionalmente grande -creo que hay casi dos millones de habitantes-, sin propuestas guiadas que se le ofrezcan a uno desde los hostales como en Cracovia y con una cantidad de tranvías y buses que quizá funcionen muy bien y sean muy útiles, pero no para alguien que no habla polaco y que ni comprende lo que pone en las paradas y los billetes de estos transportes ni puede hacerse entender en inglés por los conductores de los mismos.
La parte agradable de la estancia en esta ciudad fue, como siempre, la gente. Coincidí en el hostal, en concreto en la sala común / cocina, que para eso está, con personas de todos los lugares: una mujer japonesa que se estaba marcando por su cuenta un viaje de seis meses por todo el mundo y que había recorrido más ciudades españoles e italianas de las que todos juntos veremos en los próximos diez años; un grupo de ingleses de entre los cuales uno trató de convencerme de la existencia de dios; dos holandeses bastante grandotes, uno de ellos una mole que parecía necesitar comer cinco hamburguesas cada dos horas para seguir vivo; y un chaval italiano, Federico, que me ofreció dar vueltas por la ciudad con él y que sale en la foto:
Su inglés era mejorable pero, en caso de dudas o problemas, con hablar en italiano -él, claro, yo ni flowers- quedaban las dudas solucionadas a menudo. Pasé un día entero yendo de aquí para allá y me preparó tanto la comida como la cena en el hostal. Que conste que era heterosexual, y que conste que tampoco me interesaba, pero muy majo. Antes de venir a Polonia compré dos libritos infantiles con vocabulario básico en español y dibujos que planeaba regalar a un par de chavales con quienes llevaba tiempo hablando por internet; sin embargo, uno de ellos me cayó más bien mal, así que el día en que me fui de Varsovia, cuando el italiano estaba por ahí, le dejé en recepción uno de esos libritos. Imagino que le haría bastante ilusión, porque este chico siciliano afincado en Roma llevaba idea de aprender nuestro idioma y venir a vivir aquí.
En Varsovia estuve solamente dos días. Ya digo, si os fascina la idea de ver edificios como cajas de cerillas y museos sobre Grecia, religiosos, de armamento, etc. entonces quizá os guste. Pero para un turista medio, que busca ante todo pasear por las calles, es una ciudad horrible. Los propios polacos ya me habían avisado previamente, y con qué razón.
Dejé, pues, alegremente esa ciudad grande y fea donde es muy habitual ser abordado por millones de jóvenes con folletos de restaurantes y otros establecimientos o en busca de donativos para organizaciones caritativas. Visto que los jóvenes tendían a entender inglés, terminé por responder en español y sus caras eran realmente para grabarlas.
(Continuará)
jueves, 19 de julio de 2007
Polonia (I): Kraków
(Nota previa: no comprendo que muchos tengais problemas para dejarme comentarios. Si al hacerlo elegís la opción "Otros", ponéis vuestro nick y dejais el apartado de "Página web" en blanco, el comentario aparece sin más problemas).
Subirme al avión rodeado de ciento cincuenta polacos fue impactante. Creo que ése fue el instante en que me di cuenta de a dónde iba y el toque de locura que suponía irse a ese país solo. En el avión coincidí con un chaval polaco de quince años con un nivel de inglés más que aceptable y con dos chicas polacas residentes en Tarragona que me ayudaron muchísimo, una vez en el aeropuerto de Cracovia, a llegar en bus y tren hasta el centro de la ciudad; resultó que, como iba a ser norma durante los diez días que pasé en el país, el conductor del bus no hablaba inglés ni, por supuesto, español.Cracovia, la primera ciudad que visité y en la que estuve cuatro días, es la ciudad que más me gustó de todas. La primera foto, quizá no muy representativa ni espectacular, es del ayuntamiento que está en el centro de la ciudad, en la plaza del mercado.
El ambiente de la ciudad es estupendo. El país es en general barato y comí en varios restaurantes -que para la gente de allí son más bien caros- por apenas 50 zlotys, o sea, 12 ó 13 euros.
Me ayudaron a conocer mejor la ciudad tres personas: Tomek, un chico de Katowice, una ciudad cercana, con quien llevaba un tiempo chateando por internet (en la foto a la izquierda);
Marcin, un chico sonriente que me entró en una disco gay friendly y con el que no pasó nada salvo una amistad platónica de grato recuerdo;
y Noel, un tío de treinta y cinco años que me gustó de veras y al que casi seguro volveré a ver en alguna ocasión por razones largas de comentar.